Por Santiago Rodríguez
 Angel Rozas viajó ayer a Buenos Aires en busca de más ayuda para Chaco, donde los trabajadores pararon y se movilizaron otra vez en contra del ajuste que impulsan las autoridades provinciales. El gobernador volvió a relativizar el peso del reclamo de los estatales y a responsabilizar a los dirigentes gremiales que los conducen por los violentos enfrentamientos que mantuvieron con la policía durante la marcha del último miércoles, aunque la agenda de sus reuniones con los funcionarios nacionales habla a las claras de que en una provincia en la que él mismo admite que �hay serios problemas de pobreza estructural�, la protesta social está latente y no quiere correr más riesgos.
El avión que trajo a Rozas a Buenos Aires para entrevistarse con la ministra de Desarrollo Social, Graciela Fernández Meijide; el secretario de Programación Económica y Regional, Miguel Bein; y el presidente del Banco Nación, Chrystian Colombo; partió de Resistencia después del mediodía. A esa hora, la capital chaqueña presentaba un panorama totalmente distinto al del miércoles. Entonces, la represión policial contra un grupo de manifestantes estatales que intentaron entrar en la Legislatura �donde los diputados se disponían a aprobar las leyes de reducción del gasto remitidas por el gobernador� desató la violencia.
Los trabajadores públicos chaqueños volvieron a manifestarse en contra del ajuste y tomaron pacíficamente la Casa de Gobierno provincial, en cuyo hall realizaron una asamblea. �Este gobierno represor les abrió las puertas�, se ufanó después Rozas, en diálogo con Página/12 y en el marco de las acusaciones que cruzó con los dirigentes sindicales. Después de asegurar que �personalmente hablé durante dos horas con el jefe policial que estaba en el aguante y le dije que soportara hasta que le fuera imposible�, el gobernador se preguntó: �¿Qué quieren, que no tiremos gases lacrimógenos? ¿Que maten a un policía?�.
�Es la tercera vez que Rozas reprime en forma salvaje y violenta para acallarnos y busca culpables para justificarse y desviar el eje de la realidad: que en Chaco hay un gravísimo problema social�, retrucó el secretario del sindicato de estatales, Raúl Vallejos. Los otros dirigentes gremiales sobre los cuales Rozas cargó las tintas son la docente Rosa Petrovich y el judicial José Suárez. La CGT de Hugo Moyano se solidarizó con los sindicalistas y repudió la represión.
La huelga que, además de la movilización, realizaron los estatales chaqueños no tuvo buen acatamiento. Los gremios la habían convocado por tiempo indeterminado, pero Vallejos explicó ayer a la tarde que �lo hacemos de 24 horas porque prestamos servicios sociales indispensables y por responsabilidad vamos a ir moderando nuestras medidas�.
Rozas se tomó de la escasa adhesión a la medida de fuerza para insistir en que el reclamo de los estatales �nada tiene que ver con los pobres, los desocupados y los excluidos� y aventó los fantasmas sobre un posible
estallido en Chaco. De todos modos, para cerrar la puerta a eventuales protestas sociales fue que le solicitó a Fernández Meijide la implementación de más planes asistenciales nacionales en su provincia.
�La ministra entendió la situación de la provincia y probablemente dará una respuesta positiva a nuestro pedido�, dijo un confiado Rozas, quien se aseguró con Bein la reprogramación de los próximos vencimientos de la deuda pública chaqueña y le solicitó a Colombo un plan de refinanciación para los productores e industriales chaqueños.
Además de reunirse con los funcionarios nacionales, Rozas se tomó tiempo para responderle a su colega José Manuel De la Sota, quien había dicho que �los hechos de violencia de Chaco y otras provincias, son producto de grandes gastos que después son descargados en grandes ajustes�. �Mejor que De la Sota se dedique a Córdoba porque yo no necesito un maestro ciruela�.
ACUERDO DE LOS INTENDENTES Y LOS PIQUETEROS
Las rutas están despejadas en Neuquén
Los piqueteros que mantenían cortada la ruta 22, cercana a las localidades neuquinas de Cutral-Có y Plaza Huincul, decidieron ayer levantar la medida. La decisión fue consecuencia del compromiso de las autoridades de ambos municipios de entregar subsidios y ayuda alimentaria a los desempleados de la zona.
Los manifestantes de las dos localidades, que actuaron por separado, habían decidido cortar la ruta nacional 22 en reclamo de más ayuda de los municipios. Pero ayer se resolvió la situación. El grupo de piqueteros que desde el miércoles protestaba cerca de Plaza Huincul decidió despejar la ruta cuando, ayer por la mañana, el intendente local se comprometió a garantizar ayuda social para los desempleados. Fuentes oficiales de la Municipalidad aseguraron que los participantes del corte de ruta en esa localidad fueron sólo 46 personas.
Algo similar ocurrió un rato después en Cutral-Có. En la localidad ubicada a menos de 100 kilómetros de la ciudad de Neuquén, otro grupo de manifestantes cortaba la misma ruta. La medida, sin embargo, se suspendió en pocas horas cuando los piqueteros obtuvieron el compromiso de las autoridades municipales de otorgarles una suma fija de 100 pesos y una caja de alimentos.
En ambos casos los intendentes se comprometieron también a sumar a los manifestantes a los planes sociales de empleo en cuanto se aprueben obras para la construcción de cordones, cunetas y veredas en la ciudad.
La situación de la zona, sin embargo, sigue siendo crítica. Plaza Huincul y Cutral-Có son dos distritos que habían prosperado al calor de la explotación petrolera y que fueron duramente afectados por la privatización de YPF.
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opinion
Por Eduardo Aliverti |
| ¿Asumió De la Rúa?
La exquisita y a la vez brutal ironía de esta pregunta fue producto de la invención de un oyente radial, cuando hace un par de semanas ya se perfilaba la serie de estallidos callejeros en algunas provincias. Pero sería aplicable no sólo respecto de la actitud frente a las crisis regionales, sino ante al conjunto del accionar de gobierno.
La política del ajuste perpetuo; el tipo de relación con el FMI; el esquema tributario; la ausencia de una estrategia global para aumentar la producción y crear empleo; la manutención de un perfil agroexportador; hasta las declaraciones oficiales, que responsabilizan a �violentos� e �infiltrados� por los incendios norteños; la visión y el aroma generales, en definitiva y por pocos que sean los meses de gestión consumidos, muestran que la Alianza no ofrece diferencia sustancial alguna con el menemismo. Sin embargo, ¿es producto de la inoperancia para aplicar programas hasta hoy desconocidos, que puedan estar en dirección de una mayor justicia social? ¿O es el obvio resultado de una plataforma que, con excepción de vaguedades y demagogias publicitarias, jamás prometió otra cosa que la ratificación del modelo?
Tomado el caso puntual de los piqueteros y visto que el Gobierno corre detrás de cada explosión, las hipótesis más �benignas� serían que el oficialismo vive en un frasco o que piensa tomarse vaya a saber cuánto tiempo para intentar una salida estructural. Mientras tanto, empero, los hechos muestran que hay bronca, lo cual es muy distinto que bronca organizada. Hoy Salta y el Chaco; ayer Cutral-Có y Tierra del Fuego; mañana el Gran Rosario o el puerto marplatense, son pústulas de excluidos o empobrecidos que ya se cuentan por millones pero carentes de canales, sociales y partidarios, que les otorguen estructura, dinámica, fortaleza. El más elemental análisis ideológico recuerda que se trata de gente que pide ser explotada. Sólo eso. Un lugar en el mundo. No hay por tanto rebelión sino motines. No hay conciencia de clase sino lumpenizados. El poder político y económico �el poder a secas, al fin� sabe entonces que no se enfrenta a un problema mayor: es apenas uno de los costos a �administrar� del modelo que aplican a sabiendas. Con convicción. Ni viven en un frasco ni están pensando otra cosa. Porque De la Rúa ya asumió. |
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