Tal
como anticipó ayer Página/12, el presidente Fernando de la Rúa centró
su discurso en el Foro del Holocausto de Estocolmo en un compromiso:
apoyar la investigación sobre los atentados contra la Embajada de Israel
y la AMIA. También prometió instituir que en las escuelas se conmemore
cada 19 de abril el levantamiento del ghetto de Varsovia, donde los nazis
recluyeron a los judíos que no fueron enviados a los campos de
concentración.
“El gobierno que presido asumió el compromiso, que reitero
enfáticamente, de impulsar la investigación de estos hechos criminales
en todo lo posible y hasta sus últimas consecuencias. Está dicho en la
Biblia: ‘justicia, justicia buscarás’”, fueron sus palabras.
“Lo esencial es la memoria. Memoria es hacer presente, es compartir el
dolor y el horror, es la fraternidad con las víctimas”, dijo De la Rúa
al hablar de la matanza de judíos a manos de los nazis.
“Buenos Aires, en un predio donado por el Estado, tendrá el monumento
permanente a las víctimas del Holocausto”, añadió.
Después visitó la Gran Sinagoga de Estocolmo para rendir un homenaje a
las víctimas del Holocausto. Dejó un pequeño guijarro sobre un muro con
la inscripción del nombre de los caídos, como un símbolo de recuerdo, y
bebió el vino de honor que se bebe en ocasiones especiales de las
celebraciones judías. Le regalaron un copón de cerámica.
En el discurso ante el Foro, De la Rúa articuló todos los temas que
podían garantizarle sintonía con el tono del encuentro, más sensible
aún a los temas del Holocausto por la gran chance del neonazi austríaco
Joerg Haider de acceder al poder.
Recordó que
la viuda de Oscar Schindler —Emily— vive en la Argentina y que cuenta
con el apoyo del gobierno “y es un ejemplo de lucha”. (En realidad
Emily Schindler recibía ayuda económica del gobierno de Carlos Menem y
De la Rúa se la renovó después de que este diario revelara que estaba
casi en la indigencia.)
“La ‘shoah’
es un tema universal, nos involucra a todos, nos afecta a todos, lo
sufrimos todos, más allá de las fronteras físicas y temporarias”,
dijo utilizando el término hebreo que equivale a destrucción para
nombrar al Holocausto.
En línea de
continuidad con Menem, informó que “el gobierno argentino abrió los
archivos porque es una exigencia de la verdad y la memoria, para
investigar la participación de funcionarios argentinos con el nazismo”.
Tampoco tuvo
problemas en rescatar otra decisión de Menem, cuando indicó que “la
justicia argentina ha resuelto favorablemente los casos de extradición de
personas acusadas de crímenes contra la humanidad que habían ingresado
al país abusando de su hospitalidad”.
Puso como
ejemplo una víctima argentina de la shoah, el caso de Matilde Bueno, que
a los 13 años había sido deportada junto con su padre desde Salónica y
murió asesinada en una cámara de gas en Auschwitz, el 4 de mayo de 1943.
En el contexto
dado por el fenómeno Haider, pidió “que el siglo XXI nos encuentre
comprometidos en que nunca más los seres humanos sean perseguidos por su
raza, su credo o su ideología. Que nunca más existan convoyes de la
muerte como los que afluyeron a Auschwitz, de cuya liberación se cumplen
hoy (por ayer) 55 años. Todo ser humano es habitante del mundo y
ciudadano de la humanidad”.
Destacó el
papel de la futura Corte Penal Internacional, un tribunal que tendrá
potestades extraterritoriales que De la Rúa definió como “un regalo
para las generaciones futuras”, recordando palabras del secretario
general de las Naciones Unidas, Koffi Annan.
Historió que
“en América latina se juntan todas las razas, millones de seres humanos
llegaron allí en busca de un nuevo comienzo, pero han sufrido como en
país la presencia de regímenes autoritarios y de violaciones
sistemáticas de los derechos humanos”.
Elogios a la cabeza y al corazon
Apoyo de la AMIA
“El
presidente De la Rúa tiene una trayectoria que merece que se le tenga fe
y un principio de tiempo para que se pueda desenvolver. Nosotros somos muy
críticos con este tema pero no nos olvidemos que muchas leyes sobre esta
materia han salido de la cabeza y el corazón de De la Rúa”, dijo en
Estocolmo el presidente de la AMIA, Hugo Ostrower, en abierto apoyo no
solo de las definiciones sino de la figura del Presidente en cuestiones de
discriminación y antisemitismo.
“Fue él quien impulsó la ley anti-discriminatoria en la Argentina”,
dijo Ostrower sobre De la Rúa. Y agregó: “En la Argentina debemos
estar muy atentos a las apariciones esporádicas de estos grupos que
porque se creen que son minoritarios haya que dejarlos de lado. Así
comienzan los grupos minoritarios y luego se pueden llegar a expandir. Las
consecuencias del nazismo fueron tan graves que tardamos 55 años en el
mundo en reaccionar y ahora tenemos que estar en una lucha permanente”.
En cuanto a la causa judicial por la AMIA, el dirigente subrayó que para
mayo o junio puede tener viabilidad el proceso oral y allí se resolverá.
Raúl Woscoff, del Centro Raoul Wallenberg de Bahía Blanca, afirmó: “El
tema del Holocausto ya salió de la comunidad judía y se instaló en toda
la sociedad. El Presidente ha destacado la edificación del monumento a
Wallemberg y hay sólo cuatro países en el mundo que han emitido un sello
(postal) en su memoria que son Israel, los Estados Unidos, Suecia y la
Argentina. La Argentina ha adelantado mucho y es un mérito particular de
(Adalberto) Rodríguez Giavarini y el propio Fernando de la Rúa que aun
antes de ser gobierno, establecieron contacto con la temática Wallenberg”.
Wallenberg fue un diplomático sueco que salvó a miles de judíos en la
época nazi.
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