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 DOCUMENTO DEL BANCO MUNDIAL APROBADO ESTA SEMANA
Washington ya tiene un plan B, por las dudas

El Banco Mundial, en un documento oficial aprobado en Washington, analiza como �posibles�, �no probables�, tres �escenarios de riesgo� para Argentina. El más suave supone una crisis similar a la del Tequila o la última recesión. Los otros implican crisis más profundas y hasta el abandono de la convertibilidad. Propone, por si llega el momento tan temido, un plan contingente. 

Myrna Alexander, estricta representante del Banco en Argentina, flanqueada por Alvarez y Fernández Meijide.

Por Maximiliano Montenegro

Por primera vez, una institución del peso del Banco Mundial, en documento oficial aprobado esta semana en Washington por todo su directorio, analiza como �posibles�, aunque aclara que no necesariamente �probables�, tres �escenarios de riesgo� para la economía argentina, uno de los cuales, provocado por �un shock externo muy severo�, resultaría �en el abandono de la convertibilidad bajo condiciones de crisis�. El informe secreto, al que accedió Página/12, también propone cursos de acción específicos ante dicho escenario �que �podría crear una ola de quiebras y fuga de capitales�� y revela cuál sería la respuesta del organismo: �Bajo estas circunstancias, sería necesario focalizarse en la protección social, la reestructuración de la economía y del sector financiero. Dada la magnitud de la asistencia (financiera) que se requeriría, sería importante que ésta fuera compartida entre las instituciones internacionales de crédito�, afirma. El documento plantea la estrategia del Banco para la Argentina durante los cuatro años del gobierno de De la Rúa, y en él figuran las condiciones del organismo para desembolsar durante el período los 3000 millones de dólares de préstamos aprobados para el país.
El documento se titula �Memorando del presidente del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (nombre técnico del BM) a los directores ejecutivos sobre la estrategia de asistencia a país del Grupo Banco Mundial para la República Argentina�. Al tope de la portada aclara: �Sólo para uso oficial�. Y al pie vuelve a advertir: �Este documento tiene una circulación restringida y puede ser utilizado por los receptores sólo en el desempeño de sus tareas oficiales� (ver facsímil). 
El memorando, en el apartado de �perspectivas de mediano plazo�, dice que �con condiciones externas relativamente benignas y un adecuado progreso en las reformas pendientes, Argentina puede volver a una tasa promedio de crecimiento del 4,5 por ciento, con baja inflación, una reducción gradual de déficit fiscal y una mejora gradual en la cuenta corriente del balance de pagos externos�. Incluso se fijan metas socioeconómicas relativamente optimistas para la administración De la Rúa (ver aparte). Para este año, pronostica un crecimiento del 3 por ciento, inferior al 3,5 por ciento calculado por el Gobierno, pero superior al que ya estiman los principales bancos de inversión, que hablan de apenas un 2 por ciento.
Sin embargo, desde el principio hasta el final, el documento de 45 páginas hace permanentes referencias a que el alto nivel de la deuda pública, 51 por ciento del PBI, y la gran dependencia de los capitales externos �deja a Argentina vulnerable ante los shocks externos y el cambio en las percepciones del mercado acerca del riesgo país�. 
A pocos párrafos de la firma del presidente del Banco, el australiano James Wolfensohn, el documento contiene un capítulo de cierre titulado �Riesgos�, donde abre el paraguas en caso de que el escenario básico previsto para el país durante los próximos cuatro años no se cumpla y, por lo tanto, haya que modificar toda la estrategia desplegada en el informe. 
Describe tres escenarios: el más suave, supone una crisis similar a la ocurrida durante el Tequila o con la última recesión; los otros dos implicarían crisis sociales y políticas más profundas y hasta el abandono de la convertibilidad.
Allí se asegura: �Como se detalló en la sección sobre Consolidación de las Reformas Macroeconómicas, Argentina permanece vulnerable, con un deterioro de los indicadores de deuda y una posición fiscal débil, como salió a la luz en la última recesión�. En tanto, afirma: �Esta vulnerabilidad genera un número de posibles �aunque no probables� escenarios de riesgo, incluyendo:
Un shock externo podría restringir la capacidad de Argentina para acceder a los mercados financieros, un escenario enfrentado en 1995, y en 1998/99. Como en el pasado, bajo esa situación, Argentina necesitaría buscar apoyo financiero en las instituciones internacionales de créditopara que colaboren en restaurar la confianza. En el futuro, la línea de crédito contingente del FMI (un instrumento nuevo que el Fondo todavía no puso en uso) se espera que juegue un gran rol para responder a estos shocks, explica. Y agrega que �también sería necesaria asistencia para ayudar a mitigar el costo social del ajuste y para abordar el tema clave de reducir la vulnerabilidad y recomponer la confianza, aprovechando, como en el pasado, el incremento del apoyo político a las reformas�.
�Un shock externo muy severo, resultando en el abandono de la convertibilidad bajo condiciones de crisis, podría crear una ola de quiebras y fuga de capitales. Bajo estas circunstancias, sería necesario focalizarse en la protección social, la reestructuración de la economía y del sector financiero. Dada la magnitud de la asistencia (financiera) que se requeriría, sería importante que ésta fuera compartida entre las instituciones internacionales de crédito�, señala.
�Un riesgo de largo plazo de que la situación competitiva de Argentina se erosione, llevando al estancamiento y a un alto costo social. Este es sobre todo un riesgo de política interna en el cual quedaría reflejado el fracaso de continuar implementando la agenda de reformas pendientes. Ante este escenario serían necesarias acciones similares a las descriptas bajo el escenario de un shock externo severo�.
Como se ve, el Banco Mundial parece utilizar los fantasmas de la crisis para insistir sobre la necesidad de la �reformas� que Carlos Menem dejó �pendientes: más flexibilización laboral, desregulación de obras sociales, reformas del sistema educativo y de salud, ajuste en las administraciones provinciales, etc. Pero el solo hecho de incluir como �posible� en un documento oficial un escenario de abandono forzado de la convertibilidad es una jugada, por lo menos, temeraria, dada la sensibilidad de los mercados financieros a las opiniones que se vierten desde Washington sobre Argentina. Por eso, es difícil entender la movida como un mero acto de presión sino que, verdaderamente, demuestra la preocupación que existe en el Banco sobre fragilidad de la convertibilidad, como lo evidencia la cantidad de veces que el documento aborda el tema de la �vulnerabilidad� del plan ante una crisis externa� (ver aparte).
Sea como fuere, el documento concluye con una frase conciliadora que compensa tanto resguardo sobre la suerte del plan: �Pese a estos riesgos, Argentina ha mostrado ser un país con una fuerte voluntad de encarar profundas reformas y sobrevivir a dos graves shocks externos. Cada vez, la economía se recuperó. Así que los antecedentes son buenos. El Banco continuará apoyando los esfuerzos para ayudar a Argentina a fortalecer el marco político para reducir estos riesgos�, sostiene, a manera de declaración final.

 

 

La idea fija

El documento del Banco Mundial está plagado de referencias a la �vulnerabilidad externa� de la economía argentina: 
�Pese a los esfuerzos para bajar la deuda externa y los servicios de la deuda, el monto de la deuda argentina y la dependencia del flujo de capitales externos para el financiamiento de la inversión dejan a la economía expuesta.�
�Esta vulnerabilidad a los shocks externos no sólo disrumpe el crecimiento sino que puede infligir considerables costos sociales en aquellos grupos menos capaces de protegerse por sí solos, como quedó evidenciado durante las recesiones que Argentina experimentó en los noventa.� 
�Argentina necesita reducir su vulnerabilidad a los shocks, principalmente bajando la percepción de riesgo país, lo cual significa disminuir la acumulación de deuda pública tanto nacional como provincial y expandir las exportaciones... Un elemento clave del actual programa fiscal es tener un fondo de crisis". 
�Dado que la vulnerabilidad de Argentina a los shocks externos continúa, también hemos planeado estar listos para proveer de asistencia especial al país.� 
Hay un capítulo especialmente dedicado a �shocks externos�. 
�La estabilidad de Argentina depende de la confianza externa y doméstica en la caja de conversión. Pese a los shocks pasados, este plan se mantiene sólido y goza del total apoyo de la nueva administración y de la sociedad�, explica. Y agrega: �Dado el alto grado de dolarización, el abandono del plan bajo condiciones de crisis llevaría a la quiebra generalizada de los deudores�.
�Tomar a la convertibilidad como un ancla de la economía implica un ajuste automático a los shocks, lo cual puede resultar en una desmonetización, causando una profunda recesión. La capacidad política para tolerar cualquier contracción económica está relacionada con la capacidad de absorber el costo social. Los gastos en planes de protección social, entonces, se convierten en un complemento necesario de la convertibilidad�. 

Reglas made in Washington

�Esta estrategia reconoce que la transformación de Argentina no fue todavía completada y llevará más tiempo y esfuerzo avanzar en un complejo conjunto de temas económicos, institucionales y sociales. Algunos de estos temas son parte de la agenda pendiente de los noventa y otros son parte de adaptarse al proceso de globalización de la economía�, afirma el documento confidencial del Banco. �Pero continuar prestando a Argentina está sólo justificado porque el país está totalmente comprometido con avanzar en estas cuestiones�, agrega. Y plantea las condiciones que de no cumplirse actuarían como �gatillo� para detener el desembolso de los 3000 millones de dólares prometidos al país en el período:
�Desvío significativo de la ley de responsabilidad fiscal y en el manejo de la deuda externa (no debe sobrepasar el 55 por ciento del PBI) bajo condiciones de normal acceso a los mercados de capitales.�
�Fracaso en seguir progresando en la flexibilización laboral, en un nuevo régimen de coparticipación (de impuestos con las provincias), en el fortalecimiento de la red de protección social (especialmente, los programas alimentarios) y en la gestión de gobierno (transparencia y independencia judicial). 
�En el caso de que se detecten problemas en más del 30 por ciento de la cartera de créditos del Banco� con el país.
Como siempre, el Banco también opina sobre las áreas que considera críticas en el país: 
Corrupción: �Argentina todavía califica por debajo de Chile y Uruguay en términos de transparencia, control y corrupción en el sector público. La debilidad institucional es aún mayor a nivel de los gobiernos provinciales y locales y existe en áreas clave como la administración tributaria y el Poder Judicial�. Luego explica que �para enfrentar la preocupación por la corrupción en el Estado, que plagó a la administración anterior, el Gobierno proyecta modernizar el sector público y dotarlo de mayor transparencia�. 
Educación-universidades: destaca que el mayor problema de Argentina es el alto nivel deserción de la escuela secundaria y dice que �el progreso logrado con la reformas educativa (impulsada por el propio Banco) es frágil y Argentina necesita profundizar la transformación en el sector educativo�. Sobre las universidad afirma: �En la educación superior, la ineficiencia en las universidades públicas consolida una estructura regresiva del gasto público�.
Poder Judicial: �... es percibido como politizado y probadamente ineficiente... La ineficiencia judicial, así como también el bajo compromiso con la ley y la marginación económica, contribuyen al aumento de la violencia, el crimen y la percepción de inseguridad ciudadana�.
Salud: alienta la desregulación del sistema de obras sociales que está llevando a cabo el Gobierno y la competencia abierta con las empresas de medicina prepaga. 

 

Hay 8 millones de pobres sin ninguna ayuda oficial

Por M. M.

El informe confidencial del Banco Mundial, que revela en exclusiva Página/12, tiene un capítulo (titulado �Administrando el riesgo social�) especialmente dedicado a la estrategia que debiera seguir el país en materia de políticas sociales. Dice que en Argentina existen casi 8 millones de personas carenciadas sin ningún tipo de cobertura social e identifica a los grupos más vulnerables que no reciben ninguna asistencia oficial: desde niños hasta ancianos. Afirma que, �por nivel de ingreso per cápita, Argentina es uno de los países más desarrollados de Latinoamérica, pero que presenta serios retrasos en infraestructura social�. Y señala que �se compara desfavorablemente con vecinos como Chile y Uruguay en términos de pobreza y equidad en la distribución del ingreso�. 
Según el documento oficial del Banco, �la red de protección social del país es limitada� y alcanza �sólo a alrededor del 25 por ciento de las familias pobres�. Reconoce que tanto la pobreza como la desigualdad en el reparto del ingreso, dos fenómenos asociados, han empeorado en la última década. 
�Argentina enfrenta un complejo set de problemas sociales que no son fáciles de resolver en el corto plazo. Con un crecimiento modesto, del 3,3 por ciento anual por los próximos 10 años, las tasas de pobreza bajarían del 29 por ciento actual al 20-22 por ciento�, es decir, un nivel similar al que había alcanzado entre 1993 y 1994, explica. �Una crecimiento mayor, cercano al 5 por ciento mensual, podría reducir las tasas de pobreza al 17 por ciento�, agrega. Pero aclara que �esto depende también de cómo evolucione la distribución del ingreso, ya que si la desigualdad continúa aumentando habría que agregarle varios puntos porcentuales más� a la tasa final de pobreza. En resumen, Argentina tendrá que convivir con altos niveles de desigualdad y pobreza por muchos años más. 
Para el Banco, �Argentina tiene uno de los niveles de gasto social per cápita más altos de Latinoamérica, incluso superior al de países como Chile, Costa Rica o Uruguay�. Pero dice que, aún así, existen graves problemas de �cobertura�: �El 75 por ciento de los pobres no reciben ninguna asistencia oficial y más de la mitad no cuentan con ayuda oficial ni privada�, señala. Y destaca que la extensión de los planes alimentarios para niños y ancianos �son una de las áreas más importantes� a cubrir. �Sólo el 44 por ciento de los niños pobres menores de 2 años es asistido por programas nutricionales�, ejemplifica. El segundo problema, argumenta, es que �el gasto social es procíclico�, lo que significa que es ajustado por el Gobierno cuando la recesión contrae la recaudación tributaria. �Los programas sociales focalizados en los pobres deberían ser parte de una red social de protección que se expanda durante la crisis�, sostiene el documento, en una velada advertencia a la tijera del ministro José Luis Machinea.
El otro elemento impresionante de la información que maneja el Banco Mundial es el mapa de �grupos vulnerables�, que no cuentan con ninguna asistencia oficial, que se identificó para Argentina. Es el siguiente:
Chicos de 0 a 5 años: Hay 400.000 niños indigentes (ni siquiera reciben una dieta alimentaria mínima en calorías) que no están cubiertos por ningún plan alimentario y 1 millón de niños pobres que están fuera de los programas sociales y educativos del Gobierno.
Jóvenes de 15 a 24 años: Hay 100 mil jóvenes indigentes y 400 mil pobres que no reciben asistencia pública y quedaron fuera de la escuela.
Adultos de 25 a 64 años: Hay 800 mil indigentes y 3.750.000 pobres que no cuentan con ayuda oficial.
Más de 65 años: hay unos 250 mil ancianos sin pensiones ni seguridad social alguna.
Población en general: 1,7 millón de indigentes y 6 millones de pobres no cuentan con ningún tipo de seguro de salud y tampoco reciben otro tipo de cobertura específica desde el Estado. 

 

 

Metas para De la Rúa 

�El período cubierto por este CAS (siglas en inglés para Country Assistance Strategy), 2001-2004, coincide con el ciclo electoral de Argentina�, explica el documento. Y fija las metas que el Banco Mundial cree que deberían alcanzarse en ese período, si se cumplieran con los programas y condiciones monitoreados desde Washington: la economía creciendo alrededor del 4,5 por ciento anual y la posibilidad de que las calificadoras de riesgo evaluaran a la deuda argentina con el llamado �grado de inversión�, que permitiría que los fondos de pensión internacionales le prestaran al gobierno argentino. Por su parte, el desempleo se ubicaría en un dígito; la tasa de pobreza se mantendría alta, pero caería al 22 por ciento, disminuirá la deserción escolar secundaria y la mortalidad infantil descendería, pero estaría aún muy por arriba de países como Cuba, donde es de sólo el 7 por mil. 

 

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