Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


A LOS 57 AÑOS, MURIÓ SIMÓN LÁZARA
Se fue un luchador

Militó desde muy joven en el socialismo y luego en organismos de derechos humanos. Su última batalla: contra el represor Bussi.


Por L.V.
t.gif (862 bytes) "Fue un militante de la libertad", dijo Raúl Alfonsín. Y casi no necesitó agregar nada más. Simón Lázara murió ayer en su casa, tras sufrir un ataque cardíaco. Tenía 57 años y una historia de cuatro décadas de lucha por los derechos humanos. Sus restos son velados en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso. Hoy a las 10 de la mañana será inhumado en el cementerio Jardín de Paz, de Pilar. Habrá allí una última despedida al Gordo Lázara encabezada por Alfonsín y el diputado socialista Alfredo Bravo.   

  Le gustaba decir que la vocación política era hereditaria. Su abuelo materno, Adolfo Rubinstein, había sido concejal socialista en los años '40 y el paterno un anarquista durante la década infame. "De ellos aprendí lo fundamental: la defensa de los derechos de la gente", contaba cuando le preguntaban por qué se había afiliado al socialismo a los 14 años.

  Eran los tiempos de la Revolución Libertadora, y ya entonces se notaba que la solemnidad no sería uno de sus fuertes. Cuentan sus compañeros del bachillerato que una tarde, cuando lo esperaban en un bar, Lázara entró corriendo, con la cara ensangrentada y lleno de magullones. Acababa de escapar de una patota del grupo nacionalista Tacuara. Al verlo en esas condiciones, uno de los mozos atinó a preguntarle: "¿Necesita algo?". Y Lázara replicó al instante: "Sí, una puerta".

  Su primer cargo público fue el de concejal del Movimiento Socialista de Liberación Nacional que, aliado al peronismo, integró el Frejuli del '73. Con el golpe militar del 24 de marzo del '76 se volcó de lleno a la defensa de los derechos humanos. Fue uno de los fundadores de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, de la que llegó a ser vicepresidente.    Allí, y en las reuniones casi clandestinas que cada viernes hacía un grupo de dirigentes radicales, empezó una amistad con Raúl Alfonsín que se mantuvo firme a través de los 25 años que siguieron.

  Hasta mediados de los '80 comandó el Partido Socialista Unificado. Después, con el regreso de la democracia, apoyó al peronismo, pero por poco tiempo. Por un pedido expreso de Alfonsín, se sumó en el '87 --como extrapartidario-- a la lista de candidatos a diputados nacionales de la UCR. "Alfonsín es un hombre que mantiene intacto su sentido de la libertad", dijo entonces.

  En las elecciones de septiembre del '97, el radicalismo logró ingresar a sólo siete diputados por la Capital Federal. Lázara era el octavo y quedó afuera. Pero meses después ocupó la banca que dejó vacante la muerte de Francisco Manrique. Como diputado, fue el autor de la ley que impide la detención de personas "por averiguación de antecedentes" y redujo el período de permanencia en las comisarías, llevó adelante la acusación contra el médico policial Jorge Bergés y promovió la expulsión de la Cámara del catamarqueño Angel Luque.

  Cuando venció su mandato, intentó sin suerte volver al Congreso, encabezando una alianza entre el Partido Socialista Unificado, el Humanista y Ecologista Verde. En 1993, Alfonsín lo convocó para ser su vocero. Un año después, Lázara tuvo un rol no menor en las negociaciones por el Pacto de Olivos.

  Casado y padre de tres hijos, nunca abandonó su trabajo en la APDH. Tampoco su sentido del humor. "No me pregunte cuánto peso", solía advertir entre risas frente a cualquier periodista; "Ese es mi secreto mejor guardado". Y si le preguntaban por su actividad física preferida, sólo recordaba que en su juventud jugaba al rugby como pilar y que de adulto se había inclinado por el ajedrez y la ingestión de alimentos. "Estaba bajo tratamiento por sus problemas cardíacos y respiratorios", recordó ayer uno de sus amigos más cercanos, "pero era difícil lograr que obedeciera a las indicaciones médicas. Al Gordo le obsesionaban otras cosas. Su última gran alegría fue evitar que el Parlamento se ensuciara con la presencia de un genocida como el general Antonio Domingo Bussi".

 

Opinan Raúl Alfonsín y Daniel Goldman


Por Daniel Goldman *

Siempre hacía alarde de una abuela judía que tenía, y me demostraba que en última instancia él también era judío. Y se reía. Y lo admiré, entre otras cosas, porque podía reírse de todo. Por supuesto que hasta de mi ser religioso. "Pero no te das cuenta --me decía-- que ustedes crearon todo este sistema de temor al infierno y expectativas esplendorosas en el cielo para que nos sometamos y nos portemos bien, lo que en última instancia significa que la religión es el 'opio de los pueblos'". Yo le respondía que mi inquietud está centrada en "este mundo" mucho más que en el "mundo por venir", de modo tal que teníamos la misma preocupación. Y le agregaba que los primeros socialistas fueron los profetas, los cuales no necesitaban un partido para agruparse. Y él me retrucaba diciéndome que sólo por eso era judío, porque ¡¡era descendiente de los profetas!! Querido Simón, nos vas a faltar en este mundo, con tu incomparable lucidez e inteligencia, con tu tierna picardía e ironía, con tu pujante tenacidad y compromiso. Es verdad. Fuiste un descendiente de los profetas, y un maestro para mí. Si no existe el "otro mundo" me llevo de vos un recuerdo imborrable, pero si existe, amigo, nos veremos allá y espero que me ubiquen cerca tuyo para seguir discutiendo y aprendiendo de tu experiencia.

* Rabino de la Comunidad Bet-El.


Por Raúl Alfonsín *
Simón Lázara era un militante de la democracia, la libertad y los derechos humanos. En cada viaje que compartíamos había, al arribo, alguien esperándolo para agradecerle la vida de un ser querido o su solidaridad con algún reclamo doloroso. Por eso será recordado por muchos argentinos.

  Era un verdadero político, porque hacía del diálogo un instrumento fundamental, y sin abdicar jamás de sus propias ideas, sabía escuchar, sabía ponerse en el lugar del otro.

  Inició su militancia en el socialismo y sin cambiar sus convicciones abrazó el ideario radical, para luchar por la instauración de una democracia social. Fue diputado nacional y colaborador de nuestro Comité Nacional. En el reclamo firme por los derechos humanos en nuestro país, fue cofundador de la Asamblea Permanente, donde trabajó incansablemente hasta el final.

  Los argentinos, los demócratas, los radicales, le damos nuestro adiós con tristeza y con gran respeto a un hombre ejemplar por su vocación solidaria sin claudicaciones, su hombría de bien y su utopía de luchar para concretar la libertad y la igualdad para las generaciones por venir.
* Presidente del Comité Nacional de la UCR.


LO VELARON EN PASOS PERDIDOS
El adiós en el Congreso

Simón Lázara fue diputado de la Nación entre 1987 y 1991, por ello sus restos fueron velados en el salón de los Pasos Perdidos. Hasta allí poco a poco fueron llegando sus familiares, sus amigos y representantes de organizaciones de derechos humanos y de partidos políticos, entre los que se encontraban el presidente Fernando De la Rúa, Raúl Alfonsín y Alfredo Bravo. El ex presidente y el diputado socialista despedirán al dirigente de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) hoy a las 10. Muchos de los presentes recordaron sintéticamente a Lázara:

  * El orador. "Lo recuerdo como un gran orador y supo ayudarnos mucho en una etapa difícil del país. Hemos perdido a un político decente." César Jaroslavsky (ex diputado de la UCR).

  * El reencuentro. "En 1983 volví por primera vez del exilio. Me encontré con Simón en un restaurante cerca del Congreso y fue él quien me conectó nuevamente con la política. Una persona inolvidable." Adriana Puiggrós (diputada del Frepaso).

  * Compañero de lucha. "Perdí a un amigo, a un compañero de lucha en la APDH. El fue uno de los impulsores de la expulsión del diputado Angel Luque por el caso María Soledad Morales y uno de los que más trabajó para que el genocida Antonio Bussi no ingrese a la Cámara. Hasta el último momento de su vida batalló contra quienes todavía quieren imponer la doctrina de la seguridad nacional en la Argentina." Alfredo Bravo (diputado socialista).

  * Verdad y justicia. "Fueron 23 años de lucha y caminar juntos, aunando conceptos e ideales por la verdad y la justicia." Nora Cortiñas (Madres de Plaza de Mayo - Línea Fundadora).

  * Fuerza y pasión. "Cuando fue diputado me convocó para que sea su asesor. Fue un luchador incansable por los derechos humanos. Tenía mucha fuerza, mucha pasión." Julio César Strassera (ex fiscal).

  * El operador político. "Nos conocimos en la Asamblea Constituyente. Fuimos los que creamos la figura del operador político, él por la UCR y yo por el PJ. Fue una etapa inolvidable." Jacinto Gaibur (vocero de Carlos Menem).

  * El pacto. "Una gran personalidad, con una gran capacidad de negociación. Juntos participamos de las primeras reuniones que derivaron en el Pacto de Olivos." Carlos Corach (senador del PJ).

  * Ley Lázara. "Se nos fue un gran amigo, una persona inolvidable, expansivo, sincero. Su paso por el Congreso nos dejó una ley importante, que cambió el código de procedimiento policial." Fernando de la Rúa (presidente).

 

PRINCIPAL