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Página/12 Por Darío Pignotti --¿Los paraguayos deben "inventar" su democracia? --Creo que sí. Paraguay no está en democracia, aunque vivamos formalmente en democracia. Estamos en una transición a la democracia. En toda la vida política del Paraguay siempre ha habido dictaduras. No hay tradición democrática. --Difícil tarea la de cogobernar–cohabitar con el Partido Colorado. --Creo que a este gobierno de unidad nacional hay que fortalecerlo. Este es un modelo gubernamental con participación de la oposición como no se había visto en 60 años. Debe reconocerse la apertura del presidente (Luis) González Macchi. El no defenderlo significaría un golpe de Estado. --A nueve meses, el gobierno se "coloradiza" cada día, y el año próximo llevaría a Félix Argaña (colorado) como vice. --Este gobierno ha cometido muchos errores. Seguimos siendo un país con mucha corrupción y mucha impunidad, y con un manejo arbitrario del gobierno por parte del Partido Colorado. Es casi como el PRI mexicano. --En México, la oposición democrática jamás haría coalición con el PRI. ¿Cree que hay sectores democráticos en el coloradismo? --Yo creo que los hay, porque en el Partido Colorado hay bolsones autoritarios, pero el presidente González Macchi es abierto; y en segundo lugar, los colorados son un fenómeno social. Casi todos los empleados públicos son colorados. Los cambios económicos y sociales sólo pueden realizarse con los colorados, porque sin ellos se incendiaría el país. --El oviedismo también es un fenómeno social. --Es verdad, pero el oviedismo es satánico. Oviedo es un caudillo con la habilidad de sacar del ser humano lo peor, lo más bajo. Representa lo peor de la naturaleza humana, como Hitler. En diciembre del '97, todos los obispos paraguayos lo calificaron de Hitler. Es un vendedor de ilusiones que repartía credenciales de oviedista entre los campesinos prometiéndoles que con ese comprobante no les cobrarían en los supermercados. --¿Usted cree que Oviedo está tan solo? Hace un año y medio lo votó el 54 por ciento de los paraguayos. --Esos votos recogidos por Oviedo en mayo del '98 no se repetirían después de los asesinatos de marzo del '99. --Los oviedistas reclaman elecciones ya. ¿Por qué las rechazan? --Eso es golpe de Estado. González Macchi debe llegar hasta el 2003. Este es un gobierno constitucional, aunque no fue elegido por el voto popular. --Qué escenarios imaginan para Oviedo en el corto plazo? --Creo que terminará asilándose en el Uruguay. Sanguinetti es la única chance que Oviedo tiene en la región. Oviedo sabe que no puede mantenerse prófugo por mucho tiempo para poder mantener su incidencia en la política paraguaya. --En Uruguay no habría ninguna decisión hasta marzo, cuando asuma Jorge Batlle. ¿Restan, entonces, tres meses de zozobra? --Oviedo puede estar tres meses así como ahora, tiene el dinero y la cobertura para hacerlo. Yo no creo que la democracia paraguaya esté zozobrando. --¿Por qué Uruguay es tan receptivo con Oviedo? --Creo que es por el canciller (Didier) Opertti, cuyo hijo tuvo un estudio jurídico con Oviedo en el Paraguay. Dicen, no tengo pruebas. Y debe recordarse que Uruguay también asiló al general (José Felicísimo) Segovia Boltes, un vulgar ladrón que se robó 400 mil dólares mientras fugaba. --¿Quién le proporciona logística a Oviedo? --Oviedo maneja bien cuestiones de inteligencia militar y no tiene problema en contratar mercenarios. Sabemos que tiene contratados a militares paraguayos y a militares argentinos retirados, probablemente carapintadas. --¿Oviedo está en Paraguay? --Jamás. Oviedo es atragantado y atropellado pero no loco, sabe que acá no tiene apoyo, que la gente se ha levantado para impedirle que diera un golpe de Estado. El descontento que existe en el Paraguay no va a llevar a que el pueblo apoye al responsable del asesinato de Argaña y de los "Jóvenes de la Plaza" (marzo 1999). Podrán acompañarle 100 mercenarios pagos, pero no podrá levantar a las masas campesinas como prometió. --¿Dónde está? --Estaría en la región, probablemente en la Argentina: pero ahora no tiene ninguna protección, nosotros confiamos ciento por ciento en De la Rúa. Nuestras informaciones dicen que está en Corrientes, o en el Chaco, tal vez en una hacienda no sospechada. --Menem y Oviedo tienen una relación de años. Se cree que tienen negocios en común y hay una investigación en curso sobre el tema. Ya en los tiempos de Stroessner, cada vez que venía Menem, Oviedo era designado como su niñera. --No me cabe ninguna duda de que Oviedo planificó la salida con Menem. Nosotros habíamos denunciado que bajo el manto del asilo, Menem permitía que Oviedo enviara armas y dinero al Paraguay para convulsionar al país. --¿Detectaron armas? --Sí, las incautamos como comisión bicameral investigadora. Encontramos FAL y ametralladoras israelíes. --¿Menem financió a Oviedo? --Oviedo está en condiciones de regalarle dinero a Menem. Tiene una gran fortuna amasada especialmente con el narcotráfico y el tráfico de armas. Por algo los Estados Unidos le quitaron la visa. --¿A cuánto llega la fortuna de Oviedo? --Por lo bajo son 140 millones de dólares, pero debe ser mucho más. Y por eso están desesperados los poderosos que lo respaldan. Ellos quieren que Paraguay vuelva a ser un paraíso del narcotráfico, la piratería y el contrabando.
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Desde su
despacho en el palacio del Senado paraguayo, Luis Alberto Mauro contempla un enredo de
cruces improvisadas en madera, rosarios y flores plásticas. Es el monumento que recuerda
a los jóvenes asesinados "por órdenes de Lino Oviedo en marzo", acusa Mauro,
presidente de la comisión investigadora de los hechos que precipitaron la fuga del ex
general: "Oviedo es Satán", remata. El senador del centroizquierdista Partido
Encuentro Nacional opina, optimista, que el tiempo irá desgastando al militar prófugo,
pero admite que el gobierno de coalición no las tiene todas de su lado y que lo que
vendrá está cargado de incertidumbres. Una de ellas, la mayor, es disipar la amenaza
oviedista.