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Festival de Cine Independiente
de Buenos Aires

Día de la
independencia

El 1� de abril empieza el primer Festival Internacional de Cine Independiente en Buenos Aires: durante diez días se podrán ver películas de los puntos más remotos del mundo que a duras penas suelen llegar a la Argentina. Andrés Di Tella y Ricardo Manetti (los directores) hablan de la teleconferencia que dará Lars von Trier, los talleres de la gente del Sundance y de Dogma 95, la retrospectiva de Nanni Moretti y la primera película coreana que se estrenará en el país. Además, una introducción a cuatro de las películas argentinas que se proyectarán; y entrevistas a Barry Gifford (guionista de Perdita Durango) y Paul Morrisey (el cineasta de Andy Warhol).

Por PABLO MENDIVIL

Hubo un año en que el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata se llevó a cabo en Buenos Aires. Fue en 1964. El fracaso de público y repercusión resultó tan estrepitoso que la siguiente edición volvió a celebrarse allá. La idea de que Buenos Aires volviera a gozar de las bondades de un festival de cine propio empezó después del desbordante éxito de los ciclos de cine y video organizados durante Buenos Aires No Duerme versión ë98. Ricardo Manetti (alma mater de esos ciclos y ahora director general del Festival) viajó a Sundance, el reducto norteamericano de cine independiente creado por Robert Redford, y la idea comenzó a tomar forma. Pero ìla ideaî (del delarruista Gobierno de la Ciudad) era que se llevara a cabo en octubre pasado, en abierta competencia con el Festival menemista de Mar del Plata. Tenerlo listo en tres meses era imposible, y se pasó para abril de este año, como un eslabón más en la cadena de ìBuenos Aires 2000î, la serie de eventos estacionales proyectados por la administración radical: los conciertos de Buenos Aires Vivo para el verano, el Festival de Cine Independiente para el otoño, el Festival Internacional de Teatro a fines del invierno o comienzos de la primavera y una megafiesta tanguera la noche del 31 de diciembre, en el Obelisco.

BUENOS AIRES DESPIERTA Mientras Manetti convencía a Redford en Sundance, Andrés Di Tella (director artístico del Festival) viajó a Rotterdam (Holanda) y Pu San (Corea) en busca de películas y cortometrajes. De este modo, los principales centros del cine independiente se pusieron al tanto del proyecto. ìPara un festival que se realiza en un lugar que no es central en el mundo es importante darle una identidad, un perfil definido. Básicamente, elegimos películas hechas por cineastas con una especie de mandato propio. Es la diferencia con lo que sería un cine comercial o por encargo. Cada película tiene no sólo una estética propia sino un camino propio de producción, con pocos medios económicos pero mucho ingenio para encontrar soluciones creativas a esa falta de recursosî.

RELACIONES PELIGROSAS Que el Gobierno de la Ciudad organice un Festival de Cine Independiente no resulta una contradicción para Di Tella: ìEventos así tienen que contar con apoyo del Estado. Los países que deciden tener cine lo subsidian. Subsidian la producción de películas y apoyan el cine a través de distintas instancias del Estadoî. Partiendo de un presupuesto de 300.000 pesos, los organizadores se lanzaron a buscar sponsors: un hotel que cede estadías, líneas aéreas que rebajan los pasajes, una cadena de cines que además de las salas colabora con el subtitulado, un sitio en Internet que diseña una página y la actualiza diariamente. ìNadie sabe cuánto costó el último Festival austero de Mar del Plata, pero seguramente se gastó mucho más que en ésteî, se defiende Di Tella.
EL FIN Y LOS MEDIOS Los organizadores optaron por aceptar no sólo películas filmadas en el tradicional 35 mm que se ve en las salas. ìEs una cuestión ideológica. El cine independiente generalmente no cuenta con un presupuesto para filmar en 35 mm. Si nos hubiéramos restringido a ese formato habrían quedado afuera un montón, entre ellas las dos películas en 16 mm que entraron en la competencia oficial. Por eso buscamos las salas adecuadas para pasarlas con la mejor calidad en proyección y sonidoî, explica Manetti. Esta variedad de formatos es precisamente lo que permitirá al Festival BA proyectar películas de países cuya filmografía a duras penas desembarca en la Argentina. Por ejemplo, cuando se proyecte Fly Low de Kim Sion, ìserá la primera vez que se estrene una película coreana en la Argentinaî, dice Di Tella. Entre los films en competencia se encuentra, además, El hijo adoptivo, una película de Kirguistán, que no es el director sino el país de origen: cuando los organizadores vieron la película (del director Aktan Absikalikov) y quisieron incorporarla, no encontraban en ningún mapa dónde quedaba ese país. ìEn este momento el cine atraviesa un momento de creatividad impresionante, pero casi nada de eso llega a la Argentina. Creo que el Festival puede dar un panorama de lo que no se ve acá. Y los estudiantes de cine van a enfrentarse con películas hechas con recursos similares a los que tienen ellosî.

LAS PARALELAS SÍ SE JUNTAN
Como parte de la idea de que el Festival no fuese sólo una muestra de películas, habrá una serie de talleres y seminarios: por primera vez en el mundo se realizará un taller dictado por el grupo Dogma, a cargo de Jens Albinus y Kristoffer Nyholm (actor y asistente de dirección de Los idiotas, a quienes se sumará el propio Lars von Trier en teleconferencia que el público podrá seguir el sábado 3 a las 12 horas, a través del site del Festival en Ciudad Digital: www.ciudad.com.ar). El Instituto Sundance dará un ìForo de Producciónî, donde se ofrecerá información para la producción y comercialización del cine independiente (en la Sala Abasto 1, el 9 y 10 de abril de 9 a 18 hs). Kim Dong-Ho, director del Festival de Pu San, presentará (el miércoles 7 a las 22, en la sala Lugones) una selección de cortos asiáticos premiados. En el marco de ìLa Revolución Digitalî, los norteamericanos S. Avalos y L. Weiler presentarán The Last Broadcast, una película que no solamente fue filmada en sistema digital sino que fue editada en una computadora hogareña y enviada de allí a los cuatro cines que la proyectaron, recibiéndolas con antenas parabólicas (el domingo 4 a las 21.30 en el Cosmos, el público podrá hablar con los directores después de la proyección). Se proyectará una retrospectiva completa del director italiano Nanni Moretti (desde Aprile, su última película, hasta sus primeras producciones en Super 8 y 16 mm) y el argentino Fernando Birri, creador de la Escuela de Cine de Santa Fe, vendrá de Italia para presentar El siglo del viento, un largo basado en el libro de Eduardo Galeano (martes 6 a las 21.30 en el Cosmos). Y habrá una sección llamada ìLargometrajes en procesoî, dedicada a películas argentinas que se rodaron sin subvención alguna del Instituto de Cine, y cuyos realizadores aspiran a conseguir así el dinero que les falta para estrenar comercialmente (entre las películas se proyectarán en el cine Cosmos estarán Zapada de Raúl Perrone, el sábado 3 a las 15; Botín de guerra de David Blaustein, el miércoles 7 a las 12.30; y la lectura del guión La ciénaga de Lucrecia Martel, ganador del último Festival de Sundance, el jueves 8 a las 12.30).

LO QUE SUPIMOS CONSEGUIR
Los cines que proyectarán las películas del Festival están diseminados por toda la ciudad. Aunque en un principio se buscaban cines de la calle Corrientes para facilitar los desplazamientos, las salas que cederán sus pantallas son la Leopoldo Lugones del Teatro San Martín, el Lorca, el Savoy de Belgrano, el Cineplex Lavalle, el Lorange y cinco de las doce salas del Shopping Abasto. Dentro de la competencia oficial habrá dos secciones: una dedicada a primeros o segundos largometrajes y otra a cortometrajes. En ambos casos, los jurados estarán integrados por Barry Gifford, Whit Stillman, el argenmex Carlos Marcovich, el coreano Kim Dong-Ho (organizador del festival de Pun Sa), el crítico holandés Peter Van Beuren, el español Fernando Lara (organizador del Festival de Valladolid) y Valentina Bassi. Además, habrá una serie de muestras paralelas: las ìNoches Especialesî (en donde se proyectarán Tren de vida, película francesa de Radu Mihaileanu; øQuién diablos es Juliette? del argentino Carlos Marcovich; El visitante del argentino Javier Olivera y Silvia Prieto, de Martín Rejtman), el ciclo ìCiudad 2000î (dedicado al cine urbano), ìCine Independiente del Mundoî, ìCine Independiente de Estados Unidosî y las ìGalas Iberoamericanasî. Según Di Tella: ìEl público se va a sorprender con la calidad formal y por el contenido. Estas películas emocionan o divierten por otros caminos que los de Hollywood, pero están muy lejos de esa idea que se tiene del cine de autor: que es aburrido o está filmado fuera de focoî.


Informes: Hall del Teatro San Martín, Cines del Shopping Abasto, C.C. Recoleta, y Cine Cosmos.