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DOS POLICIAS PEDIAN PLATA PARA DEVOLVER UN AUTO
La costumbre de extorsionar

Primero le robaron el auto. Y después lo citaron para entregárselo, pero a cambio de 3 mil pesos. La víctima, un paraguayo, hizo la denuncia. Los extorsionadores eran dos policías federales que ayer fueron apresados.

En las últimas semanas fueron denunciados varios casos de policías involucrados en extorsiones.


t.gif (862 bytes) Un ciudadano paraguayo, de visita en el país, fue víctima de un robo y de un intento de extorsión, delitos cometidos en dos etapas y que tuvieron como responsables a dos suboficiales en actividad de la Policía Federal que fueron detenidos cuando le exigían a la víctima el pago de 3000 pesos en efectivo para devolverle el coche que ellos mismos le habían sustraído el día anterior. La maniobra comenzó a producirse en la tarde del lunes, cuando tres personas �uno de los autores seguía prófugo� interceptaron en la zona sur del conurbano el paso de un automóvil en el que iba Miguel Paredes Flecha, paraguayo oriundo de Ciudad del Este, quien fue despojado el vehículo y de su teléfono celular. Con posterioridad, los asaltantes tomaron contacto con la víctima y lo citaron en una esquina de la Capital Federal, presuntamente para devolverle el auto, pero una vez allí trataron de extorsionarlo, hasta que finalmente los dos policías fueron detenidos por sus propios colegas de la Federal. 
El suceso comenzó en la esquina de Bragado y Concordia, en Florencio Varela, en jurisdicción de la División Departamental de Investigaciones (DDI) de Quilmes. Flecha, que iba en un automóvil Toyota Carola chapa del Paraguay J73258, fue interceptado por tres hombres de civil que se movilizaban en un Fiat Regata. Dos de los asaltantes bajaron del auto y apuntaron al ciudadano extranjero con armas de puño. Le arrebataron el auto y un celular. En ese momento le sugirieron que los llamara al teléfono que le estaban robando, porque su intención era la de restituirle el rodado en �un par de horas�. 
El contacto telefónico se produjo y Flecha fue citado, en primera instancia, en una esquina de la localidad bonaerense de Bosques, en Florencio Varela. De todos modos, le anticiparon que si quería recuperar el Toyota iba a tener que pagar un rescate de 3000 pesos. La primera cita era a las 15 de ayer, pero con posterioridad hubo un cambio de planes y lo convocaron a una reunión similar, pero en Rivadavia y Río de Janeiro, en el barrio porteño de Caballito. 
Flecha había hecho la denuncia ante la DDI de Quilmes, que al cambiarse el escenario de la transacción ofrecida por los ladrones tuvo que pedir la intervención de la Policía Federal, a través de una orden emitida por el fiscal de Quilmes Marcelo Javier Goldberg. A las 16 de ayer, la esquina de Rivadavia y Río de Janeiro fue rodeada por personal de civil de la seccional décima, con sede en Muñiz 1250. 
Hombres de palabra, dos de los extorsionadores se hicieron presentes en el lugar convenido con Flecha, pero en vez de los 3000 pesos, recibieron dos pares de esposas. Conducidos a la comisaría décima, se comprobó que se trataba de dos oficiales en actividad de la comisaría 11ª, que funciona en Díaz Vélez 4633. Junto con la detención de los inculpados se produjo la recuperación del vehículo que había sido robado por los mismos policías, según el reconocimiento que hizo Flecha. 
La Federal viene de mal en peor en materia de extorsiones. En abril, otros cinco agentes fueron detenidos por exigirle 2000 pesos a un comerciante de Barracas, identificado sólo por su nombre, Desiderio, por razones de seguridad. Le pidieron el dinero para no armarle una causa judicial. En ese caso, el juez de instrucción Carlos Bourel le dictó la prisión preventiva al subcomisario Edgardo Cejas y a otros cuatro efectivos de la comisaría 30ª. Los cinco están acusados por los delitos de privación ilegal de la libertad de Desiderio y por tentativa de extorsión. Están presos en Caseros y podrían ser condenados a una pena de hasta 11 años de prisión.

 


 

DECLARARON EL JUEZ DE RUFINO Y SU HIJO FRANCO
Las sospechas apuntan a la familia

En el crimen de Rufino todo apunta al entorno íntimo de la adolescente muerta. Ayer prestaron declaración el juez, Carlos Fraticelli, padre de la víctima, y Franco, su hijo adoptivo de 17 años. Los investigadores dejaron saber que las hipótesis sobre el asesinato de Natalia se centran en los hombres de esa familia y señalaron en particular a Franco. Versiones extraoficiales mencionaron una pelea familiar como posible desencadenante del drama.
El magistrado prestó testimonio en la clínica Santa Fe, donde fue internado la noche del domingo por una �intoxicación medicamentosa�, ya que tomó una gran cantidad de antidepresivos, al parecer en un intento suicida. Fraticelli pidió declarar en la mañana, por lo que el médico que lo asistía, Daniel Bruchman, y un forense lo examinaron para ver si se encontraba en condiciones y dieron su aval. Entonces, el instructor de la causa, comisario mayor Ricardo Milicic, se trasladó a la clínica. Al cierre de esta edición el juez seguía declarando.
No fue el único testimonio extenso: Franco se presentó junto a la defensora oficial de Menores de Rufino, Ana María Mugica, en la Seccional 3ª y declaró desde las 13.45 hasta las 19.15. El adolescente no estaba presente en la casa la noche en que fue asesinada Natalia, ya que había ido a dormir a lo de una abuela. Pero fuentes vinculadas con la investigación mencionaron una pelea que estaría en la base del crimen. Si bien se habló de la eventual participación de otro hombre, un novio de Natalia, la figura de Franco era la que concentraba ayer la atención de los investigadores.
Allegados a la pesquisa explicaron que en la escena del crimen no se hallaron evidencias de una irrupción violenta y que Natalia podría haberle facilitado el ingreso al homicida durante la madrugada. 
La policía, a cargo de la instrucción del sumario, trabaja en este caso bajo las órdenes de Pautasso, un juez en lo Civil y Comercial de Rufino que está actuando como suplente en el ámbito penal ante la inexistencia de otro magistrado de ese fuero en Rufino. Pero Pautasso podría excusarse en los próximos días, por ser íntimo amigo de Fraticelli. Si los conjueces de Rufino adoptasen la misma actitud que Pautasso, la investigación sobre la muerte de Natalia será derivada al juez de Instrucción de Melincué, Carlos Risso.

 

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