
Discurso
En los ‘90 lo consideraba un amigo, a secas. Compartían críticas a la flexibilización laboral impulsada por la gestión menemista. El tiempo pasó, y se lo escuchó hablar de la misma persona pero con más distancia. “Es un buen político”, comenzó a decir con desgano a fines del año pasado. Pero el 2000 encontró a Hugo Moyano con un discurso definitivamente cambiado. Y ayer, a la hora de hablar del vicepresidente Carlos “Chacho” Alvarez, quien ahora realiza una ardua defensa del proyecto de reforma laboral, el futuro secretario general de la CGT aseguró su perfil opositor apelando a dos nuevos calificativos: “Es un converso y un travesti político”.
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