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INAUGURARON LA CASA DE LA MEMORIA Y LA VIDA EN LA MANSION SERE
La mansión de la memoria

Es el primer centro de memoria y homenaje a los desaparecidos construido en el lugar donde funcionó un centro clandestino de detención. Ayer abrió sus puertas con una exhibición.

Oscar Arquez frente a la Casa donde estuvo secuestrado en 1976.

La torre es la única parte original de la mansión que sobrevivió.


t.gif (862 bytes) Sara Steinberg tiene 76 años y los ojos azules casi escondidos atrás de los lentes. Está parada en la puerta de la casona blanca que el ex intendente de Morón Juan Carlos Rousselot hizo construir en los terrenos de lo que fue un centro clandestino de detención de la Fuerza Aérea. Ese edificio cuadrado, que para los vecinos se parece a la quinta de Olivos, ayer se convirtió formalmente en la �Casa de la Memoria y la Vida�, un espacio cultural en homenaje a los desaparecidos creado por iniciativa del jefe comunal Martín Sabbatella (Frepaso-Alianza). En ese mismo lugar, pero hace 24 años, se alzó la siniestra Mansión Seré. Por allí pasaron cientos de detenidos-desaparecidos. Oscar �Hormiga� Arquez y Carmen Graciela Floriani fueron dos que sobrevivieron y que ayer, junto a vecinos, estudiantes y artistas, participaron de la inauguración del primer centro de derechos humanos erigido sobre un campo de concentración y exterminio de la dictadura. 
Sara Steinberg y Jaime, su esposo de 77 años, viven en Morón desde hace años. El 10 de agosto de 1976, el Ejército secuestró a su hijo Luis Pablo Steinberg, que fue arrojado al mar después de haber estado detenido en el Colegio Militar. Ese mismo año, los dos fundaron Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas. Ahora forman parte de la Asociación Civil Seré por la Memoria y la Vida, que está a cargo de la �Casa de la Memoria�, inaugurada en medio de una larga jornada de fiesta que comenzó ayer a las 11 horas con una radio abierta. Durante todo el día se expusieron fotografías y afiches con los rostros de desaparecidos. A las 15, se exhibió la película �Botín de Guerra� y después se siguió con un debate con el director del film, David Blaustein, y Laura Bonaparte. �Espero que este predio para la defensa de los Derechos Humanos también nos sirva para, desde aquí hacer una investigación de los represores, para hacer justicia�, afirmó Nora Cortiñas, quien �como Bonaparte� integra Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora. 
�Nosotros queremos que esto sea para la memoria y para la vida. Se van a hacer conferencias, se va a hacer música, vamos a pasar videos. Es decir, actividades que tengan que ver con la vida�, explicó Sara Steinberg a Página/12. Su esposo agregó: �Ves jugar a los chicos acá y entonces pensás que todo sirvió para algo. De la muerte sacamos vida�. �Esto es como una especie de herencia que dejamos a las generaciones más jóvenes. Para que sigan luchando�, coincidió Sara. 
Oscar Arquez carga con un apodo que lo acompaña desde la infancia (�Hormiga�) y una historia para contar. La noche del 17 de septiembre de 1976 un comando de la Séptima Brigada Aérea de la Fuerza Aérea lo secuestró en su casa. A partir de allí, pasó por los tormentos de la Base de Morón, la Mansión Seré, la comisaría de Castelar, El Vesubio, Seguridad Federal y la ESMA. Estuvo desaparecido 62 días, hasta que el 17 de noviembre lo soltaron en Flores. �Hormiga� recorrió ayer el primer piso de la Casa de la Memoria, edificada en los terrenos del centro clandestino de detención también conocido como �Atila�, en el que estuvo apenas un día y medio o dos. Todavía recuerda la �golpiza tremenda� que le dieron al entrar en la casona que desde 1966 era utilizada como Casino de Oficiales de la 7ª Brigada Aérea de Morón y que a partir del 24 de marzo de 1976 pasó definitivamente a manos de la Aeronáutica, a partir de un acuerdo de cesión que firmó el entonces intendente porteño, Osvaldo Cacciatore. 
Arquez tiene los ojos oscuros y una cicatriz desde la comisura de la boca hasta el mentón. �Vos veías pibes de 16, 17 o 18 años con una fortaleza, una solidaridad y unas ganas de trabajar tremenda. Era un laburo muy lindo.� A mediados de los setenta, cursaba el secundario en el Colegio Profesional Nº 4 de Morón Sur. Después de una breve militancia en el derechista Comando de Organización (CdeO), �Hormiga� quiso representar en su colegio a la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) de la Tendencia Revolucionaria del Peronismo. Así conoció a Alejandro �Tato� Colombo, suresponsable político, a quien todavía recuerda con agradecimiento y admiración. �El hablaba mucho conmigo, me ayudaba, me aconsejaba. En este momento tendría que tener mi edad, 44 años. En aquel momento éramos pibes de 17 o 18 años. Pero él parecía tener muchísimo más. Por toda la sencillez que tenía, la forma de hablar, de aconsejar, de dialogar con uno.�
Carmen Graciela Floriani fue elegida subdelegada en la Caja de Ahorro y Seguros por la lista de la Juventud Trabajadora Peronista. Estuvo detenida en la Mansión Seré desde el 2 de junio hasta el 14 de junio de 1977. �Aquí se torturó tanto y sufrimos tanto que yo sentía que era caminar sobre tumbas. Eramos cuatro mujeres. Una que se llevaron a otro lugar, una maestra que estuvo detenida sólo por escribir en su escuela una frase de `las montoneras�, Pilar Calveiro (socióloga argentina residente en México, autora del libro �Poder y desaparición. Los campos de concentración en la Argentina�) y yo�. El último día de su cautiverio, un hombre la llevó en un auto por un lugar de tierra. �Tenía guantes de cuero y dos chumbos en la guantera. Me dijo que la orden era matarme, pero que si le hacía sexo oral me salvaba. Le pedí que me sacara la venda, entramos al telo, donde tuvo todo el tiempo el arma en la mesita de luz, para amedrentarme. Después me llevó a la casa de mi ex suegra�, contó. �Esos hijos de puta hacían eso.� 
Carmen no sabía nada del proyecto de convertir la ex casona de Rousselot en la Casa de la Memoria y la Vida. Se enteró por su hermana que lo escuchó en la radio, explicó casi con vergüenza. Ayer volvió a recorrer, otra vez, las 5 hectáreas de campo donde estuvo prisionera. �Esto se necesita para la memoria y la vida�, señaló.


El final de la Mansión

El 24 de marzo de 1978 se cumplían dos años del golpe militar y se vivía clima de Mundial. Pero en Castelar, cuatro hombres aislados de todo el mundo, que habían sido golpeados y torturados, decidieron jugarse yescaparse colgándose de una soga hecha con frazadas. Daniel Rosomano, Claudio Tamburrini, Carlos García y Guillermo Fernández lograron fugarse esposados y desnudos del centro clandestino de Mansión Seré. Los cuatro sobrevivieron al escape, que Tamburrini y Fernández contaron a Página/12 el 28 de noviembre de 1999. Una semana después de la fuga, la Fuerza Aérea incendió la vieja casona estilo europeo de los Seré y después la dinamitó, para borrar las pruebas del plan de exterminio. 

 

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