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REPORTAJE AL COMISARIO SANTOS, JEFE DE LA POLICÍA FEDERAL
"Cavallo es el único que no vino acá a hablar conmigo"

Asegura estar comprometido con una reforma de estructura y de imagen. Tiene diálogo fluido con todos los candidatos a jefe de Gobierno menos uno. Sueña con más facultades para la Policía Federal, pero insiste en que las tendrá no por su influencia sino si los ciudadanos las piden y los legisladores creen que deben votarlas. En diálogo con este diario, Rubén Santos dijo que "hoy la institución se tiene que ajustar a Derecho, y así lo hace, y de última, si las normas son insuficientes, es el legislador el que tiene que generar alguna modificación en la ley".

Rubén Santos en su despacho del Departamento de Policía: "¿Si quiero ser un Balza de la Policía Federal? Me conformo con flotar".


Por Martín Granovsky
 y Eduardo Videla

t.gif (862 bytes) Hizo sacar los carros de asalto y los camiones hidrantes del Departamento de Policía. "No estamos en guerra", dice. "No tenía sentido mantenerlos aquí", agrega Rubén Santos, el jefe de la Policía Federal que convive con un gobierno de la Alianza en el país y otro en la ciudad y, si las encuestas aciertan, puede convertirse en el primero que trabaje con un jefe de gobierno del Frepaso. 

  Santos recibió a Página/12 en su despacho poblado de platitos recordatorios, luminoso y tan amplio como el de Fernando de la Rúa en la Casa Rosada. Vestido de civil, no rehuyó ningún tema. Quien converse con él podrá sacar fácilmente esta conclusión: Santos insiste en todos los estereotipos ideológicos "naturales" de la Policía Federal (la crítica al Código de Convivencia, la pelea por el castigo al merodeo, la restitución de la facultad policial de interrogar), pero es suficientemente pragmático como para explorar cualquier otro camino.  

  --¿Tiene algún modelo internacional?

  --Tomé como modelo mis 35 años en la institución, que son también 35 años de autocrítica.

  --¿Usted quiere ser el Balza de la Policía Federal?

  --(Se ríe) Me conformo con flotar. Ahora tengo una oportunidad única e irrepetible para poner en funcionamiento lo que critiqué durante tantos años. Quisiera poner en práctica lo que siempre creí que había que hacer.

  --¿Está de acuerdo con importar la doctrina de la tolerancia cero, según la que vale lo mismo el delito más pequeño que el más grande?

  --Sería inapropiado. Para mí, la tolerancia cero sería un retroceso al pasado. Podría resultar fantástica durante dos días, una semana, un mes. Pero después avanzaríamos sobre personas que no tienen nada que ver con el delito. Y todos empezarían a preguntar: "¿Para eso queríamos una policía con más atribuciones?" Se generaría un efecto de rechazo. Hoy por hoy, la policía necesita tener más gente en la calle y, con los medios que tenemos, tratar de coartar la posibilidad de que un delincuente actúe.

  --Las encuestas revelan que los ciudadanos ponen a la policía dentro de las causas de la inseguridad. ¿Qué opina?

  --Eso es lamentable, porque uno hace esfuerzos muy grandes para incrementar los márgenes de seguridad. Yo entré a la policía en 1965 y desde entonces a la fecha fui a 253 velatorios de caídos en el cumplimiento del deber. Creo que a la gente, a veces, hay noticias que no le interesan. No les da la importancia que le damos nosotros. Y eso a veces distorsiona los conceptos. Estamos realizando un gran esfuerzo para tratar de acotar la inseguridad. La gente, por naturaleza, desea que ese esfuerzo se incremente y piensa que la policía tiene esa responsabilidad en forma exclusiva. Yo creo que somos parte del sistema, pero debería complementarse con otros aspectos que no se dan.

  --¿Qué cosas no se dan?

  --Los presupuestos no son los ideales. Uno desearía tener muchos más medios y necesitaría más gente. Nos gustaría fortalecer toda la reingeniería con muchos más efectivos. Pero más efectivos significan más plata. Y no pedimos, como muchos piensan, que nos den más armas legales. Son los legisladores los que nos tienen que dar las armas legales. El ciudadano lo tiene que reclamar. Yo recibo a muchísimos vecinos que vienen con firmas y me sugieren que avance más allá de la ley.

  --¿Qué les contesta?

  --Que hoy la institución se tiene que ajustar a Derecho, y así lo hace. Y de última, si las normas son insuficientes, es el legislador el que tiene que generar alguna modificación en la ley.

