Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira

OPINION

De Austria a Zimbabwe

Por Alfredo Grieco y Bavio

Mientras el líder racista austríaco Joerg Haider sigue protestando contra las sanciones de la Unión Europea, en el extremo de Africa los agricultores blancos de Zimbabwe (de la ex racista Rhodesia) son castigados por ex combatientes de la guerra de independencia, que ocupan las plantaciones y ayer se cobraron sus primeros muertos. En Brasil los indios se movilizaron hacia Porto Seguro para boicotear la celebración de los 500 años del "descubrimiento" de Brasil por los portugueses, que culminará en una apoteosis multimillonaria en dólares el sábado 22 con

la asistencia de las planas mayores de los gobiernos de Brasilia y Lisboa, mientras en Miami los cubano-norteamericanos forman una cadena humana en torno de Elián González y las autoridades de Florida parecen en rebelión contra el gobierno federal, único encargado de conducir al balserito a brazos de su padre. Para enfrentar protestas nacidas del reclamo campesino contra la privatización del agua potable, en Bolivia el gobierno de Hugo Banzer recurrió a un estado de sitio que se le fue de las manos. Y en Washington una arcoirisada coalición de manifestantes convergió en la reunión del FMI y del Banco Mundial, y está siendo reprimida por la policía como ésta ya lo hizo en la reunión de la Organización Mundial de Comercio en Seattle. La lista anterior enumera buena parte de las noticias que en estos días asaltaron las páginas de internacionales. Los actores son diferentes y aun antagónicos, pero parecen intervenir en versiones de un mismo drama. Sean la victoria del populismo de derecha en Austria (antieuropeo), el acordonamiento de la familia extendida de Elián y aun el triunfo de la derecha en las elecciones regionales italianas (apoyada por una Liga del Norte que renunció a regañadientes al separatismo), todas son respuestas a una globalización y una universalización no queridas y expresan una pareja renuencia a someter situaciones particulares bajo un gobierno común. Para resumirlo en dos grupos de capitales, oposición al consenso de Washington-Bruselas hoy, y al consenso de Berlín (donde se repartió Africa en 1885) de ayer. Porque en Brasil o Zimbabwe se trata de reacciones ante la herencia del imperialismo formal, ese anterior intento de globalización de las potencias coloniales. Pero es la diferencia entre las respuestas lo que importa, y aun entre las que se encuentran en un mismo extremo ideológico. En Brasil, los principales adversarios de los indios son los ecologistas, que quieren conservar las tierras amazónicas alejadas de toda contaminación humana. Y éstos son, justamente, los casos más difíciles: cuando el conflicto es entre intereses legítimos. Los que dan, quizá, un pregusto del futuro.

 

PRINCIPAL