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MACHINEA DENUNCIA CORRUPCION EN UN ORGANISMO DE ECONOMIA
La mano que mece la birome

Boletas, recibos, remitos y facturas escritos y firmados por la misma persona fueron descubiertos en el INPI, el organismo que aplicará la Ley de Patentes a partir de octubre. El caso interesó a Estados Unidos. Los involucrados son funcionarios heredados del menemismo. 

Débora Giorgi, secretaria de Industria.
Diputado Humberto Roggero, titular del bloque del PJ. (derecha)


Por Maximiliano Montenegro
t.gif (862 bytes) El Ministerio de Economía realizará en los próximos días su primera denuncia penal por supuestos actos de corrupción contra funcionarios del menemismo. Se trata de manejos irregulares en el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI), un organismo clave en la guerra que mantienen laboratorios nacionales y extranjeros, por ser la autoridad de aplicación de la Ley de Patentes. Por este mismo motivo se encuentra en la mira del gobierno norteamericano. La investigación de Economía sólo identifica la punta de un iceberg, que --se sospecha-- podría constituir una red de coimas en diversos ámbitos oficiales involucrados con el tema. Sólo en base a una muestra de registros del año pasado, se detectaron facturas y recibos falsos, con firmas repetidas, por un monto superior a 1,5 millones de pesos. El caso tiene su veta folklórica, ilustrativa de hasta dónde llega el espíritu innovador de los argentinos para hacer negocios privados con fondos públicos. El INPI otorga anualmente el "Premio Nacional a la Innovación", que lleva el nombre del argentino Ladislao José Biró, en homenaje al inventor de la birome. Según la carpeta en poder del ministro José Luis Machinea, hasta en los 44 mil pesos supuestamente pagados por la institución a los ganadores existe "adulteración en los comprobantes de recibos", confeccionados por "una misma mano escritora". Las pericias caligráficas demuestran que esa mano (birome en mano) se encargaba de firmar las facturas más diversas: prestación de servicios varios, honorarios profesionales y obras de refacción, entre otras.

  La secretaria de Industria, Débora Giorgi, de quien depende la entidad, hará pública la denuncia, que compromete a Horacio Jaquenod, el interventor que, con la bendición del ex presidente Menem, resistió su desplazamiento hasta marzo pasado, y es señalado como estrecho colaborador del diputado Humberto Roggero, titular de la bancada del PJ. En tanto, pasaría a disponibilidad a una decena de funcionarios de nivel gerencial, actualmente en actividad.  

  Hay organismos del Estado que tal vez un ciudadano común ni siquiera sepa que existen y cuyos nombres le resulten tan extraños como la denominación de algunos antibióticos. Sin embargo, detrás de estos organismos se suelen mover una compleja trama de intereses y lobbies sectoriales. Es el caso del Instituto Nacional de la Propiedad Industrial, donde se deben registrar marcas e inventos. Es la autoridad de aplicación de la Ley de Patentes sancionada en 1995 y, a partir de octubre, entre sus tareas estará nada menos que el establecimiento de los montos que deberán pagar, en concepto de regalías, los laboratorios (nacionales) que quieran comercializar drogas medicinales inventadas y desarrolladas por terceros (extranjeros).

  La encarnizada batalla que todavía libran laboratorios nacionales y extranjeros es para decidir quién se queda con la parte del león del mercado de medicamentos que, en Argentina, factura 4500 millones de pesos. En esa guerra no faltaron denuncias de pago de coimas a legisladores por parte de los laboratorios nacionales para que contemplaran sus intereses; una audaz jugada de último momento de Carlos Menem para darle estabilidad por cuatro años más a la anterior intervención del INPI; y la advertencia del gobierno norteamericano para que el nuevo gobierno dote de "mayor transparencia a la conducción del INPI" (ver aparte).

  En ese contexto, en medio del escándalo y de acusaciones cruzadas, el presidente Fernando de la Rúa firmó un decreto en marzo que nombró a tres nuevos directores del organismo, en reemplazo de los que, gracias a un decreto de Menem de fines de noviembre, pretendían permanecer en el cargo.    Uno de los principales laderos de Machinea fue el encargado de dirigir la investigación que, con la colaboración de la Policía Federal, llegó a la conclusión de que la anterior conducción del INPI y varios funcionarios todavía en actividad estarían involucrados en graves hechos de corrupción. "Esto fue lo que pudimos investigar después de dos meses de revisar una pequeña muestra de cientos de carpetas con documentación del año pasado.   En el medio, nos encontramos con que hubo un incendio en los archivos de la institución. Creemos que hay elementos de sobra para una denuncia penal y que esto es sólo la punta de un iceberg. La idea es hacer la presentación legal en los próximos días, abrir los sumarios internos correspondientes contra funcionarios en actividad, y de aquí en más que actúe la Justicia", contó el integrante del equipo económico, que prefirió dejar a la secretaria de Industria, Débora Giorgi, el anuncio oficial.   Todo el directorio a cargo de la institución durante el año pasado sería involucrado en la denuncia, pero el más comprometido es el interventor Horacio Jaquenod, ex asesor de Humberto Roggero, jefe del bloque de diputados del PJ, quienes salieron a apoyarlo ante cada embate de la Alianza.