  --¿Buenos Aires sigue siendo una ciudad insegura?

  --Una estadística publicada días atrás informa que hay una disminución del delito del 13 por ciento. Esto quiere decir que no estamos transitando por el camino equivocado.

  --¿Se está preparando para el traspaso de la policía a la ciudad?

  --En principio, nos estamos preparando para un convenio. Creo que el traspaso, en un momento donde el tema de la seguridad es vital, es como cambiar de barco en medio del río en una marejada. El convenio es el mecanismo más lógico. Les digo más: aunque no esté firmado, ya lo estamos poniendo en práctica. Tenemos una relación absolutamente fluida con el Gobierno de la ciudad. Hay una participación muy activa del Gobierno y de la Policía Federal en la problemática de la ciudad de Buenos Aires.

  --¿Le gusta diferenciar una policía de calle y una policía de investigaciones como el FBI?

  --Sí. Pero, en principio, no es prudente una fractura. Prefiero trabajar en términos más prácticos, potenciando el área de la policía científica, de donde yo provengo, que se parece a un FBI argentino. La reestructuración tiende a profesionalizar el aspecto operativo cotidiano de esa área de policía científica. Pero todo debe ser progresivo y paulatino. No me imagino que el corte por la mitad de una estructura sea mejor que una institución homogénea y unida. 

  --¿Qué relación tiene con Aníbal Ibarra y con Domingo Cavallo?

  --Tuve conversaciones interesantes con todos los candidatos a jefe de Gobierno. Cavallo fue el único no me llamó para conversar.

  --Cavallo está en la tesis de la tolerancia cero.

  --Probablemente no quiera conversar conmigo porque sabe muy bien que no la comparto. Con Gustavo Beliz sí estuvimos conversando, y no coincidimos mucho en este aspecto. Por eso se alejaron un poco de mí.

  --Visto desde su lugar, ¿por qué hay una ola de críticas al Código de Convivencia?

  --El Código ha sido un paso importante, pero estamos a mitad de camino. Contrariamente a lo que la gente cree, que nosotros defendemos los edictos policiales, el Código nos eximió de un problema jurídico muy serio que tuvimos durante muchos años, en el cual nosotros éramos juez y parte. En cambio, con el Código de Convivencia, que debe ser actualizado en algunos aspectos, y creo que va a ser actualizado, las cosas son diferentes. En la medida que el ciudadano vea qué limitaciones podemos tener y sienta que eso le genera inseguridad, pedirá progresivas correcciones.

  --¿En qué limita el Código a la Policía Federal?

  --Primero les aclaro algo: todos piensan que la prostitución es una fuente de corrupción policial. Y yo digo que si hoy una prostituta le da plata a un policía es porque quiere, no porque lo necesita. Ahora, hay aspectos que no son los ideales. Por ejemplo, según el Código el agente se limita a labrar un acta por ejercicio de la prostitución. Entonces la mujer firma el acta de infracción y se va a 20 cuadras del lugar a seguir ejerciendo la prostitución.

  --Pero esa prostituta ya tuvo que dejar su lugar habitual. Si la Policía quería dificultar su trabajo, lo consiguió.

  --De cualquier manera, lo que hacemos para combatir este tema es volcándonos más al cliente que a la prostituta, como efecto disuasivo. Cuando viene en coche y estaciona en doble fila, le hacemos el acta de infracción al hombre. Y en esos casos, el hombre desea desaparecer porque estamos blanqueando su presencia, mientras que a la mujer no le afecta. Por otro lado, en lo relativo al merodeo, no tenemos los medios adecuados.

  --¿Y no es mejor que no tengan lo que usted llama "medios adecuados"?

  --Depende. Para los delincuentes, sí.

  --No para los delincuentes: para los derechos individuales.

  --Depende de los derechos individuales de quién. Si usted está haciendo una extracción en un cajero automático y hay alguien merodeando, usted no va a querer que le saquen el dinero.

  --Por supuesto. En ese caso, prefiero ir a otro cajero. Pero no voy a correr el riesgo de que con la misma lógica mi hijo adolescente o yo terminemos detenidos por merodeo.

  --Su hijo no va a ser sospechoso, salvo que forme parte de un contexto donde se crea que la alternativa es quitar el dinero a otro. Yo hablo de otra cosa: de limitar el merodeo o de la acción predelictual.

  --El tema es cuál es el límite de lo "predelictual" para que todos no terminen siendo sospechosos.

  --El límite nos preocupa.

  --El límite en este país se ha pasado demasiadas veces, comisario.

