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EL SUCESO DE “BANG BANG... Y SOMOS HISTORIA”
Pulp Fiction criollo

El recurso del boca a boca generó un fenómeno de culto en torno a una obra pequeña cuyas funciones se llenan de jóvenes. La obra ganó su terna en los ACE, al imponerse a Les Luthiers y Los Macocos.

Definición: Hay una mixtura que convierte a la obra en una mezcla de “Los tres chiflados” y Tarantino, con una influencia de las sitcoms.

“Bang Bang... y somos historia” ya lleva dos temporadas en cartel.
La obra acerca al Teatro de la Comedia un público no convencional.


Por Silvina Friera

t.gif (862 bytes) La realidad supera muchas veces a la ficción. Si hace dos años, cuando se estrenó Bang Bang... y somos historia, los robos a restaurantes eran moneda corriente, el grupo fue de alguna manera visionario con su propuesta: tres sujetos armados, los hermanos Joe, Billie y Sonny asaltan un teatro y toman al público como rehén. Con trajes impecables, anteojos negros y celulares, avisan al público que la sala está tomada, las puertas trabadas y las líneas telefónicas cortadas. Se entregaron a las musas inspiradoras del cine y las sitcoms estadounidenses, escribieron el texto, llamaron al actor Pablo Razuk para completar el trío protagónico y Luciano Cazaux aceptó la dirección de Bang Bang... De a poco, el boca a boca les fue asegurando un caudal cada vez mayor de público, éxito que se vio coronado el año pasado cuando ganaron el premio ACE en el rubro “Espectáculo de Humor”, en el que compitieron con números fuertes como Les Luthiers y Los Macocos.
En cuarenta minutos, los delincuentes pretenden robarle al público, pero las cosas se van complicando para este trío que completan los actores Gustavo Adrián (el actor) y Gustavo Anania (el policía) y que desnuda en escena fracasos y torpezas varias. “Nos venía pasando de ir al teatro y aburrirnos muchísimo y cuando veíamos humor era como el que se hacía 20 años atrás”, cuenta Wilfredo Van Broock, quien es junto con Martín Gervasoni el autor de la obra. Razuk sostiene que “desde que empezamos en el Actor’s Studio y ahora en el Teatro de la Comedia la repercusión en la gente fue muy buena. Originalmente pensamos que iba a ser un target joven. Después vimos que la gente grande y más grande, por no decir ‘vieja’, la pasaba bien. Y los chicos también disfrutaban. Tiene una mixtura entre la actuación y el texto que convierte a la obra en una mezcla de ‘Los tres chiflados’ y Tarantino, con una influencia de las sitcoms”. Y agrega que “hicimos la obra a pulmón, con la ayuda de amigos y novias. Apostamos a que la gente siga viniendo y llenando la sala todas las funciones. El boca a boca es nuestra mejor difusión, porque Bang Bang se vende por sí misma”.
El gancho de esta historia de tres hermanos desesperados por trascender a cualquier precio, se basa en la complicidad y los guiños que se establecen entre el público y los actores. “Es la única obra de teatro en Buenos Aires que es comedia de acción. Creo que empezamos a armar un estilo con un cierto humor negro, de acción y con mucho ritmo”, apunta Gervasoni en diálogo con Página/12. Bang Bang tiene seis versiones. Una de humor negro en la que mueren todos menos Billie y Sonny (Gervasoni y Van Broock, los autores). “Yo ingresé al proyecto cuando la obra ya estaba escrita, mi personaje Joe se moría en la mitad de la obra. Me planté y dije que no me mataban bajo ningún punto de vista y así llegué hasta el final”, confiesa Razuk, que interpretó a un torturador en Garage Olimpo. “No decimos ni que el robo es malo ni bueno”, explica Van Broock. Entre los proyectos del grupo está la posibilidad de incursionar en el cine, con la misma historia. “Si El Amateur pudo, a lo mejor nosotros podríamos hacer una película, con las tres edades de los personajes: cuando eran chicos, actualmente y en la madurez. Además, alguien se nos acercó para ofrecernos hacer el piloto de la comedia para la TV”, comenta Gervasoni. 
El robo y la toma de rehenes fueron un acierto y una novedad. “En aquella época, hace casi dos años, estaban asaltando restaurantes. El año pasado sucedió lo de Ramallo y más recientemente la toma de rehenes en La Paternal. No quiero decir que intuimos lo que iba a pasar, pero sí que estuvimos muy conectados con lo que estaba pasando. Nosotros, lo único que podemos hacer es mostrarlo en una obra de teatro y darle un poco de ironía a lo que está sucediendo, para que la gente no salga del teatro y se suicide. Si no aprendemos a reírnos de nosotros mismos, estamos muertos”, señala Gervasoni. 

 

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