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El zapping como una peregrinación por la otra dimensión desconocida

Mónica de Alzaga hizo de "Hielo y limón" un clásico bizarro.

Los programas insostenibles pueblan el mundo de la TV por cable. Sin embargo, algunos de ellos  ya llegaron al aire, y eso alienta al resto


Por Cecilia Bembibre
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Son las tres de la madrugada del sábado y la televisión por cable ingresa en la dimensión desconocida. Una corriente incesante de repeticiones da la bienvenida al televidente que, de ahora en más, deberá habituarse a exteriores soleados y conductores demasiado despiertos a las cuatro de la mañana si quiere sobrevivir frente a la pantalla. Las reglas del juego son tácitas, pero implacables: si todo programa que a las 19 de un martes es un alegato a favor del zapping, los trasnoches de los fines de semana cobran status de auténticos fenómenos, dignos de ser observados con asombro. No son muchos los espectadores dispuestos a tentar los límites de la credibilidad televisiva --el rating casi nulo del horario da fe--, pero los hay. Con el control remoto como arma, y una vez atravesado el umbral de los canales de cine y los documentales, las señales sin género preciso ("de variedades", según las guías de programación) se despliegan como en un caleidoscopio. 

  A las 15 una torta de chocolate torcida en un ciclo de cocina es una catástrofe. Doce horas después, la masa que se inclina sobre el mantel se convierte en escultura surrealista. Bajo la lucidez del insomnio, todos los géneros televisivos se vuelven su propia parodia. "Tomemos al gato con seriedad. No le demos la espalda porque es un gato" y otras leyes por el estilo rigen el universo de "Vida, perros y algo más", un programa de temática indefinida que integra la grilla de Metro, señal exclusiva de Multicanal. Allí mascotas varias muestran sus destrezas los sábados a las 17, ante la mirada siempre atónita de conductores e invitados, generalmente especialistas en conducta canina. Una gran dosis de energía felina anima también cada emisión de "Agenda parapsicológica" --sábados a las 15 y repeticiones por Argentinísima satelital--, un ciclo que funciona como vidriera de mentalistas para enganchar posibles clientes. Entre una vela tricolor encendida y un helecho, la profesora Lilian Grey expone su versión del secreto profesional relatando una tras otra, casi sin detenerse a respirar, las angustias de sus clientes.

  Un zapping minucioso descubre otras rarezas. La industria del espectáculo es un surtidor permanente de ciclos extraños. "Hielo y limón", por ejemplo. Al magazine conducido por Mónica de Alzaga le bastó con asistir y celebrar los eventos más snob de Buenos Aires para sumar una legión de espectadores. De ahí a la televisión abierta y a la masividad, sólo hubo un paso. Una cosa parecida ocurrió con "El angel de la medianoche", el desconcertante, y filofascista, programa de Baby Etchecopar. Ambos están ahora en la grilla de América. En "Show up" (sábados a las 15 por TVA), Teresa Garbesi se toma todo mucho más en serio que su rubia colega. La ex modelo no sabe de límites de producción: si las estrellas internacionales resultan inaccesibles, no importa. Teresa convoca al piso a algún periodista argentino que haya tenido al menos un minuto de acceso a las celebridades. ¿Cómo es Richard Gere? ¿Es simpático Mickey Rourke? indaga, y sonríe embelesada ante los pequeños secretos de sus ídolos.

  Es, sin duda, en Utilísima satelital, donde los límites de lo razonable se vuelven más difusos, hasta disolverse. "Vuelta y vuelta", los sábados a las 13.30, pero también y mucho mejor, a las 5.30, es una experiencia difícil de describir. A modo de muestra bastará decir que las conductoras se dedican a actividades tan provechosas como apretar un globo entre las rodillas (vestidas con remeras rayadas y sobre una alfombra de piel de cebra, algo así como los "nunca lo haga" en cualquier manual de televisión) o envolver queso para el freezer. La competencia es dura, sin embargo las palmas se las lleva "Técnica de barra", un ciclo de ¿gimnasia? en el que Verónica Lercari asegura cada dos minutos que con las "tetitas para arriba" la vida de todas será mucho mejor.

 

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