Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


MAÑANA COMIENZA EN SUIZA LA CUMBRE SIRIO-NORTEAMERICANA
Misión (casi) imposible en Ginebra


t.gif (862 bytes) 
Después de anticipaciones eufóricas, cada día que pasa arroja nuevas dudas sobre la cumbre de paz que se celebrará mañana en Ginebra entre el presidente norteamericano Bill Clinton y el mandatario sirio Hafez al-Assad. El problema sería el mismo que ya había paralizado en enero las negociaciones bilaterales entre Siria e Israel: la extensión de la retirada israelí de las Alturas del Golán. Siria exige que el repliegue sea hasta la frontera que existía antes de la Guerra de los Seis Días de 1967. Pero Israel no quiere que los sirios lleguen a la orilla norte del lago Tiberíades, una de sus mayores fuentes de agua potable. El canciller israelí David Levy recalcó terminantemente ayer que su país no se retiraría "jamás" a la línea de 1967. El mismo premier Ehud Barak manifestó dudas de que la cumbre produzca resultados.

  Todo esto produjo ayer un ánimo muy cauteloso en la delegación norteamericana. El miércoles, Clinton había afirmado poseer nada menos que "un plan sobre lo que ambas partes necesitan para llegar a un acuerdo". Ayer, ese plan parecía haber perdido parte de su potencia: "Daré mi opinión sobre dónde estamos y adónde creo que debemos ir. Y después deberemos tomar una decisión, todos nosotros, sobre si queremos avanzar". De todos modos, concluyó, "creo que es lógico que si voy no lo hago para perder el tiempo". Una fuente en la comitiva norteamericana no dejó lugar a dudas: "El presidente no llegará y dirá: 'Me complace anunciar que ambas partes reanudarán las negociaciones'". Sucedería lo siguiente: "Assad volverá a Damasco, Clinton hablará con Barak y sólo entonces tendremos una idea sobre si se reanudarán las negociaciones en las próximas semanas". "No esperamos un avance. Al contrario, hay divergencias importantes", resumió el portavoz del Departamento de Estado, James Rubin.

  En Siria se percibía ayer un cierto grado de optimismo en círculos oficiales acerca de la cumbre. Pero era un optimismo engañoso. Se basaba en la idea de que Clinton ya había logrado torcer el brazo a Barak para que Israel se retirara completamente del Golán. "No creo que el presidente Assad hubiera aceptado ir a menos de que Clinton llevara garantías", explicó un alto funcionario de la cancillería. Por lo tanto, mañana Assad esperará que el amigo americano llegue con "un plan de retirada de todo el Golán, junto con un compromiso inequívoco de Israel de que lo hará". 

  El "compromiso inequívoco" del gobierno israelí parece ser un poco distinto. El jueves, el líder de la delegación de negociación con Siria, Amnon Lipkin-Shahak, había subrayado que Israel insistirá en retener "el control total de lago Tiberíades y su entorno para que los israelíes puedan circular a su alrededor". Y ayer el canciller Levy disparó que, después de todo, "la línea de 1967 nunca fue reconocida internacionalmente".

 

PRINCIPAL