El articulista paraguayo Juan Díaz Bordenabe cuenta que, desde Madison, donde estudia Comunicación en la Universidad de Wisconsin, su amigo mozambiqueño Felisberto Nhabomba le envía un relato fundado en un experimento. Según dicho relato, un científico colocó 5 monos en una jaula, en el medio de ella una escalera, y encima un cacho de bananas. Cada vez que un mono subía para apoderarse de algunas bananas, el científico dejaba caer un chorro de agua helada sobre los monos que habían permanecido en el piso. Después de varios ensayos, cuando un mono se acercaba a la escalera, los demás se le echaban encima y lo molían a golpes. Pasado algún tiempo, ningún mono rondaba la escalera, a pesar de la atracción de las bananas. El científico decidió continuar con su experimento.
Dice el periódico que justo cuando Eduardo Eurnekian declaró públicamente la guerra contra el fondo Exxel, que dirige Juan Navarro, y que junto con el propio (Aeropuertos 2000) pugnan por una tajada mayor de los negocios aeroportuarios, el grupo Eurnekian encontró un nuevo dueño para el free shop, que ahora está en manos del Exxel: los suizos Weitnauer. El consorcio Aeropuertos también pelea en otro frente contra su socia italiana SEA, dueña del 28% del grupo y de los derechos por el 8% de las acciones de Simest, una financiera estatal. En la radio, Joaquín Sabina canta con su voz de desvelado “Eclipse de mar”: “Pero nada decía el diario de hoy / de esta sucia pasión, de este lunes marrón”.
El científico cuyo experimento relata Díaz Bordenabe decidió sustituir a uno de los monos por uno nuevo. La primera cosa que hizo el recién llegado fue intentar subir por la escalera. Los cuatro veteranos lo agarraron y le dieron tal paliza que el novato resolvió no probar más. Uno de los cuatro remanentes fue a su vez sustituido por un nuevo mono, que se abalanzó sobre la escalera y recibió parecida tunda; el primer sustituto fue quien con mayor entusiasmo participó del castigo. Un tercer mono fue sustituido y volvió a ocurrir lo mismo. El cuarto y último del primer grupo de veteranos fue reemplazado.
Dijo la radio que lo primero en que pensó Nicolás Repetto cuando se enteró de que ganaba el Martín Fierro de Oro por segunda vez en 9 años fue en devolverlo; que así comenzaba el contrasentido de una entrega de premios llena de polémicas y de caras largas, en la que el principal halagado se convertía, por una red de sospechas y de filtraciones, en injusta víctima; que Adrián Suar fue considerado el gran campeón moral de la noche; que si Repetto no hubiera aceptado el lauro habría desairado a Aptra, pero que aceptarlo lo colocaba en mitad de un mar lleno de sospechas y de sospechosos; que nadie conoce a ciencia cierta por qué Repetto triunfó sobre Suar y “Telenoche”, que eran los “oros” más probables según los índices de evaluación más rigurosos en las secciones periodísticas más respetadas del medio. Sabina, con su voz licenciosa, canta “que han pagado un fangote de tela / por una acuarela falsa de Dalí, / que ha subido la bolsa del cielo / que siguen las putas en huelga de celo en Moscú”.
Luego del reemplazo del último de los veteranos, el científico tenía un grupo de cinco monos que nunca habían padecido una ducha fría pero que, curiosamente, continuaban pegándole a aquel colega que intentase agarrar bananas. Llegado a este punto, decidió reflexionar acerca de algunos de los caminos recorridos por el “Homo sapiens”, a partir de la separación de la ruta que los vinculaba con sus primos hermanos, los monos.
También dijo el periódico que en noviembre último, en la final del Intercountries de la Zona Norte, entre los equipos mayores de Campo Chico Verde y de Indio Cuá, las dos hinchadas se amorataron a puñetazos ante la mirada espantada de los socios del Aránzazu Country Club, en Garín, partido de Escobar. Que los basquetbolistas Montenegro y Festa desataronun revuelo de proporciones, cuando el primero actuaba para Independiente de General Pico y el segundo para Boca, durante las semifinales de la Liga Nacional ‘97-’98. Que todavía se recuerda el duelo a patadas voladoras entre los jugadores de vóleibol de Boca y de Peñarol de Mar del Plata, en las finales de la Liga Argentina ‘96-’97. Que, de espaldas a la cámara de televisión, uno de los participantes en los incidentes protagonizados en la cancha de Excursionistas, en ocasión del partido del local contra Comunicaciones explicó así su intervención en la refriega: “Desde la tribuna, yo vi que adentro de la cancha había piñas, y entonces me mandé y empecé a repartir. Sabina, dice “que ha perdido en su campo el Atletic / y que ha amanecido nevando en París. / Que han hallado un alijo de coca / que a Piscis y Acuario les toca el vinagre y la hiel”.
El científico de los monos llegó a la conclusión de que si éstos hablaran, y fuese posible preguntarles por qué razón se mataban a golpes cada vez que uno de ellos se acercaba a una escalera por sobre cuya cúspide esplendía un manojo de su alimento predilecto, probablemente la respuesta sería: “Es que las cosas siempre han sido así por aquí”.
Con su voz de intemperie, Sabina pronostica “que el hombre de hoy / es el padre del mono del año 2000”.

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