Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


�Ya se ve la semilla de la próxima vanguardia�

La directora Helena Tritek, que hoy estrena �Corpiñeras�, con Claudia Lapacó y Lucrecia Capello, afirma que el futuro del teatro argentino está en el circuito off de los barrios de Almagro y Palermo.

Idea: �Los productores y algunos directores no se juegan a pesar de que tenemos libros maravillosos. Todos apuestan, sin dudar, a lo seguro�.

Tritek recibió varios premios por �Venecia�. En julio, además, estrenará �Pobre hombre� en el San Martín.


Por Silvina Friera

t.gif (862 bytes) Helena Tritek decidió ser actriz cuando terminó la escuela secundaria en Bernal. Desde entonces no paró de subirse al escenario, aunque últimamente ha pasado del otro lado del mostrador: sólo dirige. �Yo creo que el director es como un contador de cuentos�, dice la directora, que hoy estrena Corpiñeras, de Miriam Russo, en el teatro Regina. �Estoy contenta de hacer algo que tenga que ver con nuestra joven dramaturgia, me gusta hablar de nosotros�, afirma la directora y actriz. En la obra, Claudia Lapacó y Lucrecia Capello interpretan a dos hermanas solteronas que entretejen la frustración de sus destinos y cuidan a un pensionista, que compone Héctor de Rosa. 
�¿Cómo le llegó el libro de Corpiñeras?
�Un amigo productor, Ernesto Medela, me comentó la obra, pero no sabía ni el título ni el autor. Pasaron varios meses hasta que por coincidencia del destino, me llegó. Me interesó mucho la atmósfera, es muy atractiva: dos mujeres que tejen el crochet de los corpiños para sobrevivir. Son dos solteronas laboriosas, encerradas en una casita en Sarandí, que además tienen un perro guardián. Todos estos elementos me atraían. 
�¿Qué recursos de la puesta refuerzan esa atmósfera?
�Está remarcado en acciones y pensamientos, no es el texto sino lo que está dentro del texto: los deseos, la necesidad de ser feliz y la esperanza de esas dos hermanas. (Constantin) Stanislavsky lo llamaría el subtexto, Peter Brook diría que es el mundo invisible, que se hace visible.
�¿Por qué estas mujeres aceptan a un pensionista?
�Lo hacen por una necesidad económica. Pero de pronto un día, ante una mirada, un pequeño signo, algo que cree o que le pareció, una de las hermanas, Sara (Claudia Lapacó), se empieza a enamorar del hombre y encuentra en él un depositario de todos sus sueños, de todo un caudal de amor que nunca había liberado.
�Además de esta obra, ¿qué otros proyectos tiene para este año?
�Tengo que cuidar Venecia, que sigue en el Payró, y en julio estrenaré Pobre hombre, en el teatro San Martín, un clásico argentino de 1920, de José González Castillo, que muestra un mundo de fábricas de hombres y de huelgas.
�Aun así, este año son pocos los estrenos de textos de dramaturgos argentinos. ¿A qué lo atribuye?
�Los productores del circuito comercial no se juegan a pesar de que tenemos libros maravillosos. Me preocupa porque, si los dramaturgos escriben y nadie hace esas obras, la dramaturgia argentina se va a morir. Por los tiempos que corren, los productores y algunos directores apuestan a lo seguro.
�No parece ser el caso suyo, que siempre buscó obras argentinas...
�Porque me interesa, porque me siento responsable. Corpiñeras es la única obra nacional en el circuito comercial y esto tiene un valor enorme. Creo que es muy importante para toda la gente de mi generación ayudar a que surja un movimiento propio.
�Pero, entonces, ¿dónde están los nuevos movimientos de teatro?
�Lo interesante hoy pasa por lo que se hace en el circuito de los sótanos, zaguanes, casonas muy viejas, en patios, toda la zona de Palermo y Almagro. Hay alrededor de 15 a 20 salas que no tienen dinero, pero producen y asumen riesgos. Eso creo que es como un semillero, hay tanto movimiento de gente y público que ahí tiene que empezar a germinar lo nuevo. De esas semillas tienen que salir la vanguardia y la nueva dramaturgia. En general, el teatro comercial no se arriesga a nada.

 

PRINCIPAL