  El monto de las maniobras de pagos injustificados detectados por Economía desde la caja del INPI supera los 1,5 millones de pesos, alrededor del 10 por ciento del presupuesto del organismo. La metodología es siempre la misma: facturas truchas, firmas de acuerdo con las pericias caligráficas por la misma persona, para justificar la prestación de "servicios" de personal, honorarios profesionales, tareas de refacción en el edificio, pago de premios, publicidad, etc. Para cada caso el Ministerio de Economía abrió un expediente que empieza con la sigla "EXPMECON" y termina con fecha de este año. Estos son algunos de los más llamativos:

* "... facturas conformadas por el Lic. Jaquenod por prestaciones de servicios a varias personas en el mes de febrero de 1999". El desembolso total fue por un monto de 87.185 pesos. Lo irregular es que son "facturas presentadas antes de prestado el servicio" y "confeccionadas por la misma persona". Aquí se involucra también a un funcionario del Departamento de Recursos Humanos.

* Una operación por 134.586 pesos de marzo de 1996 por el mismo motivo ("prestación de servicios de diversas personas"), también "conformadas por el Lic. Jaquenod". De nuevo, la irregularidad es que se presentaron las facturas antes de la fecha de prestación del servicio y están completadas por una misma persona. Aquí se involucra al jefe de Recursos Humanos y al jefe de Sistemas.

* En la misma situación hay cientos de facturas emitidas en un período inferior a los seis meses por un monto total de 1.143.798 pesos. Aquí están comprometidos los jefes del Dpto. Operativo, de Asuntos Jurídicos, de Sistemas, de Liquidaciones, de Recursos Humanos y diversos asesores y funcionarios de línea.

* "Facturas por prestaciones efectuadas por diversas empresas con motivos de tareas de reparación en el INPI". Por un monto superior a los 100 mil pesos. También autorizadas por Jaquenod y "confeccionadas por la misma persona".  

* Pero el expediente más original es el siguiente: "solicitud de compromiso y liquidación de 44 mil pesos a determinados beneficiarios en carácter de Premio Nacional a la Innovación Ladislao José Biró". La denuncia dice que existe "adulteración en los comprobantes de recibos".  

 

CLAVES

El Ministerio de Economía realizará en los próximos días su primera denuncia penal por supuestos actos de corrupción contra funcionarios del menemismo. 
Es por manejos irregulares en el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI), un organismo poco conocido para los ciudadanos pero detrás del cual se mueven intereses millonarios.
Hay facturas por más de un millón de pesos para pagar �prestación de servicios de diversas personas y empresas�, que fueron confeccionadas por una misma persona.
El cúmulo de irregularidades es tan grosero que hasta se adulteraron los comprobantes de pagos para el premio Nacional a la Innovación, Ladislao José Biró, que otorga el organismo.
Están involucrados el ex interventor, hombre de confianza del diputado Roggero, y varios funcionarios en actividad que serían removidos esta semana.



EL INPI Y LAS PRESIONES DEL GOBIERNO NORTEAMERICANO
En el ojo de la tormenta

El 17 de noviembre último fue publicado en el Boletín Oficial un sorpresivo decreto del entonces presidente Carlos Menem que disponía la normalización del Instituto Nacional de la Propiedad Industrial y nombraba a su interventor, Horacio Jaquenod, como su máxima autoridad, y a otros dos directores más, por el término de cuatro años. La jugada del menemismo, a escasos días de dejar el poder, provocó la reacción inmediata de la Alianza que hasta ese momento había negociado que la intervención que había asumido en enero cesaría en sus funciones el 10 de diciembre. Pero, sobre todo, puso en alerta al gobierno norteamericano, primer interesado, obviamente después de los laboratorios de ese origen y europeos, en que la ley de Patentes empezara a correr en la Argentina.

  El motivo es simple. La ley de Patentes sancionada en 1995, que comenzará a regir este año, dejó muchos puntos sin definición y precisamente competerá al INPI dictar las resoluciones para determinar qué montos deberán pagar los laboratorios nacionales que comercialicen productos desarrollados por laboratorios extranjeros. Hasta ahora, las empresas nacionales se opusieron siempre a la norma y aseguran que una vez que entre en vigencia, en octubre próximo, los precios de los medicamentos aumentarán, ya que se elevarán los costos de los productores locales. Pero lo cierto es que, con o sin ley, los consumidores son hasta hoy los grandes perjudicados: desde el comienzo de la Convertibilidad, los precios de los medicamentos subieron un 144 por ciento. En el fondo, la disputa entre los laboratorios es por quién se queda con el mejor bocado de un mercado de 4500 millones de pesos al año.

  Además de Jaquenod, auspiciado por el diputado Humberto Roggero, abanderado de la causa de los laboratorios nacionales en la Cámara, habían sido también bendecidos por Menem al frente del INPI el ex concejal de la Ucedé, Federico Zamora, y José Carella. La presión de Estados Unidos se hizo sentir en forma explícita. Primero, a través del representante comercial, Richard Fisher, quien durante una visita en Buenos Aires recibió la promesa de la secretaria de Industria, Débora Giorgi, de que sería nombrada una nueva conducción en la entidad. Y luego no fue casual que el decreto del presidente De la Rúa nombrando a los reemplazantes (Germán Vos, Julio Cueto Rúa y Mario Trincheri) llegara justo cuando se encontraba en el país el subsecretario de Asuntos Económicos de la administración Clinton, Alan Larson. Tampoco parece ser casual que la única denuncia realizada por el equipo de José Luis Machinea por actos de corrupción del menemismo en el área de Economía involucre al INPI. Si bien le abre un frente de conflicto más con la bancada de diputados del PJ, sabe que cuenta con el inapreciable aval de la embajada norteamericana.

  Paralelamente, la batalla de los laboratorios todavía continúa en el Congreso, donde siguen circulando proyectos sobre el tema patentes. Como por ejemplo el que propone que se obligue a los laboratorios extranjeros a fabricar medicamentos en el país.

 

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