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OPINION
Ahora viene el suspenso
Por M. Vázquez Montalbán

Tras el anuncio de la ETA de final de la tregua nos quedamos otra vez ante el espejo vacío a la espera de la primera imagen de la tragedia. ¿Un secuestro? ¿Una bomba en la vía pública? ¿Un tiro en la nuca o en la sien? ¿Terrorismo de alta intensidad? ¿De baja intensidad? De pronto se ha roto el encantamiento de la paz, como a veces se rompe el sueño de la razón confiado en que la verdad es irrebatible e irreversible. ¿La verdad es la paz? ¿La verdad es la vida? No siempre, pero la paz y la vida hay que colocarlas como referentes con voluntad de absoluto, ya vendrán las circunstancias con las rebajas. En el caso vasco no hay otra salida que la paz, y lo único que se ha hecho, que se hará, por lo visto, es aplazarla por el procedimiento de ampliar el victimario y el presupuesto general del Estado destinado a la represión y a compensar a las víctimas del terrorismo.Ahora vendrán los profetas a darse la razón y, roto el espíritu de Lizarra, manipulado por el Partido Popular el de Ermua y en paradero desconocido el de Ajuria Enea, asumamos un largo período preelectoral de todos contra todos y una batalla de abstención que va a ser utilizada por ETA en el País Vasco como la prueba de su instalación. Votar o no votar allí será algo más que votar o no votar, como suele ocurrir entre nosotros, mal salidos de la transición. Hasta las elecciones no habrá espíritu que valga, ni siquiera queda la salida de convocar otro espíritu a la medida de una situación más desmedida que nunca. El duelo de titanes está planteado y Mayor Oreja, al fin solo, avanza por la calle principal del poblado, mientras la ETA se acerca a pie, a caballo o en coche robado. Los demás ¿qué van a hacer? ¿Van a respaldar la usura demostrada por el PP? ¿Van a dar la razón a la ETA? Se la van a dar a sí mismos, por separado, claro está.Si las negociaciones hubieran sido transparentes, los peatones de la historia podríamos elegir conducta, pero a medida que se acercaban las elecciones, la razón de Estado volvió a demostrar una vez más su malicia anticivil. Sólo cabe esperar por dónde se romperá el aire, por dónde se romperá la vida.

 

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