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Triunfo cómodo, holgado, por simple gravitación de su fútbol 
Se puede ganar cuatro a cero y no jugar bien

El equipo de Bielsa sacó rápida ventaja y aprovechó oportunidades, pero no convenció durante un feo primer tiempo. En el segundo mejoró y terminó jugando a voluntad.

Ariel Ortega marca el tercer gol argentino con un toque suave. Dudamel y Rojas lo sufren.
En el fondo aparece Hernén Crespo, que realizó una muy buena maniobra antes de habilitar al jujeño.


t.gif (862 bytes) La Selección Argentina cumplió con autoridad el trámite que significaba el viaje a Maracaibo, ya que sin esforzarse demasiado goleó 4-0 a Venezuela y lidera las eliminatorias con el puntaje ideal. Si bien el equipo de Marcelo Bielsa no cumplió una actuación sobresaliente, con muy poquito le alcanzó para demostrar una enorme superioridad sobre los venezolanos, e incluso pudo haber ganado por mayor diferencia si los delanteros hubiesen tenido algo más de precisión en la definición. Roberto Ayala, Ariel Ortega, en dos ocasiones, y Hernán Crespo marcaron los goles argentinos.
Como se podía suponer, el triunfo argentino, salvo los tres puntos, no dejó demasiado más. Ante un rival claramente inferior en lo táctico, en lo técnico y en lo físico, que para colmo entró mentalizado en que perder por poco era buen negocio, en el primer tiempo el equipo de Bielsa no demostró esa gran superioridad salvo en las áreas. Con muy pocas llegadas le alcanzó para cristalizar en el marcador una diferencia que en el juego no había existido. ¿Atenuantes? Varios. Un viento insoportable que desnaturalizaba todo, una cancha poceada que dificultaba el traslado por abajo y una actitud entre la suficiencia y el desinterés por las diferencias entre ambos equipos. 
La supremacía evidente ante un adversario que sólo opuso voluntad llevó al equipo argentino a mostrar una de sus facetas más criticables. Con Verón preocupado en jugar en pocos metros e intentar solucionar todo con su pegada, con Claudio López corriendo sin pensar y eligiendo siempre la peor opción, con Ortega llamativamente sin poder desequilibrar con su gambeta y con los del fondo, en especial Ayala, repitiéndose en pelotazos frontales y sin sentido. El gol de Ayala, luego de un preciso corner de Verón, no sirvió para tranquilizar al equipo sino que potenció los problemas. 
Claro que la debilidad rival ayudó para que Argentina no pasara sobresaltos. Los venezolanos apenas arrimaron con remates desde afuera del área, entusiasmados por el fuerte viento a favor. Sin embargo, Castellín solito se encargó de poner en evidencia la lentitud y los inconvenientes en la marca de Sensini. La levantada de Verón sirvió para que el conjunto nacional mejorara, pero casi ninguno de sus compañeros entró en la sintonía. Por eso, más que una realidad, la mejoría argentina fue apenas una insinuación, aunque por peso específico llegó el gol de palomita de Ortega, luego de un gran desborde de Verón.
En el arranque del segundo tiempo no cambió demasiado, pero de a poco Argentina tomó definitivamente el control del juego. Los volantes se adueñaron de la pelota, Verón encontró socios para hacerla circular y las situaciones de gol empezaron a llegar. Se cambiaron los pelotazos por toques cortos y la falta de movilidad por rotación para darle una posibilidad de pase al compañero. Así, Argentina recompuso su imagen y mostró sus mejores momentos, ya que consiguió hilvanar maniobras en conjunto, algo que no había hecho en la primera mitad. Paradójicamente, lo único que falló fue la contundencia en la definición, el factor que le había posibilitado ponerse 2-0. Crespo tuvo dos chances claritas, pero no pudo vencer a Dudamel.
Ya con los venezolanos cansados, la Selección dominó a voluntad y justificó la goleada. Primero aumentó Ortega luego de una buena jugadacolectiva y más tarde llegó la joyita de Crespo para decorar las cifras. Así, Argentina cerró con una sonrisa su excursión por Maracaibo y disfruta la punta de la tabla con ocho goles a favor y uno en contra. Ayer no jugó como contra Chile, pero volvió a meter cuatro. Y en la próxima fecha viene Bolivia.

