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La Península Valdés ya es patrimonio del mundo

La Unesco la incluyó dentro de los 126 lugares del mundo considerados como Patrimonio Natural de la Humanidad. Se espera que atraiga el turismo mundial.

La ballena franca austral es la principal atracción turística de la península.

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t.gif (862 bytes)  La Península Valdés, refugio natural para la fauna marina austral, ubicada en la costa atlántica de Chubut, recibió ayer la bendición de la Unesco –el organismo de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura– que la declaró “Patrimonio Natural de la Humanidad”, un galardón que obligará a redoblar el esfuerzo por preservar esa área, pero, por sobre todo, la coloca en el centro de la atención, como uno de los 126 lugares privilegiados para el turismo mundial. La declaración se adoptó en la sesión plenaria de la Unesco celebrada en Marruecos. La Península Valdés, con una superficie de 360 mil hectáreas, se sumó al Glaciar Perito Moreno, en Santa Cruz, y las Cataratas del Iguazú, en Misiones, las otras dos áreas naturales argentinas que fueron calificadas como “patrimonio de la humanidad”, aunque será la primera ubicada totalmente en territorio nacional. Las otras dos comparten su espacio físico con Chile y Brasil, respectivamente.“A partir de ahora tenemos la ayuda del mundo, pero también los ojos del mundo en este compromiso”, dijo el secretario de Turismo y Areas Protegidas de Chubut, Antonio Torrejón. “La Argentina tiene que realizar inversiones que sigan calificando lo que se ha comprometido a presevar. Desde el mundo comercial de los que quieren figurar como sponsors hasta en el mundo turístico, se presta una especial atención a este tipo de actos”, comentó el funcionario.La Península Valdés está ubicada a 1440 kilómetros de Buenos Aires, en el noreste de Chubut, entre los golfos San José y Nuevo. Recibe unos 200 mil turistas por año, especialmente atraídos por las colonias de animales marinos que habitan en la zona. La atención se concentra en la ballena franca austral: la península es el segundo nicho ecológico de esa especie, después de la costa australiana, y es el lugar elegido por unos 600 ejemplares que todos los años se aparean y dan a luz sus crías frente a las costas.El ecosistema de la península también alberga colonias de elefantes marinos –se calcula que hay unos 14 mil ejemplares distribuidos en la costa–, pingüinos y lobos marinos. La península tiene un único centro poblacional, Puerto Pirámide, que no supera los 200 habitantes. Y cuenta con siete áreas protegidas: Punta Norte, Caleta Valdés, Punta Pirámide, Isla de los Pájaros, Punta Loma, Punta Delgada y Punta Cantor.El área de Península Valdés –recordó Torrejón– comenzó a protegerse en 1967, cuando algunos científicos empezaron a estudiar las costumbres de las colonias de mamíferos que habitaban la región, muchas de ellas en riesgo de extinción. La primera posibilidad de obtener la distinción surgió en marzo de 1997, ante una propuesta de la Secretaría de Turismo de la Nación, que acompañó un pedido del gobierno de Chubut. La presentación se repitió el 6 de julio de este año, en París. En esta ocasión, la península fue elegida entre 24 propuestas. El Comité de Patrimonio Natural Mundial, reunido desde el 21 de noviembre en Marruecos, tomó ayer la decisión, en una reunión plenaria.Desde hoy, el ecosistema argentino figura en la selecta lista de los 126 lugares que comparten la máxima categoría internacional de preservación, entre los que se cuentan La Habana, el casco histórico de Lima, la Gran Muralla China, el Partenón griego, y el Barrio Viejo de la localidad uruguaya de Colonia. La declaración obliga a la provincia a aumentar los fondos destinados a la protección ambiental, tal como lo establecen las cláusulas de la Unesco, de acuerdo con la convención de 1972, a la que adhirió la Argentina en 1978. Pero paralelamente, conlleva un gran beneficio: está comprobado que la distinción opera como un polo de atracción del turismo mundial.

 

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