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NICOLA COSTANTINO EN EL MUSEO DE BELLAS ARTES
Ingestiones e indigestiones

 

Representó a la Argentina en las últimas bienales de San Pablo y Liverpool. Ahora muestra su obra sobre la comida y la moda.

 

Calco de silicona, de Nicola Costantino; 1997.


Por Fabián Lebenglik
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La repercusión del trabajo de Nicola Costantino (Rosario 1964) la colocó como una de las principales artistas jóvenes de la Argentina, dato confirmado por su participación como única representante de estas pampas en las bienales internacionales de San Pablo en 1998 y de Liverpool el año pasado. Expuso individual o colectivamente en la Argentina, Uruguay, Estados Unidos, México y España y en setiembre próximo presentará una muestra individual en Nueva York. Ahora presenta una muestra en el Museo Nacional de Bellas Artes que abre la temporada 2000 al mismo tiempo que una gran exposición de Eduardo Hoffmann (de la que nos ocupamos en Radar del domingo 13 de febrero).

  La obra de Costantino se centra fundamentalmente en la reflexión y el análisis de dos núcleos culturales: la comida y la moda; en los componentes y ritos de la ingestión y la vestimenta, así como en los usos y tecnologías implícitos alrededor de estas prácticas.

  A través de los calcos de nonatos en siliconas, o de la violencia lúdica de sus 25 "chancho y terneros-bola", así como en esa trilogía de bocas --boca humana que fagocita el hocico y la boca de un cerdo que a su vez fagocita el cogote y la cabeza de una gallina-- o en su chanchito suspendido y transportado al matadero, la artista pone en evidencia que la comida y la ingestión están regidos, no tanto (o no sólo) por el gusto, sino más bien por mecanismos industriales y regulaciones sociales y contextuales determinados por múltiples condicionamientos culturales y económicos. El gesto descarnado y objetivo de hacer evidente los mecanismos que hay detrás de la fisiología carnívora humana, ponen al descubiero las leyes, procederes y costumbres que establecen los tipos de alimentos y, cómo conseguirlos, procesarlos y comerlos en cada sociedad.

  Los calcos de nonatos embalados para exportación que exhibe Costantino remiten a la maquinaria industrial de la alimentación carnívora pasada por el cedazo del aprovechamiento económico. Este proceso mostrado forma parte de aquello que los consumidores preferirían ignorar. Los fetos empaquetados, con el realismo que impone la técnica del calco con silicona, tanto como el chanchito suspendido y trasladado en el marco de la misma maquinaria de aniquilación a gran escala, constituyen una continuidad de la cultura gastronómica, la cual forma parte de las relaciones sociales y de su organización. Son parte de un marco "institucional".

  Según Lévi-Strauss los tabúes alimenticios (lo crudo y lo cocido, etc.) son tan importantes que funcionan de acuerdo con la estructura del pensamiento, estableciendo dicotomías como las que hay en la separación entre naturaleza y cultura, entre hombre y animal y así siguiendo. Costantino, a su vez, coloca al espectador en la posición de una suerte de émulo de Bartleby. Como aquel personaje, si se interrogara a los visitantes de la muestra por su preferencia en presenciar los procesos que hay detrás de sus hábitos alimentarios, contestarían "preferiría no hacerlo".  Por otra parre, desde la perspectiva psicoanalítica, la comida está íntimamente relacionada con la sexualidad y la identidad, que son temas también de fondo, con los que la artista se mete indirectamente.

  La serie de los chanchos y ternero-bolas extreman el planteo y al mismo tiempo lo subliman, llevándolo al terreno del diseño. El paradigma del design se impone y los chanchos terminan bellamente compactados, como si se tratara de una bijoutier fuera de quicio y fuera de escala. En este punto el diseño, presentándose como un artificio de embellecimiento, funcionaría como crítica. Del mismo modo aunque de manera furibunda, el calco de las tres bocas tendría un signo crítico a través de la deglución carnívora vista como arcada. 

Un modo de moda

   Si se estableciera una secuencia de círculos concéntricos de protección y resguardo del hombre y la mujer promedio, habría que mencionar, yendo de lo menos cercano a lo más cercano: a la ciudad, el barrio y la casa. Y el más íntimo de estos círculos sería la ropa: porque se conecta directamente con la superficie del cuerpo.

  La piel y la ropa --y por lo tanto la proteccioón y la intimidad--  y a partir de allí también la moda, son el punto de partida para la reflexión de Nicola Costantino, presentado como el segundo núcleo cultural al que se aboca la artista.

