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EN LA ZONA SUR SE INUNDARON LAS CASAS POR EL ASCENSO DE LA NAPA
Cuando el agua brota del subsuelo

En Lomas y Temperley sótanos 
y cocheras están inundados por líquidos contaminados y las bombas extractoras trabajan para que el agua no llegue a los cuartos. Encima se arroja el contenido 
de pozos ciegos a la calle, provocando focos infecciosos.

La gente convive con bombas que actúan constantemente para evitar que el agua llegue a los dormitorios.


Por Eduardo Videla

t.gif (862 bytes) Los evacuados vuelven a sus casas a medida que el agua baja. Pero en el subsuelo de un vasto territorio del sur del conurbano, el agua acecha a miles de familias. A diez cuadras de la Municipalidad de Lomas de Zamora o en barrios residenciales de Temperley, la gente convive con líquidos contaminados que se acumulan en sótanos y cocheras y, en algunos casos, duerme sobre verdaderas lagunas que se forman debajo de sus dormitorios, con piso de madera y subsuelo hueco. También conviven con bombas extractoras que trabajan permanentemente para que el agua no inunde las habitaciones en la superficie. El fenómeno, que se produce por el ascenso incontenible de la primera napa de agua, se originó hace tres años y, lejos de resolverse, se extiende como una metástasis a otros barrios del distrito. El drama no termina allí: los pozos ciegos, donde se vuelcan los residuos cloacales, se llenan de agua y los vecinos han optado por descargar los líquidos a la calle, por lo que esa zona es �un foco potencial de enfermedades hídricas�, según advirtió un funcionario de la Municipalidad de Lomas. 
�Nosotros no somos carenciados y sin embargo vivimos en medio del agua�, dice con resignación Juan Carlos Barbieri, dueño de una agencia de Lotería en Garibaldi al 1000, Lomas de Zamora. El hombre exhibe una foto en la que él mismo aparece con el agua a la cintura, en el sótano que está bajo el negocio, que se inunda desde fines de 1997. �Mi nietita, de dos años, está con enterocolitis por culpa del agua�, agrega Barbieri, mientras muestra la casa de su hija, en el fondo del lote, donde el agua comenzó a aflorar por la cerámica del piso. La familia tuvo que mudarse a la planta alta. 
Para Barbieri, el problema es viejo. Pero a tres cuadras de allí, sobre las calles Avellaneda y Soler �por mencionar sólo dos�, los vecinos debutaron este año en la categoría de inundados. �Fue antes de la sudestada. El agua empezó a brotar desde el piso de madera y cuando levantamos la tapa del sótano vimos que estaba lleno de agua�, dice Enrique Pérez, de Soler 233, que hace quince años vive en el lugar y nunca vio algo semejante. Una bomba absorbe agua desde el sótano y vierte en la calle un verdadero torrente, a través de una manguera que hizo pasar por un agujero, en la pared del frente de la casa. Sus dos pequeñas hijas duermen en el quincho, por ahora a prueba de agua.
David Pérez, de Avellaneda al 800, no tuvo tiempo de pedir presupuestos de bombas de desagote: el agua se estaba metiendo en su habitación y amenazaba la instalación eléctrica. Cada bomba, con manguera incluida, implica un gasto de 160 pesos, a lo que hay que sumar el consumo de electricidad que �según los vecinos más fogueados en el tema� duplica el habitual para una casa de familia.
A Jaime Fernández, con 64 años en el barrio, se le inutilizó el taller que tiene en General Paz al 700: el agua se instaló para siempre en el foso y, aunque lo desagote en forma permanente, se ve cómo vuelve a entrar el chorro delgado pero furioso por cada resquicio que deja el cemento. El agua no sólo inunda subsuelos: fluye por las grietas del asfalto y las veredas. 
El secretario de Planeamiento, Infraestructura, Obras y Servicios Públicos de Lomas, Carlos Ceriale, no encuentra una solución definitiva para el problema sino sólo un paliativo: la instalación de bombas depresoras, una por cada manzana afectada, instalada a 6 metros de profundidad, para decomprimir el nivel de la napa y desagotar el excedente al arroyo del Rey. Todavía no terminó la colocación de una primera tanda de 350 bombas cuando el municipio ya está pidiendo a la provincia 700 más. El problema apareció hace tres años, en el barrio Villa Independencia, cercano al Camino Negro. Pero ahora se extendió a lugares céntricos como Lomas Este y Oeste, Temperley Este y Oeste, Banfield y los barrios San José y Laprida, entre otros.
Ceriale atribuye la subida de la napa freática a tres factores: �El cierre de 110 pozos de Aguas Argentinas, que ahora trae el agua potabledesde el Río de la Plata; el régimen de lluvias cada vez mayor y el ascenso de las aguas por el fenómeno del calentamiento global�, explica el funcionario a Página/12.
El municipio está en un callejón sin salida: la única manera de paliar la situación es a través de las bombas depresoras, pero el consumo de energía y el mantenimiento le cuestan a la comuna 500 mil dólares anuales, el 5 por ciento del presupuesto municipal.
Los vecinos de la calle Garibaldi no quieren bombas, sino que Aguas Argentinas reactive algunos de los pozos que cerró, �porque el agua que traen del Río de la Plata nos está ahogando�, dice Barbieri, el de la agencia de Lotería.
Pero un vocero de Aguas Argentinas dijo que la empresa es ajena al fenómeno, y fundamentó esa afirmación en �informes técnicos de Hidráulica de la provincia� y de la anterior gestión del municipio. �El agua que extraía Obras Sanitarias era del acuífero Puelche, la tercera napa, a 70 metros de profundidad, que no tiene nada que ver con la napa freática�, argumentó la fuente. Y agregó que el cierre de las bombas estaba previsto en el contrato de concesión. Para la empresa el problema se debe a las fuertes lluvias.
Desde su despacho, el ingeniero Ceriale replicó que la saturación del Puelche por la falta de bombeo hace subir el agua por capilaridad hasta la napa freática, que es la que se está metiendo en las viviendas. Esa napa está contaminada por los pozos cloacales, por lo que cada casa inundada se está convirtiendo en un foco de infección.
Alarmado, el funcionario advirtió que la situación se agrava porque los vecinos han optado por prescindir del servicio de los camiones atmosféricos �que cobran alrededor de 50 pesos por cada descarga de pozo ciego� y optan por volcar los líquidos cloacales a la calle. �En seis hora los tenemos llenos de vuelta. Ya nos cansamos�, se justifican los vecinos. 
�Los líquidos cloacales sobrenadando en las calles constituyen un riesgo potencial de enfermedades como el cólera, diarreas y tifus�, alertó Ceriale. De acuerdo con su diagnóstico, más que subir las aguas, da la sensación de que Lomas de Zamora se está hundiendo de a poco. 

 

 

Un pedido a Ruckauf

El municipio de Lomas de Zamora aprovechó la declaración de la �emergencia hídrica� en la provincia de Buenos Aires para pedirle al gobernador Carlos Ruckauf equipos viales para la limpieza y desobstrucción de los arroyos del Rey, Unamuno, Santa Catalina y Las Perdices, cuyo desborde provocó inundaciones en un amplio sector del partido. También pidió una segunda partida de 700 bombas para extraer líquidos de la napa freática, en continuo crecimiento en distintas zonas del distrito.
El pedido fue entregado en mano por el intendente Edgardo Didío, el sábado último, cuando Ruckauf visitó a los evacuados en la Universidad de Lomas de Zamora, junto al presidente Fernando de la Rúa. Entre las obras más urgentes que reclama el municipio se encuentra el postergado saneamiento de la cuenca Matanza-Riachuelo, requisito esencial para terminar con las inundaciones en toda esa zona.
Por último, reclamaron en forma urgente la ampliación de las obras de cloacas y agua corriente, servicios ausentes apenas a quince cuadras de la municipalidad. Este pedido se hará extensivo a Aguas Argentinas. 

 

 

EN LAFERRERE APARECIO UN HOMBRE AHOGADO
Malas noticias con la bajante 

En Gregorio de Laferrere las aguas del río Matanza bajaron, pero trajeron malas noticias: un hombre de unos 60 años apareció muerto en una humilde casa de esa localidad. Se trata de Luis Méndez, un vendedor ambulante, víctima de las inundaciones que avanzaron sobre la provincia de Buenos Aires la semana pasada. Según fuentes policiales, lo habría sorprendido el desborde del río mientras se encontraba durmiendo. Con la muerte de Méndez llega a seis la lista de fallecidos a raíz de la sudestada.
A cien metros del río Matanza, una vivienda precaria ubicada en la esquina de Resero y El Tafí, en un barrio humilde de Gregorio de Laferrere, olía mal. Así lo indicaron los vecinos a la policía en la tarde de ayer, antes que la sobrina de Luis Méndez encontrara el cadáver. Cuando llegó la policía se pudo establecer que en la casa no había signos de violencia y que Méndez habría muerto hace unos cinco días, fecha que coincide con el desborde del río Matanza, que se salió de su cauce provocando inundaciones en los barrios costeros de Laferrere, Virrey del Pino y Villa Dorrego. 
De acuerdo con los datos suministrados por Defensa Civil, la cantidad de evacuados se redujo a la mitad. Unas 3300 personas continúan siendo asistidas en los distintos centros de evacuación del conurbano de las 6000 que había para el lunes. Se trata, en especial, de habitantes que viven en los distritos de Lomas de Zamora, con 200 evacuados; Esteban Echeverría, con 1251; La Matanza, con 1109; San Miguel, con 609; y San Pedro, con 350. Mientras que en la Municipalidad de Echeverría se anuncia que gran cantidad de familias pudo volver a sus casas en la localidad de 9 de Abril, con la muerte de Luis Méndez ya suman 6 las víctimas fatales que produjo el temporal: 3 en el conurbano, 1 en la localidad bonaerense de San Pedro y otras 2 en Rosario, donde 2 niños fallecieron cuando se derrumbó parte de un centro para evacuados en el que se encontraban refugiados.

 

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