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secciones Venus y Júpiter formarán un “Superlucero”

Por Mariano Ribas

Durante el anochecer del próximo martes, algo muy raro ocurrirá en el cielo. No sería extraño que al día siguiente, mucha gente hable sobre la potente mancha de luz que iluminó el firmamento del oeste, después de la puesta del Sol. Seguramente, también, habrá más de un reporte sobre el avistaje de un “gran ovni”. Y quién sabe qué otras cosas por el estilo. La cuestión es que en ese momento, Venus y Júpiter, los dos planetas más brillantes del firmamento, protagonizarán un encuentro muy cercano. El fenómeno tiene nombre: conjunción planetaria. Y por sus inusuales características, la de este martes será única en 25 años.

Un truco de perspectiva

Cada tanto, dos o más planetas tienen acercamientos en el cielo. En realidad, no se encuentran de verdad, porque cada uno tiene su órbita alrededor del Sol y nunca se cruzan. Pero en ciertas circunstancias, vistos desde la Tierra, da esa impresión. Por eso, las conjunciones planetarias son simples trucos de perspectiva. Y además, si los planetas que participan son brillantes, son un lindo espectáculo astronómico. En este caso, las cosas no pueden ser mejores: Venus y Júpiter son los dos planetas más luminosos, por lejos (no hay que olvidarse que Venus es el famoso “lucero”). De hecho, después del Sol y la Luna, son los objetos más brillantes del cielo. Y en estos momentos -y a causa de sus respectivos movimientos alrededor del Sol- ambos van en camino de alinearse visualmente.

La cosa es así: si ahora usted pudiese salir del Sistema Solar y mirarlo desde “arriba” (aceptando, desde luego que en el universo no hay arriba o abajo), vería que la Tierra y todos los demás planetas se mueven en torno al Sol en sentido inverso a las agujas del reloj. Y también notaría que la Tierra, Venus y, mucho más lejos, Júpiter forman una línea algo chueca, aunque pasablemente aceptable. Pero de ahora en más, y gracias a los movimientos de los tres planetas, la línea se hará cada vez más recta. Y el martes 23 alcanzará su máxima perfección. Es por eso que, vistos desde la Tierra, estos dos mundos hermanos parecerán estar casi pegados en el cielo.

Un “superlucero” vespertino

Cuanto más juntos estén dos planetas en el cielo, más llamativa es la conjunción. Y aunque una vez por año, Júpiter y Venus protagonizan conjunciones, no siempre son tan cercanas. Por lo general, en esos casos, se los ve separados por uno, dos o tres grados (para tener una idea, el tamaño de la Luna o el Sol a simple vista es de medio grado). Así y todo, llaman la atención.

Pero el próximo martes, su distancia aparente será mucho menor: apenas un de sexto de grado. Tan cerca, que es probable que casi ni se distinga espacio alguno entre ellos. Sus brillos prácticamente se fundirán para dar lugar a un “super lucero” vespertino. La última vez que pudo verse algo similar fue en 1990. Y para la próxima, habrá que esperar hasta el 2015.

Al oeste y a baja altura

El “superlucero” será tan brillante que tal vez pueda verse de día. Pero lo mejor, evidentemente, será esperar hasta que comience a oscurecer. El escenario del show será la parte baja del cielo del oeste, en dirección hacia donde se pone el Sol. A propósito: el martes, el Sol se pondrá a eso de las 19.30. Y ahí nomás arranca la hora clave. En esos momentos, el apretado dúo planetario estará a unos 15 grados de altura sobre el horizonte, o sea, bastante bajo. Por eso, para no perdérselos, conviene elegir un lugar alto, o bien, una zona donde no haya edificios o árboles que tapen la parte baja del cielo del oeste.

A medida que vaya oscureciendo, el “superlucero” se hará cada vez más patente, pero al mismo tiempo, irá perdiendo altura: a las 20.00, se lo verá a unos 10 grados sobre el horizonte oeste. Y así, continuará bajando, hasta desaparecer poco antes de las 21.00.

Antes y después

Si bien es cierto que el plato principal llegará el martes, hoy mismo puede comenzar a paladearlo: al anochecer, Júpiter y Venus (el más brillante de los dos) estarán bastante cerca uno de otro (a unos 3 grados de distancia). Mañana, se habrán juntado un poco más, y el lunes -siempre a la misma hora y en la misma parte del cielo- estarán a sólo 1 grado de distancia. Lo del martes, ya se sabe. ¿Y después? Bueno, la cosa será al revés: día tras día, los dos planetas se irán separando más y más, a medida que -al igual que la Tierra- sigan sus derroteros orbitales. Ojalá que el martes no se nuble, porque el cielo nos tiene preparado un regalo. Y vale la pena salir a recibirlo.