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EL DEBUT DE MACEO PARKER EN ARGENTINA, UN LUJO
Una cita con el Señor Funk

En la primera actuación de una serie de cinco, el ex saxo alto de la banda de James Brown deslumbró a un público que no paró de bailar.

Impetu: Maceo Parker y sus compañeros tocan después de dos horas con la misma energía (y tal vez aun con algo más de calentura) que al empezar. 

Maceo Parker toca como los dioses, y no parece cansarse nunca.
Llenó La Trastienda, toca hoy en Neuquén y sigue el fin de semana.


Maceo Parker 

Músicos: Maceo Parker (saxo alto), Ron Tooley (trompeta), Greg Boyer (trombón), Will Boulware (Hammond B3), Bruno Speight (guitarra), Rodney Curtis (bajo), Jamal Thomas (batería), Corey Parker y Martha High (voces)
Duración: 150 minutos.
Público: 1400 personas en total.
La Trastienda, martes 7 y miércoles 8. Nuevas funciones: mañana, sábado 11 y domingo 12.

Por Diego Fischerman

t.gif (862 bytes) En la idea de un concierto de música funk descansa cierta violencia. Un género esencialmente popular, ligado más a la práctica que a la contemplación y más a lo ritual, a lo colectivo y a lo celebratorio que a la escucha atenta y a lo individual, es necesariamente forzado por un contexto que obliga a la pasividad (o casi). El primer mérito de Maceo Parker, tal vez el instrumentista más importante del funk actual, fue el de lograr en su debut porteño, en una sala atestada en la que difícilmente podía moverse un brazo, un clima de alegría �de exaltación� creciente y constante. El de haber logrado un crescendo de precisión abrumadora para que la atención de un público devoto no decayera en ningún momento a lo largo de tres largas horas de show.
Ex integrante de la banda del fundador James Brown �con quien grabó su primer solo de saxo en 1965�, más cerca de los 60 que de los 50 (nació en 1943) y ya venerable padre del género en Estados Unidos, Parker es aquí un descubrimiento más o menos reciente. Por lo menos para los que no son especialistas en la materia. Que un sello discográfico argentino (Acqua Records) haya conseguido la licencia de Funk Overload y lo haya publicado (tal como hará en estos días con dial: Maceo, su último CD) tiene que ver con el fenómeno. Pero lo esencial tiene que ver con la fuerza, con el empuje y con la calidad instrumental de Maceo Parker y de sus colaboradores (la banda del disco es la misma con la que está tocando en Buenos Aires). Que las dos funciones originales se hayan convertido en cinco �más la de Neuquén, hoy a la noche� da una prueba de la convocatoria de este músico que alguna vez pensó en hacer jazz y al que su viejo patrón, James Brown, convenció de otra cosa.
Nacido del rhythm & blues y de las canciones gospel de las iglesias, el funk tiene un rasgo particular que lo diferencia tanto del jazz como de sus más inmediatos antecesores: la acentuación. En lugar del acento en los tiempos débiles (segundo y cuarto) típico del jazz y hasta del primer rock and roll, o en el tercero (como en el heavy) aquí el tiempo acentuado es, sorpresivamente para la música negra, el más obvio: el primero. Esa cierta monotonía rítmica podría derivar en aburrimiento. Pero �tal vez porque los músicos en escena hacen cualquier cosa menos traducir aburrimiento�, si puede haber una palabra ausente en los espectáculos de Maceo Parker, es precisamente aburrimiento. Los recursos aparecen optimizados, el manejo del clima es perfecto y tanto él como sus compañeros tocan lo suficientemente bien como para que se tengan ganas de escucharlos y de saber qué y cómo tocarán en el tema siguiente.
El sonido de Parker hace acordar por momentos al de David Sanborn (vibrato de aire pronunciado, timbre penetrante, frases angulares) y la banda que lo acompaña (en la que se destacan el guitarrista Bruno Speight y Will Boulware en órgano Hammond B3) es de una eficacia y un ajuste a prueba de balas. O de cansancio. Maceo Parker y sus compañeros tocan después de dos horas con la misma energía (y tal vez aun con algo más de calentura) que al empezar. Temas propios y algunos homenajes a ciertos popes de la música popular afronorteamericana �Marvin Gaye en �Inner City Blues� y �Let�s Get It On�, Stevie Wonder en �Tell Me Something Good�, Sly & The Family Stone en �Sing a Simple Song��, la excelente dosificación de algunas baladas a lo largo de la noche, como para juntar impulso hasta lapróxima explosión, y una respuesta del público que fue haciéndose paulatinamente más efusiva, convirtieron a la primera presentación de Maceo Parker en Argentina en un acontecimiento del funk. Cuando James Brown gritaba, antes de sus solos, el ya clásico �soplá tu caño, Maceo�, los que todavía no sabían de su existencia pensaban que esa palabrita (�Maceo�) era un invento de Brown que quería decir funk. Quizá no estuvieran tan equivocados.

 

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