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![]() Landaeta está atrapado en el segundo subsuelo del destruido edificio Cerromar, en la zona de Los Corales de Vargas, devastada por ríos de lodo, piedra y troncos de árboles que bajaron desde la cordillera que bordea la región y que fue azotada por fuertes y continuas lluvias durante varios días. "Dígale a quien venga a buscarnos que tiene que traer herramientas para romper paredes", advirtió con lucidez el hombre convertido en topo. Luis Eduardo, el hijo de cinco años de Landaeta, también habló con la emisora: "Yo estoy tranquilo --dijo--, pero mi papá no". Instantes antes había fallecido Rosa, esposa y madre de las víctimas. Acongojado, el presidente Chávez apenas pudo pedirle a Landaeta que tenga "calma, mucha calma" y lo llamó "hermano", con la voz entrecortada. "Por favor, no me dejen solo", fue el pedido postrero del hombre, quien informó que está enfermo del corazón. Solamente en Vargas se calcula que hay unos 7000 desaparecidos. La filial venezolana de la Cruz Roja estimó que son 200.000 las personas que perdieron sus viviendas. En Ginebra, la Federación Internacional de esa entidad hará un llamamiento para pedir 3,3 millones de dólares de ayuda básica durante los próximos tres meses, para poder dar asistencia a unas 50.000 personas --de entre más de 500.000 afectados-- que se encuentran en situación de emergencia. Ayer, para evitar conflictos, la gobernación del Distrito Federal de Caracas dispuso la prohibición del expendio de bebidas alcohólicas. Héctor Dávila, en nombre del gobierno, admitió que se produjeron algunos saqueos, motivo por el cual se han reforzado las guardias en las casas que tuvieron que ser abandonadas por sus propietarios y se estableció la pena de cinco días de arresto para los que ocasionen disturbios. Unos 1350 voluntarios de la Cruz Roja, junto con policías y miembros de otras fuerzas de seguridad, siguen realizando las tareas de rescate de sobrevivientes y retiran los cuerpos sepultados bajo el lodo. El presidente Chávez, a pesar de la gravedad de la tragedia, dijo ser "optimista" respecto del salvataje de sobrevivientes atrapados entre los escombros y resaltó que están dando prioridad "al rescate con vida de hasta la última persona que esté en el último rincón" del territorio afectado. El ministro de Salud y Desarrollo Social, Gilberto Rodríguez, advirtió que el peligro mayor es "el riesgo epidemiológico", que se potencia en las zonas de emergencia sanitaria. "Estamos en una fase de muchísimo riesgo epidémico por el efecto de calentamiento de las zonas afectadas y la falta de higiene, por lo que deben cumplirse todas las medidas preventivas, sobre todo en los refugios" donde han sido llevados los que quedaron sin casa. Como consecuencia del temporal han resultado dañados los ecosistemas de dos de los parques nacionales más bellos de Venezuela, El Avila y Morrocoy, que fueron seriamente afectados por las fuertes lluvias. El viceministro del Ambiente, Ricaurte Leonett, sostuvo que buena parte del drama humano que se vive se debe a la "permisividad en la instalación de asentamientos" en las faldas de El Avila, una formación montañosa de 2600 metros de altura. "En Caracas la tragedia no fue mayor porque de este lado de la montaña se respeta más su condición de reserva natural. De no haberlo hecho, el agua pudo haber destruido el norte de la capital."
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