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MENEM DEJA MAS DE UN 14% DE GENTE SIN TRABAJO
El desempleo de despedida

La última encuesta de la era Menem diráque en octubre la desocupación fue dospuntos más alta que la de un año atrás.

Las nuevas autoridades tendrán que revelar cuánto creció la masa de desocupados heredada.
El anuncio sería acompañado con una batería de medidas pensadas para disminuir el desempleo.

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Por Maximiliano Montenegro

t.gif (862 bytes)  El primer informe sobre la encuesta de hogares de octubre, que maneja con la máxima reserva el director del Indec, Héctor Montero, indica que la desocupación se ubica entre 14,4 y 14,5 por ciento. Ese es el resultado preliminar al que arribaron los técnicos del organismo, después de haber procesado casi un tercio de la última encuesta de desocupación de la era menemista. Confirma que el desempleo se estabilizó sustancialmente arriba del de octubre del año pasado –por una cuestión de estacionalidad, la única comparación válida para los técnicos–, cuando era sólo del 12,4 por ciento. Así, sólo durante el último año de gobierno de Menem, 300 mil personas quedaron desocupadas y hoy ya hay en esa situación 1,9 millón. El dato tiene una enorme relevancia política, porque el anuncio oficial está programado por el Indec para el 16 de diciembre, cinco después de la asunción el presidente electo Fernando de la Rúa. El futuro ministro de Economía, José Luis Machinea, ya fue informado por el propio Montero, quien continuaría en su cargo por un período de transición. Ahora, la preocupación en la Alianza es dejar en claro que el dato es parte de la herencia del menemismo, aunque la difusión corra en la cuenta del nuevo gobierno.El jueves pasado, el director del Indec recibió el primer informe elaborado a partir de la encuesta de desocupación de octubre último, relevada en 28 conglomerados urbanos del país. Con el 30 por ciento de la información procesada, la desocupación marca entre el 14,4 y 14,5 por ciento en el promedio nacional. Así, según los técnicos, “la tasa definitiva podría ser unas décimas inferior” a la medición de agosto y mayo último, cuando el termómetro marcó en ambos casos 14,5 por ciento. Sin embargo, para los expertos, la medición de octubre último sólo puede ser comparada, de manera correcta, con la de octubre del año pasado, cuando la tasa fue 2 puntos menor. La razón es que, comparando cada onda con la de igual mes del año anterior, se evitan los factores estacionales que influyen de manera particular en los meses en que se realiza la encuesta: mayo, agosto (recién a partir del año pasado) y octubre. Por ejemplo, el informe preliminar detecta una contracción en la tasa de actividad (la cantidad de gente que sale a buscar empleo) de octubre en relación a mayo, algo que ya había sucedido también en agosto. Usualmente, hacia octubre, menos gente sale a buscar trabajo, ya que evalúan que, si no lo consiguieron a esa altura del año, difícilmente lo encuentren en los meses cercanos a las vacaciones. Pero en este octubre en particular también debe haber influido el desaliento provocado por la recesión, que se extendió durante todo el año. De haberse mantenido la cantidad de gente que buscaba empleo a principios de año, entonces la última encuesta de desocupación superaría cómodamente el 16 por ciento. “La desocupación en octubre se estabilizó en un nivel que mide todo el impacto de la recesión”, le dijo un funcionario del Ministerio Economía a Página/12, admitiendo que Menem se despedirá con una tasa notoriamente mayor a la del año pasado. La misma fuente explicó que si en octubre la tasa no había subido en relación a mayo y agosto se debía a dos motivos. Por un lado, la disminución en la cantidad de buscadores de trabajo que se comentó anteriormente. Por el otro, la estabilidad en el empleo público de las principales ciudades del interior del país, que funcionó a manera de colchón ante la destrucción de fuentes de empleo privado a causa de la recesión. En octubre del ‘98, la desocupación había caído al 12,4 por ciento, lo cual alentó una tímida ilusión en el menemismo de terminar el gobierno con una tasa en descenso, cercana al dígito. Sin embargo, el salto de la desocupación que confirma la medición de octubre último significa que Menem podrá incluir otro record a su gestión: ser el único presidente en la historia argentina moderna, y uno de los pocos en el mundo, que duplicó la tasa de desocupación. Más aún, sólo en el año final de su mandato, lacantidad de personas sin empleo creció en 300 mil. De este modo, ya hay de nuevo poco más de 1,9 millón de desocupados, un número de gente a la deriva en el mercado laboral muy cercano al que existió durante el peor momento de la crisis del Tequila, allá por 1995. La herencia menemista se completa con otro 1,9 millón de subocupados, es decir, gente que trabaja menos de 35 horas semanales. En suma, 3,6 millones de argentinos, casi 30 por ciento de la población activa, ingresan al nuevo milenio con graves problemas para insertarse en el mercado laboral. Apenas los técnicos del Indec le acercaron el primer informe, Héctor Montero transmitió la novedad, en forma personal, a su jefe en Economía, el secretario de Programación, Rogelio Frigerio. Pero también la comunicó al equipo de José Luis Machinea, de donde ya recibió la confirmación de que podrá continuar al frente del organismo responsable de las estadísticas públicas, al menos durante un período de transición. Montero prometió que, para mañana, tendría listo un segundo informe, con más datos procesados de la encuesta, tanto para Roque Fernández como para sus futuros jefes.El calendario del Indec indica que el anuncio oficial de la tasa de desocupación deberá hacerse el jueves siguiente a la asunción de De la Rúa, lo que coincidiría con la primera reunión del gabinete nacional. Por eso, la principal preocupación en la Alianza es cómo hacer para que no haya dudas de que el tema es parte del legado de Menem. Por ahora, se evalúan dos alternativas. Una es presionar al Indec para que blanquee la información definitiva antes del 10 de diciembre, para poder comenzar de cero a partir de entonces. La otra es aprovechar la oportunidad para anunciar el mismo jueves 16 de diciembre una batería de programas de empleo, financiados con la reasignación de partidas presupuestarias y créditos internacionales. A diferencia de lo sucedido en la era Menem–dicen en la Alianza–, la clave de dichos planes estará en que los subsidios oficiales se destinarán a pagar los sueldos de los desempleados que sean contratados en empresas privadas.

 

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