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El fantasma de Oviedo transformó 
de golpe la medianoche de Asunción

Tanquetas rebeldes oviedistas dispararon en las primeras horas de la madrugada contra el Parlamento paraguayo, contra radios y un canal de televisión. El Gobierno aseguraba tener el control de la situación, mientras periodistas de tevé coordinaban con la Aeronáutica, fuerza leal al Gobierno, el suministro de información sobre los blancos en la calle.

El presidente Luis González Macchi en épocas mejores. El día de su asunción hace un año. Pasada la medianoche encontró refugio en un cuartel de fuerzas leales a su gobierno.

t.gif (862 bytes) Tanquetas del Ejército, tripuladas por militares insurrectos, entraron a la una de hoy al centro de Asunción y realizaron disparos contra el Parlamento. Las tropas que se acercaron a Asunción formaron parte de un grupo rebelde de militares con el objetivo de derrocar al presidente Luis Gonzalez Macchi, según denunció el ministro de Defensa Nelson Argaña a radio Ñandutí.
Mientras tanto, tropas de la Marina, leales al presidente Gonzalez Macchi comenzaron a resguardar la sede del Palacio de Gobierno y del Congreso. Voceros de tropas leales informaron que las unidades con base en Villarrica, el Chaco paraguayo y Concepción, 400 kilómetros al norte, están ``firmes para defender la democracia��, expresó a radio Cardinal el comandante de la Tercera División (Chaco) de ejército, general Key Kanasawa.
En las primeras horas de hoy, sin embargo, el diagnóstico era incierto, y ninguna información daba cuenta de la relación de fuerzas dentro de las instituciones militares y la policía.
El Gobierno argentino seguía al minuto las informaciones, buscando determinar el cuadro militar verdadero.
�Cuando planificamos el viaje del presidente Fernando de la Rúa a Asunción, el último fin de semana, sabíamos que algo podía pasar, pero había que dar una señal de fortalecimiento de las instituciones paraguayas�, dijo un alto diplomático argentino. 
Como en marzo del año pasado, la transmisión de la televisión en directo, con la misma voz de entonces, la de Estela Rufinelli, intentó no solo aportar datos ciertos sino enviar mensajes a los paraguayos para resistir el intento de golpe. 
Según la agencia France Presse, las fuerzas rebeldes habrían estado encabezadas por el general retirado Víctor López, ex representante de Paraguay ante la Junta Interamericana de Defensa en Washington. El movimiento presuntamente denominado Teniente Coronel Fulgencio Yegros, habría pensado en reclamar la convocatoria inmediata a elecciones presidenciales y vicepresidenciales.
Los sublevados coparon la Primera División de Caballería en las afueras de Asunción, el cuartel de la policía de operaciones especiales y al menos dos radioemisoras, radio Cardinal y Primero de Mayo. 
Una de las locutoras de radio Cardinal explicó a la televisión local: �recibimos a varias personas vestidas con uniformes militares que nos decían que teníamos todas las garantías para seguir trabajando�. Al poco tiempo, los efectivos se retiraron del lugar.
�Pero uno de ellos �continuó� se instaló al lado del micrófono y otro en la cabina de control. Hasta que uno se enojó con nosotros, sacó el arma y disparó contra el periodista Jorge Benítez, pero no lo hirió.� 
A la una y media legisladores y ciudadanos se congregaron frente al Congreso nacional cantando el himno y gritando �asesinos� hacia las tanquetas, mientras la televisión pedía retirarse del Congreso porque las fuerzas leales atacarían a los agresores, y lo mismo en un barrio de las afueras de Asunción. 
Los embajadores de la Unión Europea se reunieron de urgencia para considerar los efectos de la intentona. El embajador español, Federico García Valdecazas, dijo por radio que ``si es una tentativa subversiva la condenamos de una manera muy firme y estamos siguiendo la situación y vamos a hacer más declaraciones luego��.
�Acá no se puede tener medio punto�, decía al aire Estela Rufinelli. �Que cada jefe de comando opte y llame para decir de qué lado está.�
El ex presidente de Paraguay entre 1993 y 1998, Juan Carlos Wasmosy, denunció un �golpe en ciernes�. Calificó de �sicópata y loco� al ex jefe del Ejército acusado por el Gobierno de Luis Gonzalez Macchi de ser elautor intelectual del asesinato del vicepresidente Luis María Argaña el 23 de marzo de 1999.
El senador Francisco José De Vargas afirmó que los planes �oviedistas� se conocían desde hace algunos días, por lo que las autoridades habían tratado de tomar las precauciones del caso. 
El presidente de Paraguay, Luis González Macchi, ya se encontraba al principio de la crisis en un lugar seguro protegido por la Guardia Presidencial, así como el comandante de la Policía, Casto Roberto Guillén, cuya comandancia al parecer también fue ocupada por los �oviedistas�.
Tropas militares leales a González Macchi reforzaron la seguridad en el Palacio de Gobierno, en el centro de Asunción, dijeron los medios de comunicación.
La Fuerza Aérea se comprometió de movida en una posición institucionalista. �La Aeronáutica se halla en una situación de alerta máxima para defender a las autoridades�, decía el coronel Luis Ocampo, mientras decía que cada tanqueta rebelde había sido �declarada blanco de los aviones de combate que vuelan en este momento, artillados con bombas de empleo general�. Y pidió: �Si ustedes tienen reporteros, que por favor informen sobre la posición exacta de las tanquetas, porque nos van a facilitar la tarea�. 


Escenas de una noche difícil

Un grupo de tanquetas se acercó pasada la una de la mañana al Congreso paraguayo. Con los primeros disparos el cuerpo a tierra fue general. A los pocos segundos un senador oficialista se acercó al periodista de la televisión paraguaya e intentó tranquilizarlo. �Son tropas amigas, no se preocupen. Están disparando pero hacia el cuartel de policía, tomado por los rebeldes�, aseguró. En ese momento interrumpió asustado el periodista. �Pero están apuntando hacia la Cámara de Senadores�, musitó. El sonido del impacto de una bomba en la sede legislativa terminó con las especulaciones. La televisión vio cortada entonces su trasmisión. Cuando volvieron las imágenes el mismo senador se corrigió. �Las instituciones están un poco golpeaditas�, resumió.

El ministro del Interior Carlos Bouer encabezó en persona la represión a un grupo de oficiales de policía leales al ex general golpista Lino Oviedo. Nervioso, enfrentó los micrófonos con un mínimo mensaje: �Guarden la calma, en poco tiempo la situación estará controlada�. En su mano derecha, un impresionante fusil ametralladora remarcaba la decisión de sus palabras. Segundos después quedó claro que no era pura escenografía. Entró a la sala donde se parapetaban los oviedistas y sacó en persona a empujones al jefe. 

�Estamos en guerra, estamos en guerra�, gritaron los periodistas al frente de la Sede Legislativa. A su lado, una tanqueta disparaba hacia el Congreso. Los policías de custodia optaban por rendirse u ocultarse tanto de los agresores como de los periodistas que, entre jadeos, intentaban arrancarles alguna declaración. En medio de la confusión, los parlamentarios a ratos gritaban victoria y a ratos se lamentaban por los avances golpistas.

 

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