 


 

Ayala, dos de Ortega y joyita final de Crespo
Con todos los goles en el área chica

7 minutos: 1-0. Corner desde la izquierda del ataque para la Selección Argentina. Verón ejecuta con pierna derecha, cerrado y pasado sobre el segundo palo de Dudamel que, fiel a su apellido, dudó en salir. Por el segundo palo entró solo Ayala, pegándole un frentazo abajo, en diagonal.
23 minutos: 2-0. Zanetti captura una pelota sobre la derecha y adelanta rápido para Verón. La Brujita toma la pelota en tres cuartos y se mete en el área, paralelo a la línea. Al ver entrar a Ortega por el medio, tira el centro a la carrera, que pega en la rodilla de Vera: la pelota se eleva y descoloca al zaguero que cerraba con el Burrito; éste, a la carrera, se zambulle y le pega con el parietal izquierdo, mandándola al fondo del arco, ante un estático Dudamel. 
77 minutos: 3-0. Samuel capturó la pelota sobre la izquierda e inició una interesante combinación con Ortega. El jujeño encaró sobre la entrada al área y habilitó a Crespo, que aguantaba la marca de González. El delantero la paró con derecha y se sacó de encima al marcador jugándola con la izquierda, para llegar al fondo y enviar el centro paralelo. Dudamel fue superado y Ortega, tirándose al piso, alcanzó a conectar con su pierna derecha sobre el segundo palo. Al minuto, fue reemplazado por Gallardo.
89 minutos: 4-0. La joyita del partido. Crespo recibió un pelotazo largo de Verón, en el área, sobre la punta derecha. Le tiró un caño a Rojas, enganchó hacia el arco, con un quiebre de cintura hizo tirar al piso a Dudamel, y volvió a enganchar hacia adentro, porque González cerraba el arco parándose sobre la raya. Dio un paso más, volvió a amagar, y la tocó suave, con la cara externa del pie derecho, al lado del palo izquierdo. Un auténtico golazo.


unoxuno

Bonano: casi no tuvo participación durante el primer tiempo. Le tapó bien un tiro libre a Rey, pero dio rebote en dos tiros de media distancia. No tuvo problema en las pelotas aéreas.
Ayala: se anticipó bien en el primer gol entrando por el segundo palo. Resolvió en el mano a mano con los delanteros venezolanos. A lo largo de todo el partido abusó de los pelotazos largos en lugar de intentar por abajo.
Sensini: se complicó para marcar a Castellín por la derecha. Llegó a destiempo en la mayoría de los cruces y no se anticipó nunca. Se notó la ausencia de Pochettino en ese sector.
Samuel: mostró su seguridad habitual. El error ante Gimnasia de Jujuy quedó en el olvido, y fue de lo mejor de Argentina. No se complicó nunca y buscó siempre a un compañero libre.
Zanetti: desbordó mucho por la derecha, pero se lo vio demasiado acelerado. Sin embargo, volvió a destacarse en el mediocampo. 
Simeone: no distribuyó como contra Chile. Estuvo muy estático y no se desprendió hacia el área rival. En el segundo tiempo casi no tocó la pelota. Su lugar como volante central no parece estar asegurado.
González: no terminó bien ninguna jugada en el primer tiempo, y sus centros fueron imprecisos. Tampoco logró colaborar con Zanetti en el traslado de la pelota por los costados. Cada vez que intentó construir una pared por su sector, la pelota finalizó en los pies de un rival.
Verón: tuvo menos movilidad que en el primer partido. Habilitó bien en los dos primeros goles: córner al segundo palo para la entrada de Ayala, y desborde por derecha para la llegada de Ortega. En el segundo tiempo centralizó mucho el juego y no se tiró hacia los costados. Volvió a intentar con pelotazos largos en lugar de acompañar a sus compañeros en la elaboración de la jugada.
Ortega: sin tener la participación que tuvo contra Chile, le alcanzó para convertir dos goles llegando desmarcado por el segundo palo. En el segundo tiempo se lo vio cansado, y se notó su falta de participación entre los titulares del Parma. 
Crespo: logró convertir sobre el final con una gran (túnel incluido) definición. También desbordó bien por la izquierda en la jugada del tercer gol. En el primer tiempo se la sacaron sobre la línea, luego de picársela al arquero Dudamel. Cuando quiso tocar de primera la entregó mal y desperdició algunos contrataques.
Claudio López: volvió a mostrar confusión en el ataque. Se perdió un gol sólo en el primer tiempo, al pegarle por arriba. No se tiró tanto sobre la línea, y tampoco aplicó su habitual velocidad.
Gustavo López: tuvo una chance para convertir, pero le pegó cruzado al lado del palo.
Gallardo: en el poco tiempo que estuvo en la cancha casi no participó del circuito ofensivo.

 

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