Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


KIOSCO12

EL DISCURSO SOBRE SEGURIDAD DE UN FUNCIONARIO DE ALDO RICO
"Donde pueda, los hago recagar"

Hugo Vercellotti, director de Seguridad de San Miguel, explicó a un grupo de vecinos que Rico lo puso para ser "el malo de la película" y no para ser "un putito de barrio". Y siguió hablando.

t.gif (862 bytes) "A mí Rico me puso en el lugar en el que estoy no para que sea --y discúlpenme las señoras-- el putito del barrio, el putito de San Miguel. Rico me puso a mí para que sea el tipo malo de la película con la delincuencia y a mí me encanta; donde los pueda hacer recagar, los hago recagar." Rico no es otro que Aldo, el de los alzamientos contra la democracia y ahora intendente, y el autor de semejante razonamiento es su director de Seguridad, el también ex carapintada Hugo Vercellotti. "Apología del delito, incitación a la violencia y discriminación", son los delitos por los cuales la diputada provincial aliancista Graciela Podestá lo denunció a raíz de esas declaraciones que formuló durante una reunión con vecinos de su municipio. "Lo de Vercellotti no fue un exabrupto sino que su forma de pensar y actuar es una condición sine qua non para ser funcionario de Rico", explicó Podestá a Página/12.
Vercellotti dijo lo que dijo en una reunión con vecinos del barrio Santa Brígida de San Miguel para abordar la problemática de la seguridad en la zona. El encuentro había sido solicitado por un grupo de mujeres preocupadas por la falta de respuesta de la policía ante el incremento de los delitos en el barrio.
"Los vecinos se quedaron muy impresionados", aseguró Podestá a este diario y no es para menos: Vercellotti arrancó con eso de que Rico no lo había puesto "para que sea el putito del barrio" y se jactó de desempeñar el papel del "muchachito malo de la película con los delincuentes"; después advirtió que "donde los pueda hacer recagar, los hago recagar, tengan la edad que tengan" porque "así tengan 14, 15 o 25 años nos joden a nosotros". Para eso, requirió a los vecinos que aporten información sobre los delincuentes.
Vercellotti, ex mayor del Ejército, suele ufanarse de que con el intendente de San Miguel son del mismo palo. "Rico y yo --dice-- tenemos tres guerras encima: la guerra contra la subversión, la de Malvinas y el conflicto con Chile". También comparten su pasado carapintada y el fracaso de la gestión en el Ministerio de Seguridad bonaerense durante los primeros meses de gobierno de Carlos Ruckauf porque Rico llevó a Vercellotti como su secretario de Defensa Civil en su incursión por La Plata.
Vercellotti no comentó nada de aquel fracaso a los vecinos sino que, por el contrario, destacó como una cualidad y un sinónimo de experiencia su paso por el Ministerio de Seguridad provincial y les aseguró que había regresado a San Miguel para "armar otra vez el esquema para pegarles a los delincuentes". También les prometió que "les voy a pegar con un caño, pero para eso necesito que me ayuden los vecinos", según detalló el diario La Hoja de San Miguel en su edición del lunes pasado.
La reunión de Vercellotti con los habitantes del barrio Santa Brígida recién adquirió trascendencia pública ayer, pero tuvo lugar el jueves de la semana pasada. Durante su transcurso, los pedidos de ayuda a los vecinos de parte del funcionario fueron recurrentes. Los solicitó después de señalar que en el municipio hay un policía cada 4600 habitantes y un patrullero cada 5500, para poder así atrapar "a esta manga de atorrantes que no tienen huevos, porque no son nada, son una porquería". Y volvió a hacerlo al precisar que "por eso cuando los agarramos y están armados, en vez de cagarnos a tiros, tiran el arma y yo me los voy a comer, pero para comérmelos junto con la policía necesito que trabajemos juntos".
La convocatoria a los vecinos a aportar datos sobre los delincuentes resulta "lo más preocupante", como lo calificó Podestá, frente a los rumores que la misma diputada reveló que desde hace tiempo circulan en San Miguel. "Lo que se comenta es que frente al aumento de los delitos, como en todo el resto del conurbano, habría intención de armar algo por afuera de la institución policial", precisó Podestá, quien "a la luz de las declaraciones de Vercellotti y de la patología propia del gobierno de Rico", no consideró descabellada la versión sobre la intención armar un grupo parapolicial en ese municipio.
Ni siquiera los concejales peronistas de San Miguel --que acompañan la gestión de Rico como intendente-- dejaron pasar lo de Vercellotti y repudiaron sus declaraciones. Desde la Cámara de Diputados de la Nación sumaron su repudio los aliancistas Graciela Ocaña, Rodolfo Rodil, Marcela Bordenave y Bárbara Espínola. Los ediles de la Alianza en el municipio pidieron directamente su separación del cargo, pero el intendente y su secretario de Seguridad han sido inseparables en los últimos años.
Vercellotti se alzó contra la democracia durante el gobierno de Raúl Alfonsín de la mano de Rico y es uno más en la larga lista de oficiales carapintadas que ocupan u ocuparon altos cargos en la Municipalidad de San Miguel. Durante el levantamiento de Villa Martelli, el 2 de abril de 1988, Vercellotti intentó sin éxito liberar a Rico del penal militar de Magdalena, donde estaba detenido.
Instalados ya --maquillaje democrático por medio-- en San Miguel, Vercellotti estuvo detrás de cada uno de los aprietes con que Rico acostumbra ganarse un lugar privilegiado en los medios. El intento de desalojo de los médicos que ocupaban en Hospital Larcade en rechazo al intento de privatización encubierta del sistema de salud municipal es uno de los más recordados; la calificación de "negros de mierda" a un grupo de vecinos que reclamaba una solución a las reiteradas inundaciones es el más reciente.
"Me presenté ante la Justicia porque si nos acostumbramos a dejar pasar este tipo de cosas, puede ser mucho más grave", comentó Podestá sobre la denuncia contra el secretario de Seguridad de San Miguel que radicó en la fiscalía de La Plata y agregó: "Vercellotti es un violento, como todos los que integran el equipo de Rico".

 

 

Claves

Hugo Vercellotti es director de Seguridad de San Miguel. También aliado de Rico en los alzamientos carapintadas y en su carrera política.
En una reunión con vecinos del municipio explicó con desenfado su visión de la política de seguridad. Prometió "hacer recagar" a los delincuentes "tengan la edad que tengan" y redondeó: "les voy a pegar con un caño".
Explicó que está dispuesto a aplicar mano dura porque "Rico no me convocó para ser el putito del barrio sino para que sea el malo de la película".
La diputada aliancista Graciela Podestá lo denunció por apología del delito incitación a la violencia y discriminación.
El escándalo salpica a Rico en un año signado por su renuncia como ministro y el descubrimiento de una red de prostitución en San Miguel.


LOS PROBLEMAS DE RICO DESDE EL 10 DE DICIEMBRE
Un ex soldado en declive

El último no fue el mejor año de Aldo Rico. Desde que asumió como ministro de Seguridad, el carapintada tuvo que pedir disculpas por amenazar a periodistas, protagonizó el papelón del Indio Castillo y, luego de una reacción destemplada, se vio obligado a renunciar. De vuelta en San Miguel, Rico calificó de "negros de mierda" a un grupo de vecinos y fue salpicado por el escándalo de los prostíbulos ilegales.
El 23 de diciembre, apenas trece días después de asumir como ministro de Seguridad bonaerense, Rico impulsó una resolución en la que prohibía a los empleados del organismo usar pelo largo, minifaldas y arito. Cuando se enteró, Carlos Ruckauf tuvo salir a frenar la norma.
El 6 de enero, Rico protagonizó otro exabrupto cuando amenazó a tres reporteros gráficos en Pinamar. "Les voy a mandar a la policía para que los persiga. ¿Para qué quieren más fotos? ¿Para masturbarse?", dijo en esa oportunidad. Un nuevo reto de Ruckauf lo obligó a pedir disculpas, que pronunció a medias: el carapintada atribuyó todo a "un malentendido" y aseguró que la amenaza era "inexistente".
En marzo, Página/12 reveló la relación de Rico con Carlos "El Indio" Castillo, que había sido detenido acusado de intento de homicidio. La reacción fue veloz: Rico difundió una foto en la que supuestamente el Indio Castillo aparecía como custodio de Fernando de la Rúa. Fue un papelón: se trataba, en realidad, de un oficial de la Policía Federal. Ante la novedad, Rico primero se acuarteló en su despacho, después tuvo que desmentir su renuncia una y mil veces y luego acusó a la prensa de estar "aferrada a ideologías trasnochadas".
Más tarde, obligado por Ruckauf, tuvo que pedir disculpas. Lo hizo a través de una carta que potenció el disgusto de De la Rúa. Pero no alcanzó: Ruckauf volvió de una gira por Estados Unidos y le pidió la renuncia. El carapintada volvió a San Miguel.
En mayo pasado, ya como intendente, Rico se acercó a una protesta organizada por un grupo de vecinos que reclamaban por las inundaciones. "Dejen que se ahoguen estos negros de mierda", fue la respuesta del carapintada.
El 23 de setiembre, el programa "Telenoche Investiga" reveló una red de prostitución que funcionaba en San Miguel, en la que trabajaron menores de edad. Dos funcionarios riquistas --el secretario de Gobierno, Oscar Zilocchi y el presidente del Concejo Deliberante-- están involucrados acusados de cohecho.

 

PRINCIPAL