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| Por Gabriela Carchak Las palabras de Brailovsky obedecen a la propuesta de boicot que el ministro de Deportes israelí, Matan Vilnai, lanzó anteayer. El ahora técnico aseguró que, en lo que respecta al clima general, “el pueblo está igual, lo que hay son comentarios de bar o de los artículos que salen en los diarios. Aquí todo es normal, sólo que con un agregado: hay otro más que está en contra de Israel. En este país esto es algo de todos los días. El sentimiento pasa más por la indignación o la sorpresa que por el miedo, ya que no está en la mentalidad de la gente tener terror. Hubo un equipo de esgrimistas que debía partir mañana (por hoy) a un torneo en Viena y el ministro de Deportes les prohibió viajar. Uno de ellos se quejó y dijo que él hubiera ido allá y se hubiera paseado por Viena envuelto en la bandera de Israel para demostrar sin miedo que él es judío. Acá no hay terror”. La idea de Vilnai también involucra a la selección israelí de fútbol, que comparte con Austria, España, Liechtenstein y Bosnia-Herzegovina el grupo eliminatorio para el Mundial. El ministro está planeando algún tipo de acción para evitar el enfrentamiento o para que los austríacos no participen. “Las Eliminatorias todavía están lejos y faltan varios meses para que se juegue contra Austria. Se comenta si sería conveniente jugar o no, pero todavía no hay posición”, explicó Brailovsky. La respuesta del ámbito deportivo a la idea de Vilnai no se hizo esperar, y anteayer una pareja de patinadores sobre hielo que se encontraba en Viena participando de un torneo fue retirada de la competencia. “Están todos muy nerviosos con esta situación –explicó Brailovsky–; se espera la respuesta de la Comunidad Europea a ver si se ponen todos de acuerdo para no permitir que ‘este muchacho’ haga lo que quiera. Dentro del ámbito político están manejando las cosas muy por arriba y sólo nos podemos enterar de algunas cosas. Se confía en que la Comunidad Europea en general apoye a Israel en todo esto, porque en estos últimos años se hicieron muy buenos contactos con muchos países de Europa y el gobierno cree que tiene feeling como para lograr una postura en su favor”.Las reacciones en el ambiente deportivo israelí fueron diversas pero, según Brailovsky, hay consenso: “Si las federaciones deciden jugar y el ministro dice que no, nadie va a participar. Pero no hay todavía una postura oficial y aquí se trata de evitar hacer comentarios apresurados que puedan caer mal en otros lados. No hay nadie que exprese una idea que pueda contrariar a alguien de la Comunidad Europea y lo ponga en contra de Israel. El sentimiento predominante es que la Comunidad Europea va a estar en favor de Israel, por eso tratan de obviar comentarios que puedan generar molestias”.
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