  --Pero, ¿no piensa que tenemos que crecer?

  --Sí, y una forma de crecer es poner límites.

  --Pero fíjese que hoy nadie duda en poner de manifiesto cualquier exceso. Hoy ningún funcionario público desea estar expuesto porque sí. Y la principal figura que pone un límite a la policía es nuestra familia. Como la información es abundante, nuestros hijos nos piden explicaciones de todo. Estamos en una sociedad muy crítica.

  --¿No es mejor el límite, entonces?

  --Pero entonces no nos quejemos de la inseguridad.

  --Usted mismo recordaba antes que el delito en la ciudad bajó el 13 por ciento. Si esto es así, ocurrió sin cambiar el límite.

  --Ojalá sea así. Porque uno quiere mejorar las cosas. La Policía no tiene una ansiedad morbosa por engordar su poder.

  --¿El merodeo no conduce a la detención de una persona por portación de cara?

  --Hoy la portación de cara no existe bajo ningún punto de vista. Puede haber portación de actitudes. Si yo veo a una persona escondida en la oscuridad no lo voy a detener por portación de cara, porque no se la veo, sino por su actitud. Si a usted lo está esperando un hombre en la puerta del cajero, nosotros le pedimos documentos. Si no los tiene, lo llevo para identificarlo. Al día siguiente está el mismo hombre. Le vuelvo a pedir documentos y me dice: "¿Para qué? Si ya me identificó ayer..." Me queda esperar que se vaya o dejarlo. Si lo dejo, seguramente le va a sacar el dinero a usted.

  --Ya le dije que no se preocupe. Cambio de cajero.

  --Porque uno no puede poner un policía en cada cajero, ¿no? Ahora, si nosotros podemos dejar el concepto de inseguridad y asumimos el riesgo de esta estructura, bienvenido sea. Pero parece que no se quiere aceptar esa vivencia como natural de una libertad que todos deseamos.

  --El riesgo es propio de la libertad, pero también de la crisis social.

  --Sí y no. En Estados Unidos tienen el mismo problema, y creo que más grave. Hay ciudades donde usted no puede salir a la noche, y ellos no tiene los problemas que tenemos nosotros. El que roba por necesidad, si está descalzo, roba zapatillas. Si roba zapatillas de marca, no es por necesidad.

  --Crisis social no es solamente hambre, comisario. Es desintegración social, falta de esperanzas...

  --Sí, sí, habría que hacer un análisis mundial para ver que pasa. Creo que habría que desinstalar la expresión inseguridad. Ahí se liberaría a las instituciones del compromiso de los que piden y pretenden más y entonces veríamos las cosas con el riesgo propio de una ciudad. A mí tampoco me gustaría que haya una invasión de policías donde usted no pueda ni vivir. En una ciudad como la nuestra, donde transitan por día 13 millones de personas, tan mal no nos va. Si logramos quitar la psicosis de la inseguridad, sería mucho más efectivo. En eso jugamos un rol muy importante nosotros, pero también los medios de comunicación, que golpean todo el tiempo con la inseguridad y estimulan a la gente.

  --¿La policía sigue queriendo la facultad de interrogar el detenido en el momento en que es apresado?

  --Debería modificarse algo. Hoy, cuando la policía solo tiene atribuciones de preguntar la identidad del detenido, con el nombre y el apellido no se puede avanzar mucho. Los legisladores deberían analizarlo bien, pero también poner límites, porque lo desmesurado puede generar un efecto adverso.

  --Se han anulado muchas causas por la falta de transparencia del interrogatorio, porque el detenido puede declarar bajo presión.

  --Hace rato que no podemos interrogar, pero creo que algo inmediato debería preguntársele al detenido. Porque si hay uno que al policía se le está escapando acá a la vuelta, ¿como lo sabremos?

  --Las estadísticas del Ministerio de Justicia dicen que no hubo más esclarecimiento de hechos cuando existió la facultad de interrogar.

  --No las conozco. Pero si el Ministerio de Justicia dice eso y el delito bajó un 13 por ciento, sigamos así. ¿Para qué lo vamos a modificar? Les repito: no tengo ansia de poder. Uno busca la seguridad por la seguridad misma. Más poder porque sí no queremos. Ahora, si hay que corregir algo, vamos a corregirlo. No nosotros, los ciudadanos.

  --¿Está de acuerdo con sindicalizar a la policía?

  --No. Porque si el que está investigando un homicidio me dice que se va porque ya cumplió su horario, nos generaría un problema muy grande.

  --Sindicalizar no quiere decir solo eso.

