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Los jueces dijeron que la policía no necesita más atribuciones

Reunidos en Olivos con el Presidente, 
el ministro Gil Lavedra y el secretario De Santibáñes, 60 jueces intercambiaron opiniones sobre la lucha contra el narcotráfico.


t.gif (862 bytes) �Fue un buen gesto, así mostraron que no sólo se llevan bien con la Corte Suprema sino también con nosotros.� La frase de uno de los sesenta magistrados que concurrió al primer encuentro entre miembros del Poder Ejecutivo y del Poder Judicial que se realizó ayer en la residencia de Olivos sintetiza el clima cordial que predominó en la reunión. �Fue como un seminario en la quinta presidencial�, comentó otro. Los concurrentes coincidieron en que no hay que darle más atribuciones a la policía porque ya las tiene y no las usa bien, o simplemente porque no las necesita. También hubo acuerdo en la necesidad de modificar la política sobre narcotráfico para dejar de perseguir al que tiene o consume droga y apuntar hacia los grandes traficantes. 
Según las cifras que manejan los jueces que tienen a su cargo causas sobre drogas, en el 92 por ciento de esos procesos los detenidos fueron apresados con menos de diez gramos de estupefacientes. �Esto indica claramente que se trata de un problema asistencial al que el Estado debe dar una respuesta, y no de un tema judicial�, señaló un juez federal porteño, que considera que la estructura de ese fuero está saturada. �Por eso coincidimos en que la política judicial y criminal la tiene que fijar el Ejecutivo, aunque nos parece perfecto que se nos escuche porque somos los que, en definitiva, aplicamos la ley�, agregó ante Página/12. 
Los integrantes de las cámaras federales y criminales de Buenos Aires, de los tribunales orales porteños, de los juzgados federales de la Capital Federal, de las cámaras y tribunales federales del interior del país y de los juzgados penales económicos empezaron a llegar a media mañana a la quinta presidencial. Habían sido convocados para debatir sobre el lavado de dinero, la evasión fiscal, el contrabando, la lucha contra el narcotráfico y la reforma del Código Penal, entre otros asuntos. Sin embargo sólo trataron los últimos dos, porque �el temario era demasiado genérico�, tal como consideró uno de los concurrentes. Cuando todos estaban sentados en las mesas del salón de convenciones y empezaban a probar el café con leche y las medialunas, el presidente Fernando de la Rúa les dio la bienvenida. �El ministro Gil Lavedra me pidió prestada la casa y así los hemos convocado aquí porque sus opiniones nos importan�, arrancó el inquilino del poder. De la Rúa mencionó la necesidad de limitar la denominada �teoría del fruto del árbol envenenado� que se refiere a la nulidad de los procesos por defectos en los procedimientos. Luego tomó la palabra el jefe de la cartera de Justicia y concluyó la presentación el secretario de Lucha contra el Narcotráfico, Lorenzo Cortese, quien produjo los primeros bostezos en la audiencia. 
A continuación, dos señoritas de ceremonial fueron haciendo circular el micrófono entre los presentes y los jueces de las provincias aprovecharon para desgranar los problemas y sugerencias que habían apuntado en sus elaborados listados. �Fue una suerte de catarsis, nosotros estamos más lejos del poder y no tenemos muchas chances como ésta�, reconoció uno de ellos. Los magistrados capitalinos escucharon atentos las distintas problemáticas descriptas por sus colegas del interior. Hubo planteos de todo tipo, desde el reclamo de escritorios y máquinas de escribir hasta pedidos sobre la despenalización del consumo de drogas. 
La posibilidad de ampliar las facultades de la policía generó discusiones acaloradas. Una camarista correntina se preguntó cómo se puede ser efectivo en el combate contra el delito sin dejar de ser garantista. Aunque coincidieron en que no es necesario darle más poder a los uniformados, consideraron la posibilidad de �un interrogatorio de orientación de la pesquisa, por razones de urgencia� por parte de efectivos policiales, tal como lo informó Gil Lavedra al término de la cumbre. El funcionario indicó que los magistrados también pidieron una distribución más eficiente de los recursos. Habían pasado cuatro horas, reapareció en escena el Presidente y al rato todos degustaban de pie unos 
sanguchitos de lomo, apenas acompañados con gaseosas y vino blanco. �Es un almuerzo austero, acorde a los tiempos�, se excusó el anfitrión. 

 

�Ese no es mi criterio�
El juez federal Gustavo Literas y el ministro de Justicia olvidaron por un rato los pedidos del magistrado español Baltasar Garzón e intercambiaron unas palabras junto a Adolfo Bagnasco, Gabriel Cavallo, María Servini de Cubría, Carlos Liporaci, Jorge Ballesteros, Rodolfo Canicoba Corral y Jorge Urso. Al rato se unió a la charla Fernando de la Rúa. Según relató uno de los presentes, el Presidente hizo una velada desmentida de las versiones sobre cierta impaciencia del Ejecutivo por la lentitud de las causas referidas a la corrupción menemista. �No es mi criterio�, dicen que dijo. Mientras tanto, otros jueces paseaban distendidos por los jardines de Olivos. �Menos mal que no desmantelaron el polideportivo�, comentó un juez federal aficionado a las actividades físicas. �La verdad que esto es muy lindo, dan ganas de quedarse�, deslizó otro con aspiraciones políticas. Otros magistrados trajeron sus cámaras fotográficas y pidieron ser retratados junto al Presidente y a su ministro, Gil Lavedra. La fotógrafa de la ocasión fue la secretaria de Política Criminal y Asuntos Penitenciarios, Patricia Bullrich. 

 

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