|
Por Cecilia Hopkins
roles de Sosa y Páez, respectivamente. La pieza, que causó un módico revuelo en el
momento de su estreno, está ostensiblemente escrita con un ánimo irreverente a todas
luces dedicado a contrariar toda opinión establecida sobre dramaturgia y actuación. Toda
la obra no es más que una referencia paródica a Esperando a Godot, del irlandés Samuel
Beckett. Así, dos paisanos encerrados en su rancho esperan a "la china", la
mujer que, según afirman, está por llegar en cualquier momento. Con la idea de no
dejarse madrugar por el otro, ambos compadres enfrentan la espera sin salir del rancho por
ninguna razón, no sea cosa que en ese momento llegue la china y el que quede "se la
pinche primero". Sobre esta situación básica, los personajes engarzan recuerdos,
bromas, críticas y amenazas recíprocas hasta que, agotados por la espera, deciden
solucionar ellos mismos el agobio de la soledad y el abandono al que la china de marras
parece haberlos condenado. Si bien Sosa y Páez son dos personajes marginales, los
autores les atribuyen discursos que
|