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![]() El drama comenzó el martes por la noche, frente al domicilio ubicado en Ayohuma 484, donde vive Walter Ferrizzi con su mujer, Claudia Susana, y el hijo de siete meses del matrimonio. Estaban de visita familiares que viven en el Chaco y que se iban al día siguiente, después de pasar juntos la Navidad. Por eso habían llegado temprano Raúl Beisada y su hija Valeria, junto con otros parientes, incluyendo cuatro chicos que estaban también en el jardín de la casa cuando la nena intentó dar su último beso. "Cuando estaba bajando, los tres pibes, porque eran unos guachos muy jóvenes, se nos tiraron encima y quisieron sacarle la camioneta a su dueño, un amigo mío que me trajo hasta casa", contó Ferrizzi a la prensa. Cuando vio que los chicos habían salido corriendo del interior de la vivienda para saludarlo, saltó la zanja para advertirles que se fueran para adentro. "No tuve tiempo de nada, escuché los disparos y la vi caer a Valeria, pálida, me quise morir", dijo Ferrizzi, que es profesor de Kung Fu, pero en ningún momento intentó ninguna resistencia física al robo, al observar que dos de los ladrones llevaban armas de puño. Los tres individuos, que habían llegado a pie hasta el lugar, escaparon aprovechando el impacto tremendo que sufrieron todos los familiares al ver que Valeria estaba herida de gravedad. En la misma camioneta Chevrolet 4x4 que habían intentado robar, la pequeña fue llevada primero al Hospital de Del Viso y luego al de Pilar. Los médicos la trasladaron de inmediato al quirófano, pero luego de sufrir cuatro paros cardíacos, falleció a la 1.20 de la madrugada de ayer. Anoche, en diálogo con Página/12, el subcomisario Dardo Caputo, de la comisaría cuarta de Pilar, dijo que por el momento "no hay ninguna información cierta sobre la identidad de los autores de este hecho tan aberrante". Caputo confirmó que horas después del incidente en el que fue herida Valeria "pasaron frente a la casa unos hombres que iban en un automóvil Renault 18 blanco y que insultaron y amenazaron a los familiares que estaban en la puerta, esperando novedades del hospital". Hilda, una de las abuelas de la niña fallecida, confirmó que eran "dos o tres tipos, pero no puedo asegurar que fueran las mismas personas, porque yo no las había visto antes". El subcomisario Caputo comentó que "nadie de los presentes tuvo tiempo de anotar la chapa del auto, de manera tal que no podemos saber si se trataba de un auto robado con posterioridad por los autores del crimen". Según el policía, el barrio Manuel Alberti es "muy tranquilo, un lugar donde es muy raro que pase algo tan grave". Sin embargo, los propietarios de casas ubicadas en barrios privados cercanos vienen reclamando desde hace tiempo por la "falta de seguridad". Anoche, shockeada por lo que le pasó a su nieta, Hilda le confió a los periodistas: "Que Dios me perdone por lo que voy a decir, pero yo agarraría un revólver y los mataría por lo que hicieron. No hay derecho, no hay lógica, no hay humanidad y esto nos pone a todos en un estado de total desamparo". Los vecinos del barrio, que ayer seguían comentando lo sucedido, coincidían: "Esto nos afecta a todos, nos arruina el festejo por el Año Nuevo". Dada la gravedad del suceso, el comisario Ramón Oreste Verón, titular de la Superintendencia de Coordinación General de la policía bonaerense, se había puesto al frente de la investigación.
INICIATIVA DE RUCKAUF PARA VOLVER AL JEFE DE
POLICIA
Ruckauf consideró "fundamental" que la policía vuelva a ser conducida por un uniformado y evaluó la posibilidad de que el ministro de Seguridad, el ex militar Aldo Rico, reincorpore a los oficiales de la Bonaerense exonerados por el ex ministro de la gestión duhaldista León Arslanian. "Si no existen elementos en contra y los casos son estudiados uno por uno, no tengo objeciones" para que vuelvan a la actividad los policías desplazados, afirmó el jefe provincial. Los anuncios marcan un cambio sustancial en la política desplegada por Arslanian, cuando dividió a la policía en 18 departamentos y puso a la fuerza bajo la órbita de un civil. Actualmente, depende del Ministerio de Seguridad. Ante la falta de la figura del jefe de la Policía, Ruckauf colocó al virtual titular de la fuerza, Orestes Verón, como subsecretario de Coordinación General, en la cartera que encabeza Rico. Pero el gobernador pretende volver al esquema anterior, recreando el verticalismo de la Bonaerense, con el cargo de jefe de la Policía. Sin embargo, como la reforma fue instaurada por una ley provincial, la estructura vigente debe ser modificada por la Legislatura bonaerense. Según anunció Ruckauf, el proyecto será enviado en febrero. El gobernador también reveló que impulsará una reforma al Código de Procedimientos, para "otorgar más facultades a jueces, fiscales y policías". Además, señaló que la instrucción de los sumarios --hoy a cargo de los fiscales-- podría volver a la policía, en algunos delitos. De todos modos aseguró "la cuestión será sometida a discusión legislativa para que se establezcan también los organismos de control". En relación a la propuesta de endurecer las penas para algunos delitos, el gobernador indicó que su intención es que los legisladores nacionales de la provincia presenten en el Congreso iniciativas en ese sentido.
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