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El actor que hace de médico y 
le donó un riñón a su esposa

Gustavo Ferrari, que integra el elenco de �Los médicos de hoy�, la nueva tira del 13, concretó la donación hace sólo siete meses.

Ferrari y Marina Pampín, una historia real que ayuda a la ficción.
El actor es uno de los médicos de la nueva tira del 13, a las 14.


Por Patricia Chaina 

t.gif (862 bytes) �Donar un órgano es un acto de amor.� La frase suena bien para el slogan de una campaña de bien público. Pero en boca del actor Gustavo Ferrari remite a una situación real que él insiste en llamar �un privilegio de la vida. A muy pocos el azar les da la oportunidad de poder darle parte de uno a la persona amada�, agrega. En agosto del �99, Ferrari le donó un riñón a su esposa, Marina Pampín. Por eso hoy se entusiasma al explicar los beneficios de poder tratar el tema en las ficciones de TV. Tal como sucederá en �Los médicos de hoy�, la nueva telenovela que Canal 13 emite de lunes a viernes a las 14, en la que Ferrari interpreta a un médico residente de la clínica que dirige Guillermo Ezcurra (Claudio García Satur). Una clínica que dará lugar para informar sobre prevención del sida o el trasplante de órganos mientras transcurren los dramas del culebrón. 
�Se puede informar y ayudar a despejar los miedos que surgen ante esa posibilidad. En cuanto a lo que conozco, el trasplante renal, transmitir el hecho de que se puede hacer. Sólo que hay que tomar la decisión de querer estar mejor�, asegura con una sonrisa que no deja lugar a dudas. �Corro diez kilómetros por día y ya podemos planificar tener hijos�, se ilusiona. No parece una pose para la ocasión. 
Ferrari llegó a la actuación desde la medicina, podría decirse, teniendo en cuenta que dejó Río Negro �su provincia natal� para estudiar medicina en Buenos Aires, donde comenzó a estudiar teatro. Se inició en TV en unitarios de ATC y su primer protagónico fue en �Socorro 5to. año� como un adolescente que caía en las drogas. �Paradojas de la vida�, recuerda el actor que superó una adicción a las drogas también en la vida real. �Estuve tres años tomando cocaína y pasaron tres años después de rehabilitarme, hasta que volví a tener un trabajo con continuidad en TV. Le agradezco a Estevanez haber confiado en mí para la tira�, agrega. Durante esos últimos tres años había protagonizado varios especiales de Alejandro Doria en Telefé y participó esporádicamente en otros ciclos, pero también en esa época conoció a Marina, su mujer.
�Por una enfermedad que tuvo de chica, le quedó una insuficiencia renal y sabíamos que iba a tener que hacer diálisis. Lo hizo un año y medio pero ni bien empezó nos hicimos estudios de compatibilidad. Se detectó que yo podía ser donante, por el alto grado de compatibilidad. Y eso me pareció increíble�, cuenta, luego de aclarar que lo primero que les planteó a los médicos �la doctora Brunet y el doctor Dávalos, del Cemic� fue el problema que había tenido con las drogas. Los análisis y los médicos determinaron que no era obstáculo. Y se decidió la operación.
�¿Cuál fue su sensación una vez que tomaron la decisión de hacerlo?
�Después de tomar la decisión hay que avanzar hasta llegar al trasplante. Y hablarlo mucho porque se trata de un acto premeditado. Distinto es si en la calle, ante un asalto, uno trata de proteger a su mujer. Ante la emergencia no hay premeditación. En cambio uno puede reflexionar esto y es necesario hacerlo. También hay muchos estudios de por medio. La obra social de Actores y el Cemic se portaron muy bien y nos facilitaron ese recorrido. Los dos hacemos terapia y eso ayudó. Fue importante hablarlo porque tiene que quedar claro que ella no me debe nada. Eso es fundamental, aunque para ella quizá es más difícil de resolver que para mí. Uno dona un órgano y nada más. Termina ahí.
�¿Le parece que termina ahí?
�Bueno, duele, molesta el posoperatorio, pero desde lo que significa el trasplante, el órgano ya es de ella. Ella lo tiene que cuidar ahora. Porque la decisión de donar no tiene que teñirse con pensamientos del estilo �¿el otro lo haría por mí?�. No hay simetría de gestos en el amor, no se puede exigir esa igualdad, eso no es amor.
�Ahora en cambio sí pueden seguir con sus vidas de manera normal...
�No, la vida es mucho mejor, porque una persona que está en diálisis lleva una vida difícil. Y la pareja está mejor. Algunos prefieren esperar un donante cadavérico. Pero es muy difícil la espera y la legalidad del tema, porque donar órganos en la Argentina está instrumentado de manera muy deficiente. Por eso, transmitir esta experiencia me parece importante.

 

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