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COMPROMISO DE CHILE Y LA ARGENTINA 
Casi casi una Europita

Con la crisis paraguaya de fondo, Lagos y De la Rúa firmarán hoy una carta de compromiso democrático y social. Ayer los gestos estuvieron encaminados a construir un Mercosur más grande y más político.

De la Rúa y Lagos intercambiando condecoraciones.


Por Martín Granovsky

t.gif (862 bytes) Carta social, compromiso democrático, politización de las relaciones: Ricardo Lagos y Fernando de la Rúa coincidieron ayer en esas tres patas para un Mercosur que cambiaría su naturaleza. Es la forma que hallaron los presidentes para ponerse de acuerdo en una incorporación más decidida de Chile a la asociación de la Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, más allá de la traba de los aranceles. Y Brasil está de acuerdo. 
La carta de compromiso democrático se firmará hoy, el último día de la visita de Estado de Lagos a la Argentina. 
�América latina necesita una señal clara de estabilidad política y constitucional�, comentó a Página/12 uno de los diplomáticos chilenos que acompañan a Lagos. �Y también nos sirve a nosotros.�
La idea de un compromiso que sea también social apareció en el muy aplaudido discurso de Lagos ante la Asamblea Legislativa. Después de agradecer a los argentinos por la acogida al exilio chileno posterior al golpe de Augusto Pinochet, en 1973, el presidente chileno dijo que �reducir el Mercosur a un arancel común es achatar la posibilidad de desarrollar nuestros sueños, y para eso no estamos disponibles: estamos disponibles a pensar en grande�. 
�En el mundo del siglo XXI, la concertación política entre nosotros será esencial para que nos escuchen�, dijo después.
Juntas, las ideas de superar la unión arancelaria, imponer un compromiso social, fortalecer la democracia y concertar hacia afuera se parecen mucho a las metas de la Unión Europea en el último decenio. Faltaría, claro, la construcción de una moneda común, como el euro, pero la coordinación de economías debería llevar a ella si, igual que por el tratado de Maastricht en 1991, se imponen criterios equivalentes por ejemplo para el deficit fiscal. 
Carlos �Chacho� Alvarez, que presentó a Lagos, lo dijo con todas las letras. Pidió, �después de transitar el pequeño Maastricht, poder contar con una moneda única para la región�. 
En Europa, la carta social surgió como una compensación impulsada por las socialdemocracias más avanzadas, como la francesa, aprovechando la presidencia comunitaria de Jacques Delors, contra la internacionalización económica que derribó las fronteras. 
Un elemento nuevo apareció ayer, cuando en paralelo a la cumbre presidencial la secretaria general de la Central Unitaria de Trabajadores de Chile, la comunista Etil Moraga, se reunió con Rodolfo Daer, de la CGT gorda, y anunció que hoy lo hará con Hugo Moyano, de la CGT crítica. Salvo las relaciones de la Central de Trabajadores Argentinos con los sindicalistas brasileños y el Partido dos Trabalhadores de Ignacio Lula da Silva, los gremios locales suelen ser bastante parroquiales. Si esta vez no lo fueron es que pispearon que, con Chile, la integración será aún más inexorable.
Anoche, en la cena que De la Rúa ofreció a Lagos en el Palacio San Martín, los diplomáticos de los dos países se preguntaban cómo reaccionaría Brasil por el acercamiento entre Santiago y Buenos Aires. Si era por la cara sonriente de Sebastiao do Rego Barros, el embajador brasileño aquí, a Brasilia no le disgusta nada la politización del Mercosur. �Más bien lo contrario�, dijo un interlocutor habitual de Rego Barros, un experto en integración desde que en 1985 negoció con la Argentina las inspecciones atómicas mutuas. �Los brasileños también dicen que Mercosur no son solo aranceles, igual que Lagos.�
Con el chileno, De la Rúa no ahorró gesto, protocolo ni pompa: 
  Carlos �Chacho� Alvarez acompañó a Lagos en el avión con que llegó a la Argentina.
  Anteanoche el mismo Presidente se apareció en el Aeroparque, fuera de programa, para recibir a su colega chileno. 
  Anoche, antes de la cena, puso a la banda de Granaderos tocando el �Himno a la alegría� de Beethoven, con suaves toques de redoblante.
  También antes de la cena se paró junto a Lagos, con escolta de señoras y cancilleres, y recibió el saludo de los invitados como si ambos recién hubieran asumido. 
  Construyó una historia oficial rescatando los aspectos más amistosos entre los dos países, y le dio continuidad en el tiempo, o sea en el Estado, cuando hilvanó las negociaciones tras la mediación del cardenal Antonio Samoré, el plebiscito del Beagle en el �84 y el acuerdo de Hielos Continentales firmado por Carlos Menem, a quien antes había mencionado como el gobernador que apoyó la consulta propuesta por Raúl Alfonsín, también presente en la cena. 
Lagos ya había hecho lo suyo cuando eligió a la Argentina como primer destino para una visita de Estado y, ayer, al seleccionar en sus discursos algunos principios que obviamente caerían bien en la clase política local. Uno de ellos, repetido en público y en privado, el concepto de corredor bioceánico, que permitirá a la Argentina salir por el Pacífico y a Chile por el Atlántico.
Otro, la cooperación en defensa, que pone en un pasado muy lejano la casi guerra con Chile de la Navidad de 1978, hace 22 años.
Un día bucólico, si no fuera porque mientras argentinos y chilenos saboreaban el postre escuchando tangos en el Palacio San Martín, un regimiento era copado en pleno centro de Asunción.


Reclamos al Presidente

El contraste era muy fuerte. El presidente chileno, Ricardo Lagos, que terminaba de condenar a los centros financieros internacionales y que había concluido su discurso ante la Asamblea Legislativa con una versión libre de una famosa frase de Ernesto Che Guevara, que decía �el presente es de lucha, pero el futuro es nuestro�, debió enfrentarse con manifestantes que le reclamaron la libertad de los presos políticos chilenos y el encarcelamiento del dictador Augusto Pinochet. Hebe de Bonafini, al frente de un grupo de las Madres de Plaza de Mayo, organismos defensores de los derechos humanos chilenos y militantes de Izquierda Unida escracharon a Lagos cuando salía del Congreso nacional, al grito de �Libertad a los presos, castigo a Pinochet�. 

 

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