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Astrofísica
En la frontera
de un agujero negro
Por
Alicia Rivera
de El País de Madrid
Del centro
de la galaxia M87, situada a 50 años luz de distancia de la Tierra,
sale un potente chorro de partículas subatómicas que casi
alcanzan la velocidad de la luz. Desde hace años los astrónomos
han estado observando esta misteriosa región del cielo para ver
dónde se originaba el chorro, presuntamente en un agujero negro.
Ahora, una combinación de observaciones con distintos instrumentos
permitió atisbar la región en la que se forma el chorro.
Siempre creímos que el chorro tendría que formarse
por algún mecanismo relativamente cerca del agujero negro, pero
a medida que mirábamos más y más cerca del centro,
veíamos el chorro ya formado. Esto estaba empezando a ser bochornoso
porque nos estábamos quedando sin sitio donde situar el mecanismo
de formación que sabíamos que tenía que estar ahí,
comentó William Junor, de la Universidad de Nuevo México.
Junor y sus colegas, utilizando de modo combinado varios radiotelescopios,
incluso unos en Europa y otros en Estados Unidos sincronizados, lograron
por fin ver el origen del chorro, que se extiende casi en línea
recta varios miles de años luz.
Cien radios
El chorro se forma a unas pocas decenas de años luz del centro
de la galaxia, concretamente a una distancia igual a 100 radios de Schwarzchild
(el radio característico de un agujero negro del cual no puede
escapar nada, ni la luz), sostienen Junor, John Biretta y Mario Livio
en uno de los últimos números de la revista Nature. Se calcula
que el agujero negro que debe haber en el centro de M87 tiene 3.000 millones
de veces la masa del Sol.
En la zona de formación, el enorme chorro está ensanchado,
abriéndose unos 60 grados, pero enseguida, a los pocos años
luz, se estrecha hasta sólo 6 grados. La enorme resolución
lograda con la batería de telescopios ha sido posible distinguir
estos detalles. Es la primera vez que alguien ve la región
en que se forma un chorro cósmico fino, puntualizó
Junor.
M87 fue descubierta en 1781 por el astrónomo francés Charles
Messier y es la mayor de las miles de galaxias que forman el cúmulo
de Virgo y el más potente emisor de rayos X en la constelación
del mismo nombre. La galaxia también es conocida como Virgo A.
Red internacional de antenas
Para descubrir el origen del chorro, los astrónomos recurrieron
a una red internacional de antenas (denominada VLBA) que pueden funcionar
combinadas para observar un objeto celeste de modo que, a efectos de resolución,
el sistema opera como si fuera un único instrumento con diámetro
igual a la distancia máxima entre las antenas utilizadas. En este
caso el radiotelescopio tiene prácticamente el tamaño de
la Tierra, porque se han sincronizado antenas situadas en Estados Unidos,
en Alemania, en Italia, en Finlandia, en Suecia y en España. Los
científicos también trabajaron también con el radiotelescopio
VLA estadounidense y el espacial Hubble.
El descubrimiento de Junor y sus colegas apoya la hipótesis de
que el fino chorro de partículas que sale del centro de M87 se
debe a los campos magnéticos. En el centro de la galaxia, la materia
atraída por la fuerte gravedad del agujero negro forma un disco
que gira a gran velocidad,denominado disco de acreción, y las partículas
subatómicas salen despedidas de sus polos. Los científicos
creen que los campos magnéticos del mismo se retuercen por la rotación
y dan lugar a un par de finos chorro de partículas eléctricamente
cargadas. Chorros como el observado en M87 existen en numerosas galaxias
y los astrofísicos creen que lo averiguado ahora sobre su formación
puede aplicarse a otros.
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