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Por Mariana Carbajal Para Scozzina, el Instituto Santa Isabel “está sufriendo una injusticia muy grande”. “Se puede cambiar en todas las cosas, menos en los principios que son los que, en definitiva, rigen a una institución”, agregó. A pesar de la inscripción ordenada por un mandato del Superior Tribunal de Justicia, la alumna embarazada no pudo ayer reincorporarse al curso de quinto año. “Con sorpresa, encontramos que el colegio estaba cerrado por desinfección. Esperamos que el lunes pueda ingresar”, confió Viviana Mastropaolo, madre de la adolescente. Por las dudas, la abogada de la familia, Cristina Erico, solicitó ayer al Ministerio de Educación que asegure que la próxima semana la chica tendrá clases. El miércoles y jueves, las autoridades escolares dispusieron “jornadas de reflexión” en coincidencia con el año Jubilar y ayer anunciaron “tareas de fumigación”, autorizadas por el ministerio. Las familias de otras alumnas, en tanto, demostraron que están dispuestas a profundizar la lucha para impedir que la adolescente embarazada finalmente traspase las puertas del colegio. Para reforzar la posición de las monjas, que se niegan a que continúe sus estudios en el instituto, seis padres se presentaron ayer en los Tribunales de la ciudad de Formosa con otros tantos recursos de amparo contra el Ministerio de Educación. “Quieren que se respete el ideario institucional”, confió una fuente que tuvo acceso a los escritos. En realidad, ya el martes –cuando la joven fue inscripta a la fuerza pese a la resistencia de las hermanas-, unos sesenta padres y madres se concentraron desde temprano frente al colegio y formaron una cadena humana para impedir el ingreso del notificador judicial. “Las monjas están convencidas de que están defendiendo un valor sublime. El reglamento del
colegio dice claramente que no se renovará la inscripción de aquellas
alumnas que no respeten los valores fundamentales de la Iglesia, entre
ellos la castidad y vivir una sexualidad ordenada, que no termine
simplemente en el fin del placer corporal”, explicó a Página/12
Claudio Chávez, profesor de religión y asesor de pastoral del instituto.
Chávez ha sido docente desde primer año de la alumna rechazada. “Este
caso es una invitación a repensar cómo defender esos valores. Las
hermanas se van a tener que replantear qué hacer ante situaciones
semejantes. Creo que este año van a tener que pedir perdón, como hizo el
Papa, por los modos equivocados de enfrentarlo”, evaluó.El de la hija de Mastropaolo y José Alloi no es el primer caso de una alumna embarazada que se presenta en la institución religiosa. Este año, incluso, hubo otros dos: uno en quinto año de la tarde y otro en cuarto de la mañana, según reveló el docente. “Las dos fueron retiradas del colegio. Una de ellas está siguiendo en otra escuela y la segunda no”, precisóChávez. También detalló que, en otras oportunidades, las hermanas y el cuerpo docente se han enterado de otros embarazos en el alumnado que iban a ser interrumpidos por abortos. “Nos acercamos a los padres, se hizo un seguimiento y se consiguió que no abortaran”, afirmó, triunfal. –¿Y permitieron que las chicas continuaran en el colegio durante la gestación? –le preguntó este diario. –No. Una de ellas volvió después de dar a luz, pero las otras no-respondió Chávez. El instituto espera ahora que el Tribunal Superior de Justicia se expida sobre un pedido de nulidad del recurso de amparo que ordenó la inscripción forzada, presentado el martes. Sin embargo, ya recibieron más de un revés en los Tribunales. La negativa de aceptar a la chica embarazada les valió una multa de cien pesos por día de incumplimiento y otra causa judicial: el máximo tribunal pidió que se las investigue por el delito de desobediencia.
Por M.C.
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