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Sólo
la firma de Lázaro González puede evitar la catástrofe. Conseguirla es
la tarea que retomarán hoy los funcionarios del SIN. Su tarea tiene
cierta urgencia: mañana a las 9 hora local se vencerá el plazo de la
residencia temporal que el SIN le otorgó al niño. Antes de renovarla las
autoridades inmigratorias norteamericanas desean agregarle una cláusula
adicional. Una que les permita transferir la custodia provisoria de Elián
a su padre Juan Miguel González, si él viaja a Estados Unidos. Hasta el
momento Lázaro ha aceptado entregar a Elián si fracasan sus apelaciones
ante los tribunales. Pero rechazó de plano la posibilidad de que el SIN
le quite “provisoriamente” a Elián si su padre pisa suelo
norteamericano. “Este es un problema familiar y debe ser resuelto por la
familia, teniendo en cuenta sólo el bienestar mental y psicológico de
Elián”, afirmó en una entrevista. Su propuesta es que el padre visite
Miami para arreglarlo todo en familia. El padre, como no es difícil
anticipar, se niega.El estancamiento se ve agravado por la actitud cada día más truculenta de la comunidad cubano-norteamericana. “Si el gobierno intenta llevarse al niño, habrá protestas civiles, una cadena humana, se va a cerrar el aeropuerto y el puerto de Miami”, vaticinó ayer Ramón Saúl Sánchez, líder del anticastrista Movimiento Democrático. Muchos ciudadanos locales ya se saludan con la consigna “Bienvenido a la República Independiente de Miami”. El miércoles, el alcalde Alex Panelas había anunciado de parte suya y de sus 21 colegas del condado de Miami-Dade que la policía local no obedecería una orden de separar a Elián de su tío abuelo. Panelas subrayó que si los agentes federales intentaban recoger al niño “correrá sangre en Miami”. En este contexto, la declaración de Clinton de ayer, al manifestar su esperanza de que el caso “no se politice”, resulta ya decididamente anacrónica.
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