  --No, pero habría muchos aspectos que hoy contenemos disciplinariamente. Hay una tendencia en el mundo a la no sindicalización, que está dada por la seguridad que uno desea como ciudadano. No quisiera mañana volver a ser ciudadano y encontrarme con una policía sindicalizada que hace una huelga en la esquina de mi casa.

  --En La Rioja no está sindicalizada pero la huelga se produce igual.

  --Ellos reclaman un derecho con una metodología que nosotros no compartimos. Y será motivo de sanción. La ley orgánica es lo suficientemente amplia como para plantear cualquier necesidad y no caer en arbitrariedades.

  --¿Dispondrá nuevos pases a retiro en la fuerza?

  --Aunque no es el momento del año para hacerlo, convoqué a una junta de calificaciones. Estamos haciendo una evaluación de todos los integrantes de la Policía Federal, lo que seguramente significará el alejamiento de más de uno. No quiero esperar hasta fin de año, es mucho tiempo.

  --¿Qué resultados le dio la jerarquización de Asuntos Internos en la resolución de casos de corrupción?

  --Muy buenos. Le di el máximo nivel para que pueda investigar hasta el nivel del jefe de policía. Antes, se ponía a un comisario mayor para investigar a todos los demás. En cambio, si se pone allí a un hombre en la máxima jerarquía, podrá investigar desde el primero hasta el último de la institución. Y realmente nos está dando muy buenos frutos. Hace unos días fue puesto en disponibilidad un comisario inspector en Neuquén. Pedía colaboración económica para publicar una revista. Detectamos eso, mandamos gente de Asuntos Internos a la provincia, que trabajó unos 20 días, fuimos a ver a un damnificado y lo invitamos a que se presentara a la Justicia. El que saca los pies del plato tiene un solo camino: la Justicia.

 

UNA BATERÍA PARA "OPTIMIZAR PERSONAL"
El plan del comisario

El comisario general Santos anunció a Página/12 una batería de medidas que apuntan a "optimizar el personal" con que cuenta la Policía Federal, en el marco de la restructuración iniciada en enero:

 * Investigaciones se trasladará en los próximos días del Departamento Central a Villa Lugano, donde estaba el antiguo Cuerpo de Tránsito, a 100 metros del Autódromo. Se lo ubicará uno de los vértices del sur de la ciudad, una zona castigada en materia de delitos. El objetivo es que, a cualquier lugar que se dirijan los efectivos de esa división, "tendrán una mayor presencia en las calles de la zona".

 * La Policía de Tránsito fue redistribuida en las comisarías, de manera que el control ahora es jurisdiccional. Cada comisaría tiene una cantidad de motociclistas con dos hombres por vehículo, en lugar de uno como antes. En los patrulleros ya no irán más tres efectivos, sino dos.

  * "Sobre un total de 35.000 efectivos, en tres meses se han volcado 1500 personas a la calle y, en un plazo breve, habrá 1500 más. No todos están uniformados: hay personal de investigaciones circulando en vehículos no identificables."

  * En 60 días se incorporarán 100 nuevos vehículos: 50 Peugeot 405 turbo diesel, para reducir el gasto de combustible, y 50 motos Kawasaki 1000. Antes de fin de año se incorporarían, a través de un crédito internacional, vehículos de pequeño porte --Santos puso como ejemplo el Peugeot 106--, que son rápidos y aptos para persecuciones en la ciudad.

  * La División Homicidios, que antes pertenecía a Investigaciones, ahora forma parte de la Superintendencia de Policía Científica. "El homicidio es un delito ocasional, y los elementos a investigar son fundamentalmente los testigos mudos que quedaron en el lugar del hecho. El hombre de investigaciones tiene que estar capacitado y apoyado por la estructura de policía científica", dijo Santos. 

  * La Guardia de Infantería se fusionó con el cuerpo de Policía Montada y fue retirada del Departamento Central. Ente ambas conforman un cuerpo único especializado, para intervenir en conflictos especiales. Se derivó gente de esas dependencia a la calle y al resto le está dando mayor entrenamiento.

  * También se unificaron las direcciones de Investigaciones e Interior. Se envió a parte de esos equipos a la calle y el resto está haciendo cursos de especialización.

  * Los policías ya no usan chalecos naranja. El objetivo es potenciar su seguridad. "Generaba un efecto de blanco en las partes más vitales del cuerpo y aparte, los delincuentes que veían un policía a 200 metros, iban a cometer el delito a un lugar donde no estábamos presentes", explicó Santos.

 

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