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ENTREVISTA A JOSE MIGUEL ONAINDIA, NUEVO DIRECTOR DEL INSTITUTO NACIONAL DE CINE
“Hay que ir al rescate del público perdido”

El designado funcionario, que asume el lunes, comenzó ayer una ronda de reuniones con distintos sectores de una industria problemática, plagada de internas e intereses económicos. En ese marco, concedió esta entrevista.

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Onaindia, abogado y profesor universitario, asegura que el primer paso es “sanear” al Instituto.
“El rojo de la administración Mahárbiz asciende aproximadamente a unos 31 millones de dólares.”

Por Horacio Bernades


t.gif (862 bytes)  ”El cine argentino debe recuperar mercados, tanto en el orden interno como en el externo. Hasta ahora no se entendió lo suficiente que una de las funciones del cine es la de servir como carta de presentación de un país y una cultura, y es necesario relanzar esa idea.” En sus primeras declaraciones, José Miguel Onaindia delineó ayer Página/12 las principales líneas de su gestión al frente del Instituto de Cine y Artes Visuales. Este abogado de 45 años, que asumirá el lunes, tiene como principal tarea el saneamiento financiero y administrativo del Instituto, que la administración Mahárbiz dejó con un “rojo” considerable. Una auditoría ordenada por el Gobierno como paso previo a la llegada de nuevos funcionarios parece estar arrojando numerosas pruebas de mala administración de fondos y asignación de gastos. Onaindia atendió a este diario en su estudio de Congreso, donde viene manteniendo una serie de reuniones con distintas personalidades del medio cinematográfico, como paso previo a su asunción. Abogado constitucionalista y profesor universitario, el inminente funcionario se confiesa un espectador de cine fiel y consecuente. “Aprendí el lenguaje del cine antes que el lenguaje hablado. El cine me inició en las otras áreas del conocimiento, desde las artes plásticas hasta la filosofía. Incluso mis primeras nociones de derecho las tuve gracias al cine.” Durante la entrevista, y aun reconociendo el peso del “paquete” heredado, el nuevo director del Incaa se manifestó optimista con sobre el futuro.–Usted es abogado. ¿Puede suponerse que una de las puntas de lanza de su gestión será promover un ejercicio eficaz de la Ley de Cine?–Esa es una de las prioridades. La Ley de Cine vigente es una importante conquista del medio cinematográfico, en tanto apunta a fomentar, ordenar y jerarquizar la producción. Estoy familiarizado con esa ley, ya que en mi actividad profesional atendí a numerosos particulares del medio cinematográfico. Pero, como toda ley, necesita una reglamentación específica, para que la letra no viole el espíritu con que fue redactada y sancionada. Mi primer objetivo como director del Instituto es promover un decreto reglamentario, para ajustar el cuerpo de la ley y darle claridad normativa. La necesidad de una reglamentación es compartida por los distintos sectores de la industria del cine.–Según adelantó el secretario Darío Lopérfido, usted recibe una pesada herencia.–Así es. En los próximos días quedará concluida la auditoría que dispuso el secretario de Cultura, por lo cual todavía no es posible hacer números definitivos sobre el estado de situación. Pero sí puedo adelantar que el “rojo” de la administración Mahárbiz asciende a unos 31 millones de dólares, aproximadamente. Una vez que se sepa con exactitud la composición de esa deuda, habrá que empezar a ver de qué modo se le hace frente, y cómo se corrigen, de aquí en más, los vicios heredados.–La industria esta parada y en el Instituto no hay plata para afrontar sus deudas¿Cómo piensa resolverlo?–Urge una solución de ese problema, ya que la del cine es una actividad estacional, y es justamente en estos meses que muchas producciones están en rodaje, o a punto de comenzarlo. Hasta tanto no reciban el importe correspondiente a los créditos acordados, esas producciones no pueden completarse, y varias de ellas debieron suspenderse. Lo que puedo adelantar es que de nuestraparte existe, como ya lo ha hecho saber reiteradamente el secretario de Cultura, la voluntad política de hallar una solución, y se hallará.–Una vez solucionado ese problema, ¿qué líneas guiarán su gestión?–El cine argentino debe ir al rescate del público perdido, en el orden interno y en la recuperación de mercados del exterior, que alguna vez tuvo y perdió. No hay que olvidar que, en los años 30 y 40, al cine argentino le iba muy bien en lo interno, y tenía una fuerte capacidad de exportación a los países hispanohablantes. Esa potencialidad debe recuperarse, y habrá que apelar para ello a las medidas de fomento necesarias.–¿Esas medidas de fomento incluirían alguna clase de regulación en lo que hace a la competencia del cine argentino con el de Hollywood?–Yo no hablaría tanto de “regulación” como de restablecer la comunicación de las películas argentinas con el público. Hace unos días estuve en España, y pude comprobar que el cine local está muy fuerte, con una gran capacidad de producción y muy buenas cifras de público. A eso hay que tender. En cuanto a las medidas concretas, las veremos en el curso de los próximos días. No se olvide de que todavía no asumí el cargo. De todos modos, todo lo relacionado con la producción y la recuperación industrial estará a cargo del subdirector del Instituto. Mi tarea específica es sanear y reordenar el funcionamiento administrativo, legal y financiero de la actividad, hoy seriamente deteriorado, y a eso pienso abocarme.

 

Otra semana de decisiones

El designado interventor José Miguel Onaindia se reunirá por primera vez con las entidades del mundo cinematográfico el martes que viene, un día después de su primer día de trabajo en el Instituto. En esa reunión estará presente el secretario de Cultura y Comunicación, Darío Lopérfido, y se calcula que para entonces estará definido el nombre del subdirector del Incaa. Ayer, el nombre que sonaba para ocupar ese cargo era el del productor independiente Pablo Rovito. Uno de los más fuertes opositores a la gestión Mahárbiz y conocedor a fondo de todos los mecanismos que rigen la actividad, durante la etapa preeleccionaria, Rovito formó parte (junto a Lita Stantic, Manuel Antín y Beda Docampo Feijóo) de los equipos del Instituto Programático de la Alianza, organismo que agrupó a los think tanks del radicalismo y el Frepaso. Stantic es la otra candidata al cargo. Rovito ya se reunió con Onaindia.

 

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