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DURO INFORME DE EE.UU. SOBRE DERECHOS HUMANOS
La Argentina se sacó un 4

 

En el informe anual del Departamento de Estado, la Argentina salió mal parada y manchada por "ejecuciones extrajudiciales". 

 

Las "relaciones carnales" de Menem con Clinton no bastaron.


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Anualmente, el Departamento de Estado norteamericano prepara una especie de boletín de derechos humanos en el mundo, en un informe detallado país por país. Ayer se presentó ante el Congreso el documento que cubre el año 1999. La nota que recibió la Argentina fue decididamente dura. Aunque en la introducción el informe explicó que "el gobierno generalmente respetó los derechos humanos de los ciudadanos", dice que "sin embargo, hubo problemas en algunas áreas" y específicamente, la policial: "Continuaron registrándose muertes extrajudiciales, tortura y brutalidad por parte de la policía, que también realizó arrestos arbitrarios, y utilizó violencia contra manifestantes". Otro problema grave es que "el sistema judicial es ineficiente, sujeto a influencia política y registra enormes retrasos en sus juicios".

  Las violaciones a los derechos humanos en la Argentina, según la descripción del Departamento de Estado, parecen monopolizadas por la policía. La sección "Muertes políticas y extrajudiciales" detalla la masacre de Ramallo, donde "el fuego cruzado policial mató a dos rehenes y un ladrón, y un segundo supuesto ladrón murió bajo custodia policial; hasta el momento, la policía no ha emitido una explicación convincente sobre el incidente". La represión en Corrientes recibió otro párrafo: "El 17 de diciembre, en la provincia en bancarrota de Corrientes, la policía disparó gases lacrimógenos y balas de goma contra una multitud de manifestantes que bloqueaban un puente, hiriendo a por lo menos 40 personas. A sólo algunas cuadras dos personas fueron muertas". Sobre el caso Omar Carrasco, el informe menciona que "varios oficiales del Ejército están entre los 11 sospechosos". En mayo, "una corte sentenció a cuatro oficiales de policía por la tortura y asesinato en 1993 de Miguel Bru, un estudiante cuyo cuerpo nunca fue hallado". Casi al final de esta sección se detallaba que "en octubre, el juez español Baltasar Garzón ha presentado querellas a 186 personas con distintos crímenes cometidos durante la 'guerra sucia'. En noviembre, querelló a los líderes de la junta militar, incluyendo a Leopoldo Galtieri, Jorge Videla, Emilio Massera y 95 otros oficiales, incluyendo a un juez federal en funciones, por tortura, terrorismo y genocidio". El informe también notó "las preocupaciones de grupos de periodistas por la violencia y amenazas contra ellos, la creciente concentración de los medios, las críticas a los medios desde políticos, fallos contra periodistas de la Corte Suprema y el hecho de que todavía no se ha cerrado el caso Cabezas".

  La Argentina recibió más golpes en la sección "Tortura y otros tratos o castigos crueles, inhumanos o degradantes". Se destacó que "en mayo, las autoridades detuvieron a tres oficiales de policía por la supuesta tortura a varias personas que habían sido detenidas bajo sospechas de matar a un agente de policía". En el siguiente párrafo se describe como "a mitad de año, se estaba investigando a dos agentes de policía por forzar a prostitutas (que eran menores) a someterse a actividades sexuales para evitar ser arrestadas". Además de lo ocurrido en Corrientes, "la policía utilizó gases lacrimógenos y balas de goma en numerosas ocasiones para dispersar manifestaciones. Un párrafo largo describe las malas condiciones en las cárceles. "Muchas prisiones están sobrepobladas, las condiciones son "pobres, con algunas instalaciones viejas y dilapidadas. En las prisiones de la provincia de Buenos Aires, a mitad de año, 3100 prisioneros esperaban ser juzgados. En la capital provincial de La Plata, 290 personas estaban detenidas esperando juicio en un área que tiene capacidad para 100. En febrero, cinco prisioneros fueron heridos en un motín carcelario en Buenos Aires: los amotinados exigían mejores condiciones en la prisión, que había sido inaugurada el año pasado".

  En la sección "Arrestos arbitrarios", el informe que leyeron ayer los congresistas norteamericanos detallaba que "la policía ocasionalmente detiene a adolescentes y jóvenes, a veces por un fin de semana, sin presentar acusaciones formales. Muchas veces no les dan la oportunidad de llamar a sus familias o a un abogado. Los detenidos son liberados sólo luego de quejas de los familiares o abogados. En abril, las autoridades investigaron a tres agentes de la Policía Federal por falsificar acusaciones contra dos personas en la Capital Federal. Se ha informado de 17 casos similares en los últimos cinco años". Todo esto se halla agravado por "un sistema judicial complicado por bloqueos de procedimiento, cambios de jueces, apoyo administrativo inadecuado e incompetencia. Hay muchas acusaciones de corrupción, especialmente en casos civiles". Concluyendo esta lista de horrores, el informe observa que "el abuso y la prostitución infantiles están en aumento" y que todavía no comenzaron los juicios contra las 17 personas detenidos en conexión al atentado a la AMIA.

 

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