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EL “MASOQUISMO EROGENO”, LA ILUSION DE AMOR Y LOS FENOMENOS COLECTIVOS
“Los que obedecen siempre son otros”

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Enfoque psicoanalítico de la obediencia, cuya
“raigambre sexual” va desde los fenómenos
de masas hasta la relación con el padre.

Por Irene Friedenthal *

La obediencia no es un fenómeno que el analista deba resignarse a contemplar lamentando cómo los otros –siempre los que obedecen son otros- se complacen en una humillante esclavitud. ¿Por qué el que obedece siempre es el otro? Porque la experiencia hipnótica revela que el hipnotizado no establece la conexión entre la acción que él cree voluntaria y las palabras escuchadas a las que otorga valor imperativo.
Cuando se aborda el fenómeno de la obediencia, se lo suele reducir al confort en el que la sumisión permite instalarse. Esto es, se la reduce al beneficio secundario. Sin embargo Freud descubre en la sumisión su raigambre sexual. La obediencia, la hipnosis, es la satisfacción masoquista que se realiza en la respuesta dócil, en la pertenencia a la masa, en el sufrimiento del amor, en el displacer del síntoma.
Freud esperaba que el tema del masoquismo fuera el fundamento, la piedra angular sobre la que habría de construirse la reformulación de la teoría de la libido. La reflexión sobre el masoquismo es solidaria con la reflexión sobre la experiencia hipnótica; para explicar la eficacia de la hipnosis, a la que se suele ubicar en la prehistoria del psicoanálisis, Freud necesitará indagar en lo misterioso del masoquismo.
El tratamiento analítico va en la dirección de una reducción del masoquismo, entendiendo que el analizante puede no estar dispuesto a ceder su masoquismo, puede no estar dispuesto a sustituirlo por otra satisfacción. Cuando Freud desmonta los tiempos de la fantasía, Pegan a un niño, de apariencia sádica, construye su fundamento masoquista en el anhelo de ser pegado/pegada por el padre amado. Se trata del masoquismo que compromete el cuerpo entregado a la flagelación en el fantasma recurrente a la neurosis, tanto obsesiva como histérica.
¿Por qué este predominio del fantasma de fustigación? Quizás porque pegar a un niño sea la puesta en escena de una representación banal, cotidiana, verosímil, que satisface tanto el masoquismo erógeno, que involucra el cuerpo, como el masoquismo moral. Satisface también el masoquismo moral porque supone que el niño pegado es castigado porque cometió una falta que merece la corrección del padre, una medida disciplinaria. Por eso el fantasma de fustigación se prestaría para traducir en lenguaje anal –el trasero desnudo– fantasmas masoquistas de contenido fálico: ser seducido, violado, abusado (fantasía predominante en la histeria), ser torturado (la rata es el instrumento de tormento del capitán cruel para el Hombre de las Ratas), ser castrado (Juanito, Hombre de los Lobos), ser fornicado y embarazado (pintor Haitzmann). Se trata de fantasmas de contenido fálico, no sólo porque comprometen los genitales del sujeto sino porque comprometen el genital paterno.
No son éstas las representaciones, que en primera instancia evoca la inclusión en la masa. A propósito de ella, Freud habla de pulsiones inhibidas en su fin. La identificación, el amor, sitúan los lazos que ligan a los miembros de la masa con el líder. El goce mortificante del cuerpo no es lo que está en primer plano, como efectivamente lo está en la fantasía de flagelación acompañada del acto masturbatorio, o como también lo está en la experiencia de la pesadilla, donde un cuerpo inmóvil, inerme y privado de voz soporta el peso del goce del otro, de quien está a merced.
Sin embargo, la ficción masoquista de ser amordazado y atado por la persona amada tiene especial relevancia en la masa y en el enamoramiento.
En la masa se renuncia a hacer oír la propia voz. Se habla al unísono, se deletrea un discurso compartido. Hay mordaza para la disonancia gozosamente acallada. El silencio de la propia voz es condición para mantener la ilusión de ser amado por el líder y por los compañeros de la masa. Quizás el pánico que acompaña la pérdida del líder y la ruptura del lazo con la masa sea el pánico de no poder delegar la voz en otros, el pánico de verse obligado a hablar en nombre propio.
No sólo Psicología de las masas es un texto tan clínico como Pegan a un niño, sino que, además, que lo continúa. En Psicología de las masas Freud da cuenta de cómo el niño odiado por mí de la fantasía de la flagelación se transforma en el hermano amado con quien me identifico en la masa. El pasaje del odio al amor se logra a través de la renuncia. Los hermanos se aman en tanto ceden el reclamo de una posición de privilegio. Este es el pasaje de la envidia al sentimiento de justicia.
El masoquismo da cuenta del temor al padre, líder, hipnotizador. El padre es peligroso, sea como sea, más allá de su persona. Es peligroso por la tentación que acecha de ofrecerse pasivamente a su goce. El carácter siniestro que Freud atribuye a la hipnosis es la nota que señala al observador el goce masoquista.
¿Qué lugar hay para la intervención del analista sobre el fenómeno hipnótico en el curso de un análisis? Me parece que mientras no se presenten formaciones sintomáticas, las identificaciones que ligan el sujeto a la masa no están conmovidas, y que señalarlas sólo tiene un valor de denuncia salvaje, silvestre, que contribuye a reforzarlas por la resistencia entonces provocada.
En cambio, la práctica freudiana encuentra una ley de hierro: la vía para la revelación del goce masoquista y para su sustitución está siempre marcada por la palabra equívoca: es en las formaciones del inconsciente donde se revela la juntura de la palabra con la satisfacción del cuerpo.

* Profesora titular de la Cátedra I Psicoanálisis: Freud, en la Facultad de Psicología de la UBA. Texto extractado de un trabajo que integra la compilación Encuentros con la satisfacción, de próxima publicación (Eudeba).

 

POSDATA

Honor. Hoy el psicoanalista argentino David Nasio será nombrado miembro de la Legión de Honor de Francia “por su labor de difusión del psicoanálisis”. Nasio, nacido en Rosario en 1942, vive en Francia hace 30 años. Es docente en La Sorbona y dirige los Seminarios Psicoanalíticos de París.
Bebés. Jornadas de observación de bebés, el 22 y 23 en el Hospital Italiano. Invitados: Didier Houzel e Isabelle Marin Friley. 4959-0348.
Kaës. René Kaës visitará la Argentina. El 7 de agosto, dos conferencias en la Universidad Maimónides, Hidalgo 775: de 10.30 a 13.30, “Proceso de aprendizaje en pequeños grupos”; de 15 a 17, “Violencia en instituciones de salud” (gra-tuito).

Desempleo. Para una investigación de la Facultad de Psicología de la UBA sobre efectos del desempleo se requieren hombres y mujeres de 20 a 25 años, desempleados hace por lo menos seis meses. Se entregará un viático. 4393-2734.
Putas. “¿La más santa de las putas?”, ateneo clínico en Colegio de Psicólogos de Morón, mañana. 4629-4566.
Temidas. Taller “Nuestras escenas temidas” en Centro de Psicodrama Psicoanalítico Grupal, con Sacha Altaraz, el 30 de 18 a 21. 4866-4242.
Traumdeutung. “Hacia los 100 años de Die Traumdeutung”, desde el 4 de agosto a las 20 en Centro Psicoanalítico Argentino. 4822-4690. Gratuito.
Género. “Cuestiones de género. Modalidades vinculares entre hombres y mujeres”, jornada vivencial con Perla Stoppel, el 17 de 10 a 20. 48640018.
Bion. Encuentro sobre el pensamiento de Bion auspiciado por APA, APdeBA y SAP. Del 17 al 20. 4825-0419.


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