  Su Peletería con piel humana consiste en una serie de vestidos, zapatos y carteras hechos con silicona, que imita la textura, el color y la apariencia de la piel, incluso con un patrón de diseño que toma la apariencia de tetillas, ombligos y agujeros anales, los cuales pautan decoran y puntúna la superficie de las "pieles".

  En la muestra se proyecta un video del fotógrafo y videasta Marcos López, sobre el trabajo de Costantino. Allí, un grupo de modelos lucen los vestidos de "alta costura" de la artista en el marco "degradado" de Plaza Constitución, con lo cual López cruza su propia poética "Pop-latina", con la de la más "refinada" visión de Costantino.

  A lo largo de la historia, la vestimenta tenida por mejor es aquella que notoriamente impide moverse con soltura y por lo tanto trabajar. Del mismo modo, ha sido mejor considerada entre las mujeres la ropa que impide aunque sea sutilmente, sus movimientos y márgenes de maniobra. La ropa "alta", la de los desfiles de moda, es la que más explícitamente exhibe que su portadora no es ama de casa. Las prendas de Costantino, sin embargo, se resisten a esa caracterización que marca la tradición aristocrática, y se acercan más al prêt-á-porter, ya que están hechas para el uso diario. Se trata de una serie de vestidos confeccionados para la situación de performance --como la del video-- y no tanto para la situación museística en que se exhiben en el Museo (ni como han sido mostrados en la bienal de San Pablo).

  La ropa es un especificador social que discrimina (positiva o negativamente, según cada caso) sexos, culturas, geografías, temporalidades, jerarquías, poderes, etc. La ropa es uno de los más claros marcadores entre lo "alto" y "bajo", y es en este terreno donde se mueve, fundamentalmente, el video de López, forzando el simil "alto" de los cortes de la artista hacia terrenos tal vez más paródicos.

  La ropa y sus usos --definidos por la moda-- incluye peinados --también barbas y bigotes--, accesorios y postizos. Por eso, entre otras cosas, la vestimenta provee información varia sobre el que la usa. Los vestidos de Nicola Costantino están complementados con accesorios y cuellos --estos sí hechos con pelo auténticamente humano-- que provienen de la industria rusa.

  Esta instalación fue montada en la vidriera de Lewe's, una conocida cadena de tiendas de Liverpool, produciendo gran revuelo porque los paseantes suponían que se trataba de verdadera ropa hecha a escala industrial. El diario The Times describió el impacto como un "shock visceral". (En el Museo Nacional de Bellas Artes, Avenida del Libertador 1473, hasta el 12 de marzo. Entrada gratuita)

 

La muerte de un pintor

El sábado pasado, a los 71, murió de un infarto el pintor austríaco Fridensreich Hundertwasser cuando viajaba a bordo del crucero "Queen Elizabeth II", para cruzar desde Nueva Zelanda hasta Australia, donde residió en los últimos años. El popular y controvertido artista era además arquitecto y ecologista. Su casa vienesa, cerca del Danubio, al sur de la ciudad, se caracteriza por sus ventanas irregulares. En este sentido, la ornamentación y el color eran parte central de su lenguaje. Tanto en su obra pictórica como arquitectónica es muy difícil encontrar figuras rectangulares o líneas rectas. La individualidad y el cambio constante también eran marcas de su trabajo. Su nombre de familia era Friedrich Stowasser y había nacido el 15 de diciembre de 1928, en el seno de una familia judía de Viena. Ya en la escuela llamaba la atención por su "extraordinario sentido del color y la forma". El arte se transformó en su pasión. La formación académica le resultaba insoportable, al punto que la Academia de Arte de Viena le aceptó el ingreso pero sólo duró tres meses en el marco de la enseñanza institucional. Sus principales estímulos provenían de las exposiciones y de los encuentros con otros artistas. Particularmente influyente en el joven artista fue la exposición de Egon Schiele que deslumbró a Viena en 1948. Durante los años '50 y '60 desarrolló su particular estilo colorido, en contraposición con las tendencias dominantes, abstractas y conceptuales. El apogeo del artista tuvo lugar durante los años '70 y '80, por encargos oficiales de Alemania, Austria y las Naciones Unidas. Sus viajes de investigación artística lo llevaron a Marruecos, Túnez, Italia y España. En los '90 se retiró.

 

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