Apenas un 20 por ciento de los autos incluidos en el plan de subsidios “Junio 0KM” son de origen nacional. El resto son unidades importadas por las terminales instaladas en el país o modelos de marcas no radicadas, advierte un informe del Instituto de Trabajo y Economía (ITE). Es decir que la iniciativa oficial no sólo viene a favorecer a los sectores de más altos ingresos que pueden estar pensando en este momento de crisis económica en cambiar el auto, sino que además impulsa mayormente las importaciones y con ello, la salida de divisas. En términos fiscales, el Gobierno nacional espera que el efecto sea neutro porque el subsidio estatal se podría equilibrar con el cobro de impuestos derivado de las mayores ventas. También hay quita de impuesto a los sellos por parte de la provincia de Buenos Aires y de la Ciudad para impulsar la venta de los modelos del plan.

El programa ofrece un descuento sobre el precio de venta de 50 mil pesos para autos cuyo precio de lista no supere los 750 mil pesos y de 90 mil pesos para autos entre 750 mil pesos y 1,4 millón de pesos. Para la primera franja, el gobierno nacional aporta 20 mil pesos y 40 mil pesos para la segunda, mientras que el monto restante será cubierto por las terminales. Desde Abeceb calculan que el plan activará nuevas ventas de 10 mil a 15 mil unidades, con un costo fiscal de unos 450 millones de pesos, con lo cual no se llegaría a cubrir el presupuesto asignado de 1000 millones de pesos. 

“El plan tiene impacto casi total en las importaciones. No hay tracción sobre el entramado industrial”, comentan empresas autopartistas, proveedoras de componentes para las terminales. Según los datos de Adimra, el nivel de actividad en el autopartismo muestra una caída de 12,5 por ciento en el primer cuatrimestre, con cierre de empresas nacionales y salida del país de multinacionales que se mudan a Brasil. La última noticia al respecto es el cierre de la plana italiana Brembo en el barrio de Barracas. El sector autopartista emplea a más de 60 mil personas.

La falta de impacto de la iniciativa oficial sobre el autopartismo se debe a que el plan tiene poco arrastre sobre los autos que se ensamblan en el país. “El programa no tendrá un impacto significativo en la industria nacional porque el beneficio aplica al total de modelos que se comercializan en el mercado interno y no es exclusivo para modelos nacionales. En el mercado actual, los vehículos importados representan el 70 por ciento de las ventas totales, una cifra que es récord histórico. Específicamente en el programa, se incluyen 233 versiones de autos, de los cuales sólo 50 versiones son de origen nacional”, explica el informe del ITE. Las terminales podrán reducir sus stocks y mejorar su posición financiera, aunque en términos productivos no se mueve la aguja. La fabricación de autos acumula una caída del 32 por ciento en los primeros cinco meses y registra un cuadro de suspensiones masivas de personal.

“Se entiende la necesidad de medidas que reactiven la demanda de vehículos, pero teniendo en cuenta que la mayoría de la oferta se compone de vehículos importados, tendría mucho más lógica destinar recursos a generar más competitividad de los vehículos producidos localmente que se exportan”, indicó a este diario Juan Cantarella, gerente general de AFAC.

Por otro lado, desde el ITE advierten que hubo una suba de precios de lista por parte de las automotrices en paralelo al lanzamiento del plan, con lo cual se achica el descuento “real”. “Sumado a todos estos problemas, el programa sólo tiene vigencia por 25 días, desde el 5 al 30 de junio. Si el plan no se extiende a julio la situación volverá a ser la misma y hasta con precios aún mayores, convirtiéndose nuevamente en una política de corto plazo orientada a llegar al cierre de listas con números algo mejores en la economía”, indica el informe. Las concesionarias, que muestran caídas de ventas del 51 por ciento en cuatro meses, festejan la medida. “Ya en los primeros días se nota una multiplicación de público en los salones y consultas en medios digitales. Estas medidas eran más que necesarias para nuestro sector”, dijo el presidente de Acara, Ricardo Salomé.