Por Roque Casciero
 A Vernon Reid se lo conoce por haber sido el fundador y guitarrista de Living Colour, un cuarteto de rock duro formado en 1984, que resonó en todo el mundo, sacó cuatro discos, vendió más de cuatro millones de copias e incluso se presentó en la Argentina, en un inolvidable show en Obras en 1993. Semejante éxito opaca el resto de su currículum, pero lo cierto es que la historia de Reid (que toca mañana, el sábado y el domingo en La Trastienda) lo muestra como un versátil músico experimental, productor y activista de la Black Rock Coalition, una agrupación dedicada a promover las actividades de los rockeros negros.
Reid nació en Londres, pero cuando era muy chico su familia se trasladó a Brooklyn, Nueva York. A los 15 años empezó a estudiar guitarra y pronto sus progresos fueron notables. A principios de los años 80 su nombre se hizo conocido en el ambiente del jazz y la experimentación. Publicó un álbum con Bill Frisell y participó en algunos de Defunkt, Jeff Beck, Tracy Chapman y Jack De Johnette. Después de la separación de Living Colour, en 1995, Reid sacó su único álbum solista hasta la fecha, Mistaken identity. De su labor posterior se conoce poco y Reid lo admite, en entrevista telefónica con Página/12: �Quería descubrir qué tenía para decir. Pero estuve grabando constantemente. Hay dos discos listos que todavía no publiqué�.
�¿Cuándo va a editarlos?
�Seguramente pronto. Y quiero poner mi música a disposición de la gente a través de Internet. Estoy intentando descubrir bien cómo hacerlo. Además, durante este tiempo me dediqué a producir discos de artistas muy diferentes, lo que fue casi una aventura. Produje el primer disco de Resorte, una banda mexicana, y uno de Salif Keita (un cantante de Mali) que fue nominado para el Grammy.
�Y si ya tenía dos discos suyos listos, ¿por qué no los editó antes?
�Porque la cosa se puso un poco rara con mi sello grabador. Cuando estás en una compañía grande (Sony), toma mucho tiempo hacer cada cosa. Ahora está todo bien, pero durante un tiempo estuvo complicado. Además, hubo muchos cambios en mi vida. Volví a casarme, por ejemplo. Casarse no es tan malo como matar a alguien, ¿no?
�¿Qué tocará aquí?
�Probablemente serán cosas de Mistaken Identity, básicamente instrumentales. Tal vez hagamos algunas cosas nuevas, pero dudo de que toquemos temas de Living Colour, porque no voy a llevar un cantante. La nueva banda está formada por DJ Logic en bandejas, Hank Schroy en bajo, Marlon Browden en batería y Leon Gruenbaum en teclados.
�¿Qué recuerdos tiene de su visita anterior a Buenos Aires?
�Creo que Buenos Aires es una ciudad muy interesante, la arquitectura me recordó a Viena o París. Encontré mucha gente interesante allí y hasta descubrí un restaurante vegetariano. Eso fue algo muy importante, porque soy vegetariano y Buenos Aires es famosa por sus bifes.
�Uno de sus héroes con la guitarra es Carlos Santana, quien produjo el retorno más impactante de los últimos años.
�Eso fue fantástico, grandioso. Nadie suponía que él pudiera volver en semejante forma. Y es una lección para todos: si tenés un sueño, tenés que seguirlo hasta las últimas consecuencias. La mayor parte de la gente se hubiera dado por vencida.
�¿Y cuál es su sueño?
�No sé. Probablemente sea estar del lado positivo de las cosas, aunque ni siquiera sé bien qué significa eso. No sé... Sólo quiero tocar una nota decente (se ríe). Mis sueños no son supergrandes. Quiero poder vivir haciendo música, pero ya estuve en una banda grande y vi cosas que me molestaron. Si tengo la posibilidad de volver a hacer algo tan grande, quisiera hacerlo de otro modo. Y si no es algo supergrande, estoy bien igual. Lo que quiero es sentir que estoy yendo hacia alguna parte, aunque nadie lo entienda. Living Colour fue algo así, fue un milagro. También es un milagro que esté hablando con usted y que sepa quién soy. Cuando empecé no conocía a nadie, era un tipo que tocaba la guitarra en Brooklyn y quería hacer algo. Tuve muchos golpes y lloré mucho, pero siempre volví a levantarme. Y me siento muy afortunado por eso. Hace dos meses llamé espontáneamente a Santana al número que él me dio cuando lo conocí y él mismo levantó el teléfono. Lo llamé porque estaba leyendo una entrevista en la que él decía que su historieta favorita era �El Hombre Araña�. Y El Hombre Araña también era mi héroe, por encima de Superman o Batman. Por eso lo llamé, para dejarle un mensaje, pero él levantó el teléfono y hablamos una hora. Por eso, cuando la gente dice que yo tenía una gran banda y ahora no se sabe nada de mí, no me importa en absoluto. Todo eso es pura mierda. Lo que es real es vivir cada día sin cometer demasiados errores, sobre todo de aquellos por los que otros tienen que pagar. Nada demasiado espectacular...
|
