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Por Eduardo Tagliaferro  La larga
declaración del teniente general Martín Balza frente al juez federal Jorge Urso en la
causa por la venta ilegal de armas a Ecuador y Croacia se convirtió en un monólogo, en
el que el general reiteró sus ya conocidas afirmaciones públicas: el Ejército no
participó de ninguna maniobra ilegal, no vendió ningún tipo de armamento, y se enteró
de los decretos presidenciales que autorizaron la venta del material bélico, una vez que
éstos fueron publicados en el Boletín Oficial. Un Balza relajado que se permitió
elogiar al club de sus amores cuando ingresó a los tribunales fue modificando su estado
de ánimo durante las seis horas de declaración testimonial, y el recuerdo del flamante
campeón River Plate dio pasó al llanto y al cansancio, en una jornada que sólo fue el
comienzo de una testimonial que continuará el próximo miércoles.Balza, acompañado por su abogado José Licinio Scelzi, utilizó su exposición para hacer un repaso de su gestión al frente del Ejército. Su larga oratoria resaltó su preocupación por el asesinato del soldado Omar Carrasco, recordó el nombre de los periodistas que lo acompañaron en su visita a las fuerzas de paz en Croacia, su defensa de los derechos humanos e incluso se permitió hacer digresiones de teoría política citando al historiador Robert Potash. Al referirse a las acusaciones realizadas por el fiscal federal Carlos Stornelli, que le imputó ser miembro de la asociación ilícita que realizó la venta ilegal, Balza señaló que "si en esta maniobra hay una asociación ilícita, la componen más de 100 personas". El general revisó minuciosamente el expediente judicial, y reconoció la autenticidad del acta por la cual había entregado para su reparación 6500 fusiles Fal a Fabricaciones Militares. Esta cifra es coincidente con la cantidad de fusiles embarcados en febrero del '95 desde Ezeiza rumbo a Ecuador. Balza demostró conocer la causa judicial, por eso su declaración hizo hincapié en los aspectos más polémicos de la investigación, entre ellos, el convenio firmado por su fuerza con Fabricaciones Militares, y el desacuerdo que tuvo con el ex ministro de Defensa, Oscar Camilión, acerca del perfil de los hombres que debían conducirla. "Yo impulsé que la Dirección recayera en un militar retirado, pero Camilión se inclinó por un general en actividad", fueron los dichos de Balza frente a los funcionarios judiciales, refiriéndose de este modo al general Juan Carlos Andreoli, fallecido en el helicóptero que se cayó en el campo de polo en Palermo. Camilión siempre sostuvo que la elección de Andreoli para dirigir Fabricaciones Militares le fue propuesta por Balza, quien le había elevado una terna de militares. El anterior destino de Andreoli había sido la estratégica Dirección de Arsenales del Ejército. Esto motivó que a días de su designación, Camilión recibiera un llamado que le advertía de "haber nombrado al zorro a cuidar las gallinas". Para Balza las responsabilidades de la maniobra ilegal se encuentran entre los funcionarios de Fabricaciones Militares o, en su defecto, en los ministros políticos que voluntaria o involuntariamente ampararon la venta ilegal de armas. Por este motivo reafirmó que "no se vaciaron los arsenales de su fuerza". El miércoles, cuando deba retornar a los tribunales federales, lo esperarán más de doscientas preguntas realizadas por el fiscal y por el propio magistrado.
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