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Un acuerdo para que los pliegos de licitación sean más transparentes

El Ministerio de Infraestructura y Vivienda firmará un arreglo con Transparency International para vigilar la información antes, durante y después de las audiencias de licitación convocadas por el Estado

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Por Martín Granovsky
t.gif (862 bytes)  El Gobierno firmará un convenio con Transparency International para contribuir a que sean claros los procesos de licitación pública de montos significativos. El borrador de acuerdo, al que Página/12 tuvo acceso de manera exclusiva, coloca como parte en nombre del Gobierno a Nicolás Gallo, ministro de Infraestructura y Vivienda.

El mecanismo se llamará "Programa de Contrataciones Transparentes" y según sus autores permitirá "realizar observaciones acerca de los pliegos de licitación".

Transparency Internacional, representada por Poder Ciudadano, designó para la firma al ex fiscal Luis Moreno Ocampo y fijó un compromiso de seguimiento de cada licitación antes, durante y después de la audiencia pública correspondiente.

Antes, registrará a los participantes interesados en la audiencia pública, evaluará el cumplimiento de los plazos de publicidad de la convocatoria para evitar, dicen los expertos, los pliegos contra reloj, y controlará el lugar de la audiencia. También vigilará el libre acceso al expediente.

Durante la audiencia, Transparency ofrecerá expertos para evaluar las posiciones presentadas.

Y después medirá el resultado final en términos de transparencia.

El Ministerio, por su lado, se compromete a poner a disposición de Transparency "toda la información relativa a los pliegos y a los proyectos en general". Además, comunicará a las empresas interesadas cuál será el papel de Transparency y les anunciará que si reciben un pedido de información específica deberán cumplirlo.

Voceros del Gobierno explicaron a este diario que el acuerdo con Transparency "complementa otras iniciativas para que la gente tenga acceso a decisiones oficiales y pueda controlarlas". Entre esas decisiones figuran en un lugar destacado por el oficialismo las compras y los contratos del Estado.

Fernando de la Rúa ya anticipó que reglamentará la Ley de Etica Pública aprobada por el Congreso y dará facultades amplias a la Oficina Anticorrupción.

La primera parte del paquete, pensado para disminuir la irritación de los ciudadanos con sus funcionarios, arrancó de hecho con la orden de que las nuevas autoridades entreguen y hagan pública su declaración de bienes. La segunda arrancó con la designación de José Mazzoni, un funcionario de la carrera judicial que ayer concretó su primera investigación impactante al dar con las cajas secretas de Víctor Alderete.

Según el último informe de Transparency, la Argentina obtuvo un tres en la calificación dentro de la escala de los países corruptos, donde se constata "el uso del poder público con el propósito de obtener beneficios privados". Más cerca del cero están los más corruptos. Más cerca del 10, los más honestos. En América latina solo superan a la Argentina, entre el cero y el tres, Honduras, Paraguay, Ecuador, Bolivia, Venezuela y Colombia. De peor a mejor, en el mundo la Argentina figura en el puesto 30 dentro de 99 países. En 1998 estaba el número 25, sobre 85 naciones. En 1997, número 11 entre 52. En el '96, 20 sobre 94. Y en el '95, 17 sobre 41 países.

De acuerdo con la opinión de Frank Vogl, vicepresidente de Transparency, un puesto alto en el corruptómetro coincide con jueces sobornables o dependientes del poder político, aduanas desquiciadas y la certeza de que los funcionarios corruptos esperan sólo un futuro de impunidad.


LA PROPUESTA DE SANTIBAÑES PARA LA SIDE
La inteligencia exterior

Por F.C.
t.gif (862 bytes) Recién hacia el fin de la semana el Gobierno anunciará que el ex banquero Fernando de Santibañes será el próximo jefe del área de Inteligencia. En realidad, lo que el amigo personal de Fernando de la Rúa encabezará será un Consejo de Inteligencia con funciones que abarcarán otras áreas adicionales a las que maneja actualmente la SIDE, con la inclusión, por ejemplo, de datos económicos que servirán para consulta tanto interna como para inversores del exterior.

"Hasta el miércoles no habrá novedades", era el parte que daban en la Rosada sobre el tema. Aunque no había información oficial, los voceros coincidían en que Santibañes ya había formalizado su aceptación al cargo, luego de las dudas iniciales por ocupar un puesto que, en principio, no entra en la órbita de sus especialidades. Sin embargo, el ex banquero se habría decidido gracias a la nueva dirección que De la Rúa pretende darle a los Servicios de Inteligencia.

Un vocero describía ayer los nuevos aires que imperan en la Rosada, según los cuales el trabajo de Inteligencia tal como venía desarrollándose ya no tiene razón de ser. Para ello argumentaba que los efectos de la globalización, la consolidación del Mercosur y el fin de las hipótesis de conflicto bélicos en la región le habían quitado importancia a la labor tradicional de los espías. En consecuencia, entienden que la Secretaría de Inteligencia debe ser reformulada a la usanza americana, incluyendo dentro de sus actividades la estrategia nacional de seguridad y la consultoría en materia económica. En tanto que el área de espionaje a las actividades delictivas quedaría casi como una inevitable labor "residual", según detallaban.

De acuerdo con una versión que circuló ayer, Santibañes se habría entusiasmado con la nueva función y redactó su propio proyecto en el que marcaría una división entre las labores de la oficina, señalándola a una como Inteligencia "exterior" y a la otra como "interior". Y que Santibañes pretende arrogarse el mando exclusivo sobre la primera de esas áreas, y desentenderse casi en absoluto de la segunda, una exigencia que podría demorar la designación. Por lo pronto, se decía que hoy De la Rúa firmará el decreto que designa a su hermano, el secretario general de la Presidencia, Jorge de la Rúa, como el funcionario que quedará interinamente a cargo de la SIDE. Un hecho que, de concretarse, marcaría a las claras que lo de Santibañes viene demorado.

El nombre que más se repite para acompañar al ex banquero en la oficina de Inteligencia es el del actual secretario general de la Universidad de Buenos Aires, Darío Richarte, un radical amigo del hijo del Presidente, Antonio de la Rúa, y del secretario de Medios, Darío Lopérfido. Según un vocero del Gobierno, en las discusiones por la nueva estructura ya habría quedado determinado que la nueva oficina no incluiría la Secretaría de Lucha contra el Narcotráfico ni la de Seguridad Interior, que ocupa Enrique Mathov, como se especuló en un principio.

 

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