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VICTORIAS REPARTIDAS EN LOS COMICIOS URUGUAYOS
Cal roja y arena colorada

En los comicios municipales, la izquierda arrasó en Montevideo pero perdió en  el departamento de Canelones,  el segundo del  país, según los  boca de urna.


t.gif (862 bytes) Aníbal Ibarra, jefe de gobierno electo de la ciudad de Buenos Aires, cruzó el charco una hora y media antes de que se cerraran oficialmente los comicios municipales en Uruguay. Fue a saludar a quien será su colega reelecto en Montevideo, Mariano Arana, que no se estaba comiendo las uñas por alcanzar el 50 por ciento de los votos necesarios para no ir a segunda vuelta. Arana, más bien, estaba preocupado por alcanzar el 60 por ciento de los votos. Y aunque sólo hay resultados a boca de urna (los oficiales se conocerán hoy), Arana parece cerca de conseguirlo: está orillando el 58 por ciento. Con esta comodidad, el Encuentro Progresista-Frente Amplio (EP-FA) ganó por tercera vez consecutiva la intendencia de Montevideo. A medida que se avanza en el interior, la comodidad comienza a desvanecerse. En el departamento de Canelones, pegado a Montevideo, el Partido Colorado parece haber ganado la pulseada. Y en el resto del país, el Partido Nacional parece dispuesto a volver a ser lo que fue antes de su fracaso electoral en las elecciones presidenciales del año pasado. 
Aunque los resultados oficiales estarán en la tarde de hoy, las encuestas a boca de urna más los sondeos previos muestran la magnitud de la victoria de la izquierda en la capital uruguaya. En 1989, Tabaré Vázquez había ganado con el 33,6 por ciento de los votos. En 1994, Arana había repetido la victoria con el 42,2 por ciento. Como para no esperar hasta ayer, el nivel de apoyo en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales siguió creciendo para el EP-FA: 54,43 por ciento. Y ayer, Arana resultó electo con un porcentaje mayor, que Oscar Botinelli, de la encuestadora Factum, ubica en 57,8 por ciento, más de 30 puntos por encima del candidato colorado Oscar Magurno, es de más de 40 puntos. Y más de 45 puntos respecto del candidato blanco, Ruperto Long. 
Donde la cosa sí está para comerse las uñas es en Canelones, que junto a Montevideo concentran casi el 60 por ciento del total de la población. El candidato colorado a la reelección como intendente, Tabaré Hackenbruch, (que hasta hace unas semanas estaba ocho puntos por debajo del candidato de la izquierda, el socialista Angel Spinoglio, y logró remontar la diferencia en las encuestas previas), habría ganado la pulseada, según Botinelli, aunque no precisó las cifras. En los sondeos previos a la elección, Hackenbruch y Spinoglio estaban casi empatados en torno del 39 por ciento. El ex presidente Julio María Sanguinetti, colorado él, se apuró a aclarar que Canelones era, precisamente, �el auténtico escenario de la confrontación de hoy�. La candidata del Partido Nacional, Julia Pou (�La Julita�, esposa del ex presidente Luis Alberto Lacalle), tendrá que contentarse con un magro 17 o 18 por ciento.
Pero el Partido Nacional, o Blanco, puede empezar de todos modos a descorchar champagne. La primera vuelta electoral, el 31 de octubre de 1999, había sido lapidaria. El Partido Nacional, el segundo en importancia del país, había logrado sólo el 21,29 por ciento a nivel nacional. En el interior, que siempre fue su gran fuerte, quedó incluso detrás de la coalición de izquierdas. Hasta perdió en bastiones particularmente blancos como los departamentos de Paysandú y Maldonado, donde ganó en esa primera vuelta el EP-FA. Ayer, el signo de recuperación fue su triunfo en Maldonado, según las encuestadoras Factum y Cifra. Y no sólo eso. El Partido Nacional estaría ganando, además, en los departamentos de San José, Flores, Durazno, Cerro Largo, Treinta y Tres, Lavalleja y Tacuarembó. Mientras tanto, el Partido Colorado se quedaría con los departamentos de Artigas, Salto, Colonia, Florida y Río Negro. Tanto como para demostrar que ambos partidos están saludables respecto al crecimiento fuerte y sostenido de la coalición de izquierdas desde hace 10 años.
Sacando a Montevideo y Canelones, la izquierda registrará un crecimiento respecto de las anteriores elecciones municipales, pero sin dudas ese crecimiento será menor al esperado luego de los comicios presidenciales del año pasado. Desde aquel 31 de octubre, el principal objetivo del Encuentro Progresista-Frente Amplio fue mantener esa sensación de habersetransformado en una fuerza a nivel nacional, y no sólo a nivel de Montevideo. Muchos analistas consideran que, si en Montevideo no supera el 60 por ciento, tiene que crecer mucho más en el interior para vencer a la probable alianza blanqui-colorada en las próximas elecciones presidenciales. Pero es pronto para hablar de eso. Falta, por ejemplo, conocer los resultados oficiales de lo que pasó ayer.

 

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