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ORDENARON EL ARRESTO DEL PERIODISTA HUGO RUIZ OLAZAR EN PARAGUAY
Noche, niebla y estado de excepción

En uno de sus primeros actos de gobierno tras el intento de golpe de anteayer, el presidente González Macchi ordenó la detención del periodista Hugo Ruiz Olazar y se propone gobernar por decreto.

Las calles están militarizadas, los medios dudan y la gente se ríe del supuesto �golpe�.


Por Pablo Rodríguez
Desde Asunción

t.gif (862 bytes) �Acabo de reunirme con el director y acordamos que lo mejor era quedarse en la redacción.� Estas palabras fueron disparadas telefónicamente anoche a Página/12 por Hugo Ruiz Olazar, periodista del diario oviedista asunceño ABC Color y corresponsal del diario Clarín y de la agencia AFP, y la decisión de que informaban no tenía nada que ver con una noche demasiado lluviosa o con un cierre excesivamente demorado sino con unos más materiales policías que daban vueltas inquietantes en torno de la sede del periódico y las vueltas que también estaba dando una orden de arresto del gobierno supuestamente democrático, demostrando de este modo el alto aprecio que el actual presidente y ex jugador de básquetbol Luis González Macchi siente por la libertad de prensa. Olazar, en su rápido descargo telefónico, agregó que �con él (el director de ABC Color) llevamos más de 22 años de lucha por la libertad y consideramos que la intención del gobierno actual es colocar una mordaza a la prensa. Yo soy el único periodista paraguayo que entrevistó a Lino Oviedo en la clandestinidad. Tengo sugerencias para recurrir a la embajada argentina en Asunción, pero prefiero quedarme aquí con la redacción sin importarme lo que suceda�.

La punta de lanza

Como punto de arranque tras un golpe de Estado fallido, fue algo bastante golpista en sí mismo, lo que también se advierte en el estado de sitio que autoriza a González Macchi a hacer prácticamente cualquier cosa y detener a quien quiera, además de �sugestivamente� parar una protesta nacional inminente contra las privatizaciones, que entonces van a ser sacadas a decretazo puro. Otros informes llegados a oídos de este enviado decían que hombres armados habrían irrumpido violentamente en los estudios de Radio Asunción y destruido sus equipos para evitar que siguiera transmitiendo. El silencio, literalmente de radio, con que este periodista se encontró ante la posición de la emisora en el dial pareció confirmar la mala nueva, así como todas las señales que sí salieron del gobierno: estado de excepción por 30 días, más detenciones de �oviedistas�, reunión de gabinete un sábado al mediodía y prohibición de entrada a los principales edificios públicos. Es que, desde los medios de comunicación, ha surgido un haz de dudas que van desde la existencia real de un intento golpista a gran escala hasta la puesta en cuestión de los organismos de seguridad para parar la acción, pasando por una crítica global de las actividades del gobierno que ya lleva más de un año en el poder. Y, desde lo que se puede escuchar en los comentarios callejeros (ese concepto etéreo que muchos pretenden llamar �gente� u �opinión pública�), la bufa y la ironía es generalizada: más que un golpe, como dijo a Página/12 un morrudo treintañero en la céntrica Plaza de los Héroes, �esto fue un chiste�.

Las dudas

¿Un chiste de quién y contra quién? La evaluación del principal medio oviedista, el diario ABC Color, era que ganó el gobierno, �que sale fortalecido y respira más aliviado de todas las presiones que estaba recibiendo por su pésima gestión�. Y quienes perdieron, según este periódico, fueron precisamente los seguidores del ex militar prófugo Lino Oviedo, bajo la forma de 77 detenidos, todos ellos militares, policías, civiles y hasta legisladores que esperaron anteayer el fin de la sesión en el Congreso para marchar presos, como el caso de Benjamín Maciel Pasotti y Carlos Maggi Rolón. A partir de estas premisas, la conclusión de ABC Color pretende demostrar que fue una especie de autogolpe perfecto, donde no se disolvió el Congreso sino, mejor aún, se logró limpiar a las fuerzas armadas y al Poder Legislativo de un poder oviedista en retroceso pero nunca vencido del todo.
Nadie, fuera de voces estrictamente oviedistas, es capaz de suscribir a esta teoría, pero existen varias dudas que se palpan en los chistes de la calle, en los ceños fruncidos de algunos políticos del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), en la oposición, y del Partido Encuentro Nacional aún en el gobierno junto al Colorado, y ahora hasta en el tono agresivo de muchos medios de comunicación que no son precisamente oviedistas. La primera: ¿cómo es posible que seis tanquetas, a 45 kilómetros de Asunción, avancen sin que nada las detenga hasta el centro de la capital? La segunda: ¿cómo es que, si la intención golpista era tomar el Congreso, las tanquetas sólo atinaron a realizar un tiro contra el edificio donde sesiona el Senado (y casi calculado para no herir a nadie), y otras pequeñas ráfagas de ametralladoras, sólo para volverse al lugar de donde partieron? 
En una comunicación telefónica con Canal 13 de Asunción, el ministro de Defensa Nelson Argaña (uno de los pocos funcionarios que salió del hermetismo gubernamental) ensayó una explicación para todas estas dudas. �El oviedismo explota hábilmente los rumores. Desde que asumí el cargo, todos los días escucho rumores de golpe de Estado. Pasó hasta en la reciente visita del presidente argentino Fernando de la Rúa�, dijo el funcionario. �Ahora pasó lo mismo. Sabíamos de los rumores sobre un golpe en marcha. Pero como tenemos a los altos mandos de nuestro lado, dejamos que los golpistas actuaran. Ellos esperaban que nosotros bombardeáramos la División de Caballería (donde se inició la insurrección) para que las fuerzas armadas dudaran y el pánico quedara sembrado. Gracias a nuestra prudencia, donde iba a haber muertos sólo hubo heridos.� Nelson Argaña dio otro ejemplo del �trabajo sucio� de los golpistas. �Un avión civil Cessna, al mando de un hermano de Vladimiro Woroniecki (uno de los militares arrestados), tiró bombas y granadas cerca de la residencia presidencial, que no explotaron, para hacerle creer a la fuerza aérea que había cuadros suyos a favor del golpe�, finalizó.

La ciudad fantasma

Si Argaña está en lo cierto, entonces fue verdaderamente un golpe de opereta: en lugar de buscar respaldo en unidades militares, el puñado de sublevados quiso hacer un golpe creando primero la sensación de golpe, y confiando en ella el triunfo. Para quienes no están en esas �altas esferas del gobierno�, también fue un golpe de opereta, pero por otras razones, más sospechosas. �Fue más bien gracioso: en la televisión se veía cómo uno de los que estaba en los tanques se fumaba un cigarro, luego bajaba la puerta y disparaba. Se ve que estaba muy nervioso�, resumió Juan, unos 40 años, detrás de unos gruesos bigotes. �Cuando agarraron a los que estaban en el edificio de la policía, algunos salían cagándose de risa�, le respondía su amigo Pedro, misma edad, mucho menos bigote.
Juan y Pedro se solazaban en la Plaza de los Héroes, a sólo dos cuadras del escenario del �conflicto�, donde las arpas salían de varios equipos musicales y parejas acarameladas se paraban en los innumerables puestitos callejeros que copan la céntrica calle Palma. El sol radiante quizás haya empujado a algunas personas a la calle, luego de una noche donde Asunción parecía una ciudad fantasma militarizada. El viernes por la noche había más militares y policías que civiles en la calle. Ayer, la proporción se había equilibrado.
Pero en la Plaza Constitución, la misma que pisotearon el jueves las tanquetas, el panorama era un tanto más fantasmal. Tanto el edificio donde funciona el Senado como la Casa de la Cultura, donde está la Cámara deDiputados, estaban protegidos por militares que incluso miraban al horizonte, desde lo alto, con largavistas. En ambos edificios y en el Palacio Presidencial de López (a tres cuadras de allí), la entrada estaba estrictamente prohibida. El silencio de la zona sólo era alterado por unos pocos visitantes que, luego de pasar por el monolito que recuerda a los seis muertos del �marzo paraguayo� del año pasado, se acercaban a señalar la única huella del �golpe� frustrado: el boquete dejado por un disparo de una tanqueta contra el Senado. Parece que algunos paraguayos se acostumbraron a transformar sus tragedias políticas en turismo de cabotaje. 

El futuro

El problema para el actual gobierno es que, luego del éxito que en teoría lo fortalece, ya llueven las críticas, las dudas y las sospechas en el corto y mediano plazo. La bancada liberal en la Cámara de Diputados, durante la sesión en la que finalmente se aprobó el estado de excepción por un máximo de 60 días, destacó que de ningún modo aceptarán que esta situación especial derive en una postergación de las elecciones para vicepresidente, previstas para agosto. También expresó su temor de que este �estado de excepción� se aplique en contra de las reuniones políticas; en suma, el fantasma de Stroessner, que hizo de esta medida uno de los pilares de su sistema de represión. 
Pero las críticas más de fondo vienen de los propios medios, aun de los alineados al gobierno en contra de Oviedo. Muchos analistas consideran que esta es la última oportunidad que tiene el gobierno para demostrar que puede, precisamente, gobernar, en un momento en que estaba jaqueado por las protestas sociales. Lo cual vuelve todo al punto de partida: resulta que �la opereta golpista� le sacó al gobierno, por el momento, las papas del fuego.


PERIODISTAS
preocupados

La más férrea defensa de la democracia y las instituciones no puede justificar coartar la libertad de prensa como tal. Ese era el mensaje ayer de un comunicado emitido por la asociación para el periodismo independiente PERIODISTAS sobre la orden de detención en Paraguay de Hugo Ruiz Olazar. La nota expresa al presidente paraguayo Luis González Macchi su �preocupación por las medidas que su gobierno ha tomado contra el libre ejercicio del periodismo�. Es cierto que en Paraguay hubo un intento de golpe, y en su momento PERIODISTAS �participó del rotundo repudio internacional�. No se puede negar que el gobierno, amparado en el estado de sitio, está completamente facultado para tomar las medidas que estime necesarias para mantener el orden constitucional. Pero, ante la orden de detención contra Olazar, PERIODISTAS �exhorta al gobierno paraguayo a velar para que la justa defensa del orden constitucional no se contamine con acciones destinadas a coartar la libertad de prensa, una de las bases de la democracia que con tanto esfuerzo se intenta consolidar en Paraguay�.

 

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