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La reforma laboral entre whisky y crêpes en Olivos

De la Rúa encabezó una cena, antenoche, en la residencia presidencial, donde estuvo casi todo el gabinete, senadores y diputados del oficialismo.

De la Rúa reunió a casi todo el gabinete y a sus legisladores.
�El Senado tiene que tratar la ley�, se quejó el Presidente.


Por J. N. y F. Y.

t.gif (862 bytes) Fernando de la Rúa quería un panorama sobre la posición del bloque de senadores del PJ respecto de la reforma laboral.
�Están muy duros �dijo José Genoud.
�El Senado tiene que tratar la ley. No es seria esta amenaza de cajonearla, es una irresponsabilidad. Por eso decidimos dar una explicación a la sociedad �agregó el Presidente en referencia al spot oficial que ataca a los sindicalistas.
El diálogo ocurrió el martes por la noche, en una cena en la quinta de Olivos. Genoud, Raúl Galván y De la Rúa habían llegado desde la Casa Rosada en helicóptero, junto a Alberto Flamarique y Federico Storani. Los esperaban Adalberto Rodríguez Giavarini, Héctor Lombardo, Mario Vincens y los integrantes de la conducción del bloque de la Alianza en Diputados.
El tema principal del encuentro fue la reforma laboral. El lunes pasado, el Gobierno lanzó una ofensiva sobre el peronismo, que comenzó con el aviso televisivo, podría continuar con la exclusión de los gremialistas del manejo de los fondos de las obras sociales y, como último recurso, con un plebiscito sobre la reforma. La estrategia apunta a profundizar la presión sobre el bloque de senadores del PJ, que duda sobre la conveniencia de aprobar la ley, y sobre la CGT oficial, que la semana pasada produjo un notable giro al desconocer el acuerdo al que había llegado con el gobierno.
Después de los whiskys y aperitivos en el living, la charla continuó en el elegante comedor de estilo inglés de la residencia. Como De la Rúa pidió precisiones, Genoud aseguró que el bloque del PJ tenía muchas contradicciones y prometió consultar uno a uno a los senadores para lograr un diagnóstico más certero.
�El enfrentamiento tiene un límite. No creo que estén dispuestos a llevar a fondo la pelea con el gobierno �sostuvo el presidente provisional del Senado.
Mientras los mozos retiraban los restos de los crêpes de verduras, Galván explicaba desde la otra punta de la mesa la necesidad de unificar el diálogo con la bancada opositora.
�Los que hablan en contra son dos o tres, pero la verdad es que están bastante divididos �señaló el jefe del bloque de la Alianza en el Senado. La charla derivó más tarde hacia otros temas. Los dirigentes degustaban el lomo con papas, tomaban vino tinto y escuchaban a Rodríguez Giavarini, que evaluaba la crisis del Mercosur.
�El objetivo es ampliarlo a otros países de Latinoamérica. No tiene sentido pelearse con Brasil por dos mercados internos chicos y deprimidos. Tenemos que mirar a Europa �señaló el canciller. Y se embarcó en una larguísima explicación sobre las bondades del acuerdo comercial que la Argentina firmó con China.
La mención del tema provocó que algunos comensales cruzaran sus miradas. Es que, con excepción de lo que habían leído en los diarios, los diputados y senadores sabían poco y nada del convenio que el canciller festejaba como uno de los grandes triunfos de su gestión.
Por eso, cuando terminó la explicación, los legisladores plantearon la necesidad de mejorar la comunicación entre el Ejecutivo y el Congreso. El diputado radical Horacio Pernasetti aprovechó para consultar al Presidente sobre la posibilidad de que los legisladores participen de las reuniones de gabinete.
�Vamos a buscar una alternativa para mejorar la comunicación -respondió De la Rúa. Y sugirió un encuentro semanal entre las conducciones de los bloques, la Jefatura de Gabinete y el Ministerio del Interior.
Cuando los funcionarios ya había terminado el helado y pedían café, la charla volvió a centrarse en las leyes pendientes: Darío Alessandro explicó que el proyecto de incentivo a las pymes no debería generarmayores dificultades y Nilda Garré recordó que el Senado todavía no había tratado el proyecto de creación de juzgados impositivos.
El tono amable de la cena contribuyó a un diálogo distendido, a tal punto que sobre el final De la Rúa se animó con un chiste.
�Eh, Flamerique �dijo el Presidente, imitando a Armando Cavalieri, que suele confundir el apellido del ministro de Trabajo.
�¿Vos también, Fernando? Mirá que con los sindicalistas ya tengo bastante �contestó riendo el funcionario.

 

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