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ALVAREZ QUIERE TODOS LOS PLANES TRABAJAR EN MANOS DEL GOBIERNO
El proyecto de ser moderno pero distinto

Centralización de los Planes Trabajar, eliminación de áreas superpuestas y revisión del uso de los fondos que prestan el Banco Mundial y el BID. El programa encargado por Carlos Alvarez pretende mejorar la eficiencia del gasto social pero provocará nuevos conflictos con las provincias.

 

Por Cledis Candelaresi

Subordinado en lo económico a los postulados fiscalistas, el vicepresidente de la Nación, Carlos Alvarez, se propone recuperar espacio político a través de un proyecto de modernización del Estado, integrado por varias iniciativas. Entre las que prometen ser más polémicas se encuentra la de concentrar en una sola mano la administración de recursos sociales clave como los Planes Trabajar, que en el futuro próximo serían potestad exclusiva de la Nación. El plan del vice también incluye un relevamiento exhaustivo de todos los programas financiados por el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, masa de 14 mil millones de dólares que, en gran medida, es devorada por las estructuras montadas para administrarlos. Aunque la propuesta de la vicepresidencia no tiene como leit motiv achicar gastos, inevitablemente dará otra vuelta de tuerca al ajuste ya instrumentado por el gobierno de la Alianza.
“El objetivo no es que el Estado gaste más o gaste menos, sino que gaste mejor y de un modo más transparente”, justifica Marcos Makón, subsecretario de Modernización del Estado, a quien Alvarez confió el diseño técnico de las iniciativas en las que también están involucrados funcionarios de otras áreas. Ante la actual restricción de fondos, al Gobierno sólo le queda aprovechar mejor los recursos disponibles para el gasto social, que en el ámbito de la Nación insume casi 3000 millones de pesos por año, dispersos en 94 programas sociales.
Con el paquete modernizador, Alvarez honra la instrucción impartida por Fernando de la Rúa a través del decreto 17 de enero pasado, que le ordenó ocuparse de la modernización del Estado, por sí mismo y a través de un Comité que también integran el secretario de Hacienda, Mario Vicens, el secretario general de la Presidencia, Jorge de la Rúa, el secretario de la Función Pública, Leandro Popik, el síndico general de la Nación, Rafael Bielsa, y el secretario legal y técnico de la Presidencia, hasta hace dos semanas Héctor Rodríguez. Página/12 accedió al bosquejo de esta iniciativa múltiple, integrada por varios proyectos de ley. Aquí algunos puntos centrales:
u Se eliminarán funciones superpuestas entre los niveles de gobierno nacional, provincial y municipal, asignando a una sola jurisdicción la administración de los recursos involucrados. El Gobierno inició un mapeo para detectar estas duplicaciones que, en muchos casos, comenzaron cuando la Nación transfirió a las provincias servicios como educación y salud.
Según explican los técnicos oficiales, se intentaría evitar, por ejemplo, que en una misma manzana existan dos escuelas del mismo nivel, u organizar de otro modo los servicios de minoridad, para impedir que existan hogares para huérfanos y de reclusión en todas las jurisdicciones del Estado, desperdigando los recursos que tienen la misma finalidad.
Pero quizás el cambio más controvertido esté referido a los programas que hoy administra la cartera laboral, y que suelen ser utilizados como eficaz herramienta electoral. Alvarez analiza la posibilidad de concentrar el manejo de los Planes Trabajar en la Nación, lo que amenaza con poner en pie de guerra al Congreso, resorte natural de la voluntad de las provincias. “La intención es llegar a acuerdos para que la Nación y las provincias no compitan entre sí”, minimiza Makón.
Pero ayer mismo el gobernador cordobés José Manuel de la Sota anunció la creación de “Volver al Trabajo”, un programa para estimular el empleo en las empresas privadas, semejante a otros que ofrece la cartera a cargo del frepasista Alberto Flamarique. Es previsible que cualquier discrepancia en torno a los fondos que se utilizan para instrumentar políticas sociales dará lugar a una disputa descarnada en el Parlamento, donde las administraciones provinciales pelearán a brazo partido por conservar hasta el último centavo de que disponen para costear esos planes.
El otro costado controvertido de la eliminación de duplicaciones es el inevitable recorte de la plantilla de personal sobrante que, en algunos casos, pertenecerá a la Nación y en otros a las provincias o a losmunicipios. Es utópico pensar que todos los agentes de una dependencia a suprimir puedan ser reubicados en la órbita estatal. En particular porque la poda de organismos no sólo se limitará a los que tienen finalidades superpuestas, sino que también se extenderá a aquellos políticamente inviables, como los entes residuales de empresas privatizadas.
Este achique de estructura ya comenzó, aunque casi con sigilo. Valga de ejemplo que el Gobierno ya suprimió por decreto el Enabief, el ente que durante la administración menemista administró los multimillonarios bienes pertenecientes a Ferrocarriles Argentinos.
El Ministerio de Economía y la Jefatura de Gabinete están realizando un relevamiento de todos los proyectos de inversión financiados por el BID y el Banco Mundial, sospechados de ser fuente de despilfarro: estos proyectos son administrados por unidades ejecutoras que dependen de las distintas áreas del Gobierno; los fondos están depositados en cuentas que no maneja la Tesorería, y el Estado gasta millones de las denominadas comisiones de compromiso, penalidad por no usar créditos disponibles.
La intención oficial es reorganizar la administración de esos multimillonarios préstamos, limitando drásticamente los fondos que se destinan a la administración de los proyectos. “El dinero debe servir para costear inversiones o para mejorar la gestión pública, no para cubrir gastos de funcionamiento”, se queja Makón.
La iniciativa modernizadora también incluirá un proyecto de ley para darles más independencia a los auditores estatales. En la actualidad, estos técnicos dependen funcionalmente de la Sindicatura General de la Nación, pero jerárquicamente reportan al respectivo ministro o secretario que auditan. Los funcionarios aliancistas aseguran que, a raíz de esta forma de organización, muchos informes terminan cajonéandose, ya que los auditores temen quedar comprometidos si elevan un reporte que cuestione de lleno a sus superiores. Según aspira Alvarez, en el futuro todos dependerán jerárquicamente de la Sigen, quedando libres para denunciar lo que fuere necesario.
Alineado a la ortodoxia económica y sin resto para oponerse al ajuste de las cuentas públicas, el Frepaso intenta buscar oxígeno político con iniciativas que lo diferencien. Alvarez, quien junto a la ministra de Desarrollo Social, Graciela Fernández Meijide, y un puñado de legisladores frepasistas integra la denominada ala política del gobierno de la Alianza, encontró en la tarea de modernización un resquicio para ganar tantos.

Un conflicto con historia

La administración de los planes Trabajar dio lugar a una de las primeras batallas entre el gobierno de la Alianza y las provincias, que tuvo como escenario el Congreso, cuando se discutió el Presupuesto del año 2000. La primera medida oficial fue dejar sin efecto un decreto menemista que recortaba fondos a aquellos programas. Pero, de inmediato, concedió que los planes siguieran siendo administrados en forma conjunta por el poder central y los gobiernos del interior, con la única condición de realizar un padrón único de todos los planes sociales. El objetivo de este relevamiento era detectar la posible concentración de estos beneficios en pocas manos o, en otros términos, la asignación irregular de esos codiciados fondos. Pero, hasta el momento, ese listado sigue siendo sólo una buena intención. La gran incógnita es si Chacho Alvarez, quien rompió lanzas con el Senado, donde la mayoría es justicialista, irá más allá y concretará su deseo de quebrar el statu quo, reservando a la Nación la sensible tarea de distribuir los planes Trabajar.

 

Claves

Quedarán en una sola jurisdicción funciones que hoy comparten la Nación y las provincias.
Los planes Trabajar podrían pasar a la órbita exclusiva de la Nación.
Habría reducción de personal en distintos niveles del Estado, por la eliminación de organismos superpuestos.
Revisión de los programas financiados por el BID y el Banco Mundial para evitar los altos costos administrativos que absorben los organismos de gestión.
Los auditores del Estado dependerán exclusivamente de la Sigen y no de los ministros o secretarios.
Nueva ley de Compras del Estado para permitir las contrataciones on line.
La AFIP será obligada a resolver trámites en tiempo perentorio.
El Ministerio de Defensa está trabajando en su propio plan de reestructuración, que
supondrá vender inmuebles valiosos pertenecientes a las Fuerzas Armadas.

 

López Murphy, de remate
La reingeniería estatal que pretende realizar el gobierno de la Alianza bajo el comando de Carlos Alvarez también supone una reorganización drástica en el Ministerio de Defensa. El titular de esa cartera, Ricardo López Murphy, trabaja en un programa de ajuste que incluirá la venta de inmuebles ociosos y de gran valor que las Fuerzas Armadas tienen dispersos por el país. Pero también supone cambios en la administración de los servicios anexos a la actividad castrense, como el sanitario y el educativo. Al igual que la embestida para evitar duplicación de funciones, esta racionalización del gasto en Defensa también tendría como último propósito un ahorro de costos, que se logrará reorganizando –y tal vez suprimiendo– hospitales y escuelas que dependen de la cartera que administra López Murphy. La intención de desprenderse de aquellos inmuebles que no resulten estrictamente imprescindibles está a tono con la determinación que Fernando de la Rúa tomó para todas las áreas del Estado, cuyos inmuebles están siendo inventariados con miras a la venta.

 

PROYECTO DE LEY PARA EL REGIMEN DE COMPRAS PUBLICAS
Cómo hacerse transparentes

La pretendida cruzada oficial pro transparencia y modernización también incluirá una nueva ley de compras públicas que, entre otros aspectos, permitirá al Estado organizar todas sus licitaciones on line. La misma iniciativa dará mayor estatus legal a los últimos retoques que introdujo el gobierno de la Alianza vía decreto y que también fueron planteados públicamente como una manera de hacer más cristalina la gestión pública.
Si el proyecto de ley en ciernes prospera, la tradicional forma de organizar las licitaciones públicas será definitivamente superada. Los llamados a concurso a través del Boletín Oficial, los voluminosos pliegos en papel o las aperturas de sobres en el medio de actos multitudinarios serán reemplazados por una convocatoria y selección a través de Internet.
La propuesta está inspirada en un mecanismo que instrumentó el condado de Los Angeles en los Estados Unidos y que le habría permitido confeccionar un listado de veinticinco mil proveedores a los que los funcionarios norteamericanos pagan utilizando una tarjeta de crédito, autorizada, obviamente, para operaciones de hasta cierto monto.
Con este propósito, la Vicepresidencia de la Nación demandó auxilio técnico a los especialistas del BID y del Banco Mundial, ya que en nuestro país hay un gran vacío legal respecto al comercio electrónico. De cualquier modo, el senador frepasista Pedro del Piero acaba de dar un paso adelante en aquel sentido, al presentar un proyecto que pretende consagrar la “inviolabilidad” de la firma digital.
La proyectada ley de compras también intentará darle más fuerza a otros procedimientos instituidos por un reciente decreto que, según el Gobierno, le permitirían al Estado eliminar sobrecostos por unos 200 ó 300 millones de pesos anuales. Entre ellos está la obligación de publicar los pliegos de licitación antes de que se abran los concursos, para que las bases puedan ser objetadas y, así, minimizar el riesgo de que estén hechas a medida. Aquella iniciativa también permitiría jerarquizar la decisión de bajar de un millón a 300 mil pesos el monto máximo de las operaciones que pueden realizarse sin convocar a una licitación pública.
Otro capítulo de la embestida modernizadora son las cartas compromisos, que obligan a las dependencias públicas a resolver en tiempos perentorios los trámites que se les encomiendan. INTI, Anmat, Segemar y el Registro de la Propiedad ya tienen las suyas y en breve a esta lista se sumará la AFIP.
Pero todas estas herramientas, inspiradas en el loable propósito de transparentar y mejorar la gestión pública, pueden transformarse en letra muerta o ser sólo un gesto político de no existir verdadera voluntad de utilizarlas. Valga como antecedente la propia página en la web de la Secretaría de Hacienda, creada por Domingo Cavallo cuando era ministro de Economía y que, entre otras cosas, promete un detalle de todas las contrataciones que realiza el Estado. Sin embargo, desde octubre pasado este site prácticamente no se actualizó.


Miniajuste para que unos pierdan y menos ganen

La reasignación de partidas del presupuesto entre ministerios informada ayer representa un poda moderada de gastos de 35,4 millones de pesos. Desarrollo Social es el que más pierde.

El Gobierno efectivizó una “reasignación” de partidas presupuestarias mediante el decreto 487, publicado ayer en el Boletín Oficial, que viene a completar el proceso de recorte del gasto público anunciado a fines de mayo. La norma, que fue acordada en el último mes por todos los ministros del gabinete, implica en términos netos una poda moderada de gastos: sólo 35,4 millones, sin contar aplicaciones financieras ni gastos figurativos. Pero a tal resultado se llega después de aplicar una baja de gastos por casi 181,8 millones en algunas partidas y un aumento de 117,6 millones en otras, lo cual supuso una fuerte puja de intereses entre ministros.
La desesperación por arrimar recursos al fisco por parte del equipo de Machinea se observa en los 17,5 millones de la Lotería Nacional, provenientes del ejercicio ‘99, que debían ir al Ministerio de Desarrollo Social, y que el decretó determinó que se los quedará el Tesoro.
Los ganadores y perdedores de este nuevo pase de manos de fondos presupuestarios son los siguientes:
El Ministerio del Interior, que conduce Federico Storani, y el de Justicia, a cargo de Ricardo Gil Lavedra, fueron otros dos afectados por la tijera. En términos netos, Interior resignó unos 5 millones de pesos de fondos de la administración central. Pero también “perdió” unos 8,5 millones del manejo del Fondo Permanente Partidario y se cayó una partida de 40 millones del Registro Nacional de las Personas. En Justicia, el recorte final llega casi a los 10 millones de pesos.
El Ministerio de Economía también resignó recursos –alrededor de 9 millones de pesos– como consecuencia de la poda en personal contratado.
El flamante director de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Héctor Rodríguez, fue el gran beneficiario de la medida. El organismo recibió un incremento de sus recursos de 71 millones de pesos.
En Infraestructura, Nicolás Gallo, logró, a primera vista, una suba de fondos de 19 millones de pesos. Pero, en realidad, dicho incremento se explica por el programa de atención de inundaciones que, financiado en su mayor parte por el Banco Mundial/BID, expandió sus fondos en 40 millones de pesos. En cambio, habría importantes recortes en el área de vialidad nacional.
La suba de gastos que obtuvo Ricardo López Murphy en Defensa (12,4 millones de pesos) se explica porque la Ley de Presupuesto preveía para este año un incremento de los fondos destinados al sistema de seguridad aérea, que no se habían contemplado con anterioridad.
El Ministerio de Salud aumentó los recursos en 5,3 millones en términos netos. La suba más notable se produjo en el programa de lucha contra el sida, que consiguió 10 millones de pesos más de financiamiento.
En Cancillería, el incremento en el gasto fue de 1,4 millón de pesos.


EURNEKIAN PAGA PARTE DEL CANON POR AEROPUERTOS
“Un gesto de buena voluntad”


El grupo Eurnekian, concesionario de los aeropuertos nacionales, anunció que pagará hoy, “como gesto de buena voluntad”, 42,5 millones de dólares “como anticipo del canon correspondiente al primer semestre del año actual”, pese a que aún adeuda 54 millones correspondientes a obligaciones vencidas. A su vez, el consorcio Aeropuertos Argentina 2000 informó que la Fuerza Aérea declaró rescindido el convenio entre la Fuerza Aérea y la empresa Interbaires por la cesión de un terreno sobre la Autopista Riccheri de 9 hectáreas, ante el incumplimiento de la concesionaria de los free shops de restituir espacios de oficina en los espigones internacionales A y B.
Eduardo Eurnekian mantuvo ayer un encuentro con el titular del Orsna, Eduardo Sgüiglia, durante el cual precisó que “los socios de AA2000 han realizado las previsiones económico-financieras para el pago del canon correspondiente al año actual, en tiempo y forma”. En ese marco, anunció que pagará hoy 42,5 millones de dólares como anticipo del canon correspondiente al primer semestre del año. “AA2000 mantiene un reclamo por compensación económica contra el Estado por unos 198 millones de dólares, mientras que el Estado pide el pago de unos 50 millones de dólares”, señala la empresa de Eurnekian como para destacar aún más “el gesto de buena voluntad”.
El culebrón de la disputa entre Eurnekian y el Exxel genera novedades casi a diario, y ayer fueron dos. La segunda es la decisión oficial adoptada por el comandante de Regiones Aéreas, brigadier Horacio Oréfice, disponiendo declarar rescindido un convenio con Interbaires del 28 de noviembre de 1994 e intimándola a devolver el predio con dos galpones ubicado a la altura del kilómetro 29 de la autopista de acceso al aeropuerto de Ezeiza. Dicho terreno había sido cedido a Interbaires (cuando ésta aún pertenecía a Inversiones y Servicios, una sociedad que diversas versiones vinculaban a Alfredo Yabrán) a cambio de una serie de espacios ubicados en el área de módulos y en los espigones internacionales A y B, que debían pasar a manos de la Fuerza Aérea. Según informó AA2000, Interbaires “incumplió” esta parte del acuerdo, comprometiendo espacios que “deberían haber sido incorporados a la concesión”.
Manteniendo el nivel de confrontación con el Exxel Group –que le adquirió Interbaires a IyS a fines de 1997–, AA2000 señaló en un comunicado que “desde la toma de tenencia (de los aeropuertos) se mantuvo oculta la existencia del convenio, con el daño económico que genera por la imposibilidad de disponer de tales espacios”. Dicha situación dio lugar a la denuncia presentada a fines de mayo pasado ante el órgano regulador (Orsna) reclamando los espacios ocupados por Interbaires. En respuesta a esa demanda, la Fuerza Aérea dio por rescindido el convenio, reclamando la restitución del terreno pero sin resolver sobre los espacios de oficina en litigio.

 

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