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EN UNA FEROZ BALACERA DE POLICIAS Y LADRONES MURIO UN PEATON
El riesgo de esperar un colectivo

La persecución a los tiros duró 30 cuadrasy terminó con la detención de los ladrones.Pero también murió un hombre de 62 años.


Por Horacio Cecchi
t.gif (862 bytes) Osvaldo Gutiérrez, de 62 años, sólo debía cruzar la calle para tomar el colectivo que lo llevaba todos los días, a las 13.10, del trabajo a su casa. Ayer, tuvo la mala idea de pretender cobrar su sueldo y cambió de rumbo. Se dirigió a la parada del 161, a tres cuadras, sobre la avenida Sáenz Peña y Alvarez, partido de San Martín. Gutiérrez no sabía que por la misma avenida y a la misma hora, Abraham Muñoz y Osvaldo Carreras huían, a 100 kilómetros por hora y a los tiros, de un patrullero policial que a lo largo de unas 30 cuadras corría detrás del 405 del dúo, respondiendo los disparos. El 405 se plantó en Riobamba y Tres de Febrero. Allí, después de un tiroteo infernal, fue detenido Carreras. Muñoz corrió una cuadra, intentó tomar un rehén en el camino, pero también fue atrapado. Gutiérrez no pudo tomar el colectivo porque tuvo la mala idea de cruzarse en el camino de una bala que lo dejó sin vida. La policía asegura que el proyectil fue disparado por los delincuentes. Las circunstancias del hecho dejan muchas dudas.

Ayer al mediodía, el Gordo Carreras, de 50 años, y Muñoz, de 45, salieron a dar una vuelta en el Peugeot 405 negro del primero. En Primera Junta y Drago, Vicente López, Muñoz se bajó, se acercó a un auto y le apuntó con un arma al conductor y a su familia. El hombre reaccionó a tiempo y de un volantazo subió a la vereda. Muñoz no pudo perseguirlos: la camioneta 5365 del Comando de Patrullas de Vicente López, con dos uniformados a bordo, se cruzó en su camino. Optó por trepar al 405 mientras el �Gordo� apretaba a fondo el acelerador.

Alcanzó a tomar por la avenida Sáenz Peña en dirección a San Martín. �Los tiros se escuchaban a varias cuadras�, dijo el empleado de una parrillita, ubicada en el cruce de la avenida y Alvarez, frente a la parada del 161. �Estaba conversando con dos amigos y me metí corriendo porque se venían a los cohetazos�. En la parada esperaba Gutiérrez. Desde hacía diez años trabajaba para la agencia Eloi, y llevaba ocho destinado como sereno de la empresa textil Alpina, sobre Mendoza al 2700 y a la vuelta de la trágica parada del 161.

�Todos los días tomaba el 127 para volver a su casa en Boulogne�, dijo a Página/12 Guillermo Dorado, quien reemplazaba a Gutiérrez en el turno de las 13. �Se cruzó a la parada, pero después se volvió y me dijo: �Mejor me voy a cobrar�, y se fue caminando a la parada del 161�, mientras Carreras y Muñoz avanzaban a veinte cuadras del lugar cerrando su paso a tiros. �Al rato vino el cartero y me preguntó si Gutiérrez ya se había ido. Le contesté que sí. �Entonces lo mataron, estaba con los ojos abiertos�, me dijo�.

El dúo prófugo y el dúo perseguidor no se detuvieron. Por Sáenz Peña llegaron hasta el borde de la vía. Allí Carreras tomó a la derecha, a contramano por Aleu, siguió unas cuadras hasta doblar por Tres de Febrero hacia la izquierda, cruzó la vía. Las balas seguían retozando sobre las cabezas de los cuatro y de todo el mundo que se iba tirando cuerpo a tierra a medida que se transformaba en pseudoprotagonista. La luneta trasera del 405 había estallado y la 5365 de los radioeléctricos parecía un colador. Al llegar a Ayacucho, el tránsito interrumpió la persecución.
Durante segundos, los cuatro intercambiaron disparos. Las huellas en los dos bares de la esquina, y Luis, empleado de Pizza Boy, dieron testimonio del enfrentamiento. �Feroz�, fue su definición. Carreras retomó por Tres de Febrero en sentido contrario. A la cuadra el 405 no quiso más y se plantó. Allí, frente al lavadero de autos Club Sol, volvieron a desatarse los tiros, hasta que la Browning y la Taurus 357 del dúo perseguido se quedaron sin municiones. El �Gordo� quedó aprisionado. Muñoz, alto y de bigotes, emprendió una carrera de cien metros. Al llegar a la siguiente esquina se encontró con Alejandro Bazzano, en la panadería Rin. Quiso tomarlo como rehén. Pero el artilugio de moda no funcionó porque Bazzanose escurrió al mismo tiempo que el segundo uniformado lograba detener al delincuente.

Después, el comisario Brotman, de la 1ª de San Martín, dio algunos detalles y antecedentes del suceso. De los antecedentes, se pudo saber que Muñoz y Carreras ya habían sido condenados por tentativas de robo, abuso de armas y tenencia de armas de guerra. �Muñoz, en Caseros, ya había cumplido la condena. Carreras, en Melchor Romero, estaba con permiso de salida�. Respecto del suceso dijo: �Estamos investigando. La víctima murió por una bala de los delincuentes�. El proyectil impactó en el hombro izquierdo y, atravesando el cuerpo, salió por el omóplato derecho. En su carrera, los autos habían avanzado de izquierda a derecha de la parada donde se encontraba el malogrado Gutiérrez. Si los delincuentes eran los perseguidos, sus balas deberían ir en dirección contraria, de derecha a izquierda. O Gutiérrez quiso protegerse o tenía una extraña forma de esperar el colectivo: de espaldas y contra la pared.

 

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