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 El
flamante jefe de la Policía Federal, comisario general Rubén Santos, advirtió ayer que
su fuerza aplicaría “mano dura” para combatir el delito, pero aclaró que lo
haría “en el momento oportuno”. Santos avaló, además, la sanción de penas
más severas para condenar a los delincuentes. “Es parte de la necesidad actual en
materia de inseguridad”, opinó, tras prestar juramento ante el presidente Fernando
de la Rúa como nuevo titular de la fuerza. Santos adelantó que entre los “temas
primordiales” de su gestión estarán “el profesionalismo” y “la
tecnificación” de la policía, y destacó que fomentará la prevención de delitos
con “tecnología acorde al nuevo siglo”. Junto a Santos, también asumieron el
comandante general Hugo Alberto Miranda, al frente de la Gendarmería, y el prefecto
general Juan José Beltritti, en la Prefectura. Ante una pregunta acerca de si se considera un policía “garantista”, Santos respondió: “Me definiría como un policía de 35 años en los que conocí toda la problemática institucional y todos estamos permanentemente garantizando cosas. Nuestra garantía es, precisamente, llevar a cabo los logros que todo policía necesita”. Santos, de 53 años, juró ayer en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno. Aunque en declaraciones a la prensa señaló que su gestión será una “continuidad” de la que llevó adelante su antecesor, Pablo Baltazar García, su arribo a la jefatura de la fuerza marcaría un cambio en la estructura heredada de la era menemista. Santos tiene un perfil técnico. Desarrolló casi toda su carrera en la Policía Científica y anteriormente fue Director General de Antecedentes, currículum que lo aleja de sus antecesores, todos hombres del sector operativo. Además, según cuentan sus allegados, Santos apoyó en la intimidad al comisario general retirado Juan Carlos Raffaini, cuando éste renunció a la Jefatura de la Superintendencia de Drogas Peligrosas a fines de 1998 y abandonó la fuerza, en disconformidad con la actitud adoptada por la cúpula policial de entonces frente a los supuestos casos de corrupción investigados por la Justicia, en los que aparecían vinculados varios oficiales. “La ‘mano dura’ es para aplicarse en el momento oportuno”, definió el flamante jefe policial. En otro orden, indicó que el traspaso de la fuerza a la órbita del Gobierno porteño “es un tema que se está analizando con el Gobierno nacional, y que en una primera etapa se va a hacer a través de un convenio”. Como subjefe de la fuerza estará el actual jefe de la Región I Buenos Aires, comisario mayor Osvaldo Cannizzaro.Ayer, De la Rúa puso en funciones también a los nuevos titulares de la Gendarmería y la Prefectura. El comandante general Miranda, de 56 años, reemplazará a Timar Musumeci. Miranda fue subsecretario de Seguridad Interior y director general de Seguridad dentro de la Gendarmería. Al frente de la Prefectura, en tanto, asumió el prefecto general Beltritti, caracterizado por un perfil internacional. Tiene 54 años, es abogado y estuvo destacado en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y en la Organización Marítima Internacional. Hasta ayer fue director de la Policía de Seguridad y Judicial. Reemplazará a Jorge Maggi, quien se desempeñaba como titular de la Prefectura desde el 8 de enero de 